100 REPERTORIO AMERICANO Envio del autor nuestras no Los más de mis lectores no des vías ilustres de Roma.
se explican de seguro por qué Sin embargo, aquellos tres huhe de pasarme la vida suspimildes surtidores de agua, el rando por el antiguo Cartago.
del Parque Central, el de la Algunos entre ellos consideraSoledad, y el de San Nicolás, rán esto una manía, y quizá la sobre todo éste, con sus tres relacionen con cierto trasnodelfines boca abajo, agrupachado romanticismo.
dos en guisa tan graciosa, No quiero que se me entientodavía conmueven da mal ni que a alguien se le añoranzas con un hálito de ocurra un buen día compararbelleza, me con aquellos frecuentadoHoy esas fuentes han desres del muro de las lamentaaparecido de la ciudad. La de ciones de Jerusalem, o buscarla Soledad está en una plazuele a mi caso un parecido burla del barrio del Carmen orilesco, sólo justificado por la necida y condenada al estado casua! semejanza de nombres, seco como la Unión AmericaEl antiguo Parque Central de Cartago con el del romano Mario de na; la del Parque Central no quien cuenta la historia que le se sabe dónde fué a parar, y vieron llorando de desolación Las que ponen los modernos cos ha sido en todas partes y la de San Nicolás se halla rosobre las ruinas de la Cartago contratistas de obras públicas en tocos los tiempos las fuen ta, quién sabe si más por inde Africa. Voy a explicar el son generalmente una invita tes. Por medio de ellas el curia de los hombres del Gopor. qué de mi manía reminis ción al comején, roedor incan agua humilde y servicial que bierno Municipal que por efeccente si es que asi quieren mis sable como ellos de los bienes dijo San Francisco, el agua que to del terremoto, cubierta de irónicos lectores llamarla: Yo del Estado.
en las ciudades discurre ocul tierra y de orín, arrumbada a suelo pensar con tanta frecuen Nuestros antecesores, ta haciendo sus menesteres y la intemperie con los restos cia en las cosas y personas sólo eran honrados, no sólo favores en secreto como buen que quedan de los balcones desaparecidas de Cartago, pa miraban a la seguridad y dura alma cristiana, pierde su natu del Palacio. En compañía de ra consolarme un poco de la bilidad de las construcciones, ral tranquilo, su carácter de un amigo que profesa como yo necesidad desagradable de vi sino que asimismo procuraban dócil domesticidad y se vuelve gusto y amor por las cosas de vir entre las cosas y personaz embellecerlas todo cuanto la frívola y alegre. Nada recuer. nuestro pasado he ido a viside ahora, No es que aquel artesanía y los modestos re da el viajero con más gusto de tarla una de estas tardes, y su Cartago fuera realmente una cursos de entonces permitían. los lugares que visita que esvista lastimosa movió entonciudad dotada de peregrinas Cierto que no sacrificaban la tos ingeniosos artefactos que ces mi corazón y mueve ahora bellezas y de un fino ambiente reciedumbre de la fábrica a ex convierten el agua en un ele mi pluma de simpatía por las espiritual, pero al menos era terioridades de relumbrón, pe mento de ornato incomparable personas que mandaron consmil veces preferible al lugare ro tampoco descuidaban el y de suave belleza. De mi sé truir esas fuentes y ponerlas jo que vino a reemplazarla. En adorno conveniente y el deta decir que mis mejores recuer en aquellos lugares para adortodo sentido la vieja ciudad lle artístico cuando era posi dos de Roma, por ejemplo, son no de la urbe nativa y placer era mucho mejor que la nueva. ble. Aquellos hombres tenían aquellas divinas fontanas que de sus vecinos.
Creo haber ya demostrado en ojos. y gusto para la ele han inspirado a Rospighi uno Voy a copiar, con el objeto otros artículos que las casas gancia y la buscaban sin alar de sus mejores poemas sinfó de ir poco a poco honrando la de Dios y las casas de los hom des, por caminos discretos y nicos. Muchas veces llegué a memoria de los buenos cartabres del Cartago ante terrae. seguros. Una elegancia ellas con el alma resequida de gineses de antaño que se cuimotum eran superiores a las bria, tal vez demasiado severa,. contemplar tal copia de co daron de hermosear la ciudad ramplonas iglesias y moradas especialmente si se la compa lumnas mútilas que sostuvie y de hacer más placentera la actuales. En cuanto a los edi. ra a las cursilerías de ahora.
ron un día basílicas, foros y existencia a sus coterráneos, ficios del Gobierno o de la Mu No naraba en el edificio, ya templos orgullosos y que hoy el aviso publicado en la Ganicipalidad, que entonces te fuera público o privado, su parecen aflorando como ceta en que se sacó a licitanía fuerzas para hacer cosas ambición de embellecimiento angustia de náufrago de la ción la hechura de dos de esas de su cuenta, no hay ni para urbano. También arreglaban ruina del mundo pagano, o de fontanas. Para encontrarlo qué hablar. Unos, como el las plazas y los parques, y no curiosear en los otros templos, he tenido que leer otros aviPalacio Municipal, no han sido al modo por cierto de nuestros foros y basílicas, los cristianos, sos en que aquel buen goberaun sustituidos, y otros los he flamantes munícipes que creen los que todavía están en pie. nador daba, según era costummos reemplazado con estruc haberlo hecho todo y descan pero que al cabo de los siglos bre, los pelos y señales de las turas que no resisten, no diga. san orondos y satisfechos de también han de pasar, como reses perdidas de su dueño y mos la comparación con las an su obra cuando han derribado pasaron los antiguos, como pa. halladas en el fondo. El anuntiguas, pero ni siquiera el cli. los más árboles que han podi. san y pasarán todas las cosas cio de la licitación dice así: ma de la región. Testigo de do, y embaldosado hasta la de este mundo en donde se da La Municipalidad ha disque no exagero: el mamarra última pulgada, de tierra. la paradoja que sean lapoca puesto se construyan pilasi.
cho que llaman Escuela Jesús Nuestros abuelos, tan ignoran, menos consistentes, lás flui fuentes en las plazas princiJiménez. tes como nosotros suponemos das, las sutiles, las que más pales de Soledad y San NicoNo cabe duda de que nuesque eran, conocían sin embar duran. El agua, eterna, o al lás de esta ciudad conforme a tros antecesores sabían consgo el regalo y la hermosura menos consistentes, las fluí las dimensiones prescritas en truir, o mejor dicho, querían que prestan las arboledas bien dra que sirvió para alojamien el plano levantado al efecto, y hacer las cosas bien, emplean cuidadas a estos sitios y trata to de los dioses y los césares! en su virtud esta Gobernación do buena fe y buenos materia ban de fomentar la rustiquez Cartago tenía tres fontanas convoca contratistas que se les, porque les guiaba el inte de los parques en vez de des modestas como todo lo suyo, encarguen de estos trabajos.
rés de la comunidad, el afán truírlos, a pretexto de urba pero que no carecían de en Las personas a quienes consincero del progreso, y no la nizaciones estúpidas que, en canto. Su hechura no fué ano venga este negocio pueden dicodicia y el deseo de defrau mis andanzas por el mundo, tada en las historias del arte rigirse Gobernación dar el Erario como sucede aho únicamente en el Trópico, don ni rebasó los términos del ano. dentro do quince días. MauriPara ellos nunca había de menos justificación tienen, nimato industrial. Los sitios cio Peralta. Diciembre de maderas bastante buenas he tenido ocasión de ver. en que fueron colocadas tam 1869.
nuestros bosques cuando Uno de los medios más ade poco eran de esos lugares pritrataba de levantar una casa Mario Sancho cuados al intento de hermo. vilegiados de la Belleza, como para los servicios comunalcs. sear plazas y jardines públi el Pincio, las plazas o las gran. Cartago, 14 de febrero de 1933.
SOcon a esta ra.
en se Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica