Anarchism

André Gide o el demonio de inquietud sus moral que André Gide, a pe perior? Una válvula de esca donde ella fermenta sus posl. últimos años, del despertar de 72 REPERTORIO AMERICANO la Colaboración (2. Véase la entrega antepasada)
Sobre el paisaje de esta alma atormentada por el demonio en sus odios feroces, en sus de la sinceridad tal como han anarquías sentimentales, muentendido esta virtud los escho de lo que nos sorprende píritus esenciales (Pascal, en el Julien Sorel stendhaliaStendhal, Nietszche, Dostoieno, por ejemplo? notad que wsky. se levanta una cumsólo nos detenemos en la parbre austera y peligrosa: el te literaria, al pensar en los sentimiento de la crítica y la últimos descendientes del gran pasión de la conciencia, siemromántico; porque si penetrapre atentos a las posibilidades mos en la vitalidad del egotismo. tendríamos que salde la comprensión intelectitar hasta ciertos ¡Son los síntomas de un va.
espíritus mal de siglo en cuyos encancontemporáneos para encontos han encontrado su justitrar la justificación de la saficación muchas de las escuebiduría del supremo analista las literarias e ideológicas de que fué André Brulard. Por otra demasialos últimos tiempos! Parecieparte, sería do insistir en una sensibilira que en este sentido André Gide fuera un precursor de la dad de fines de siglo, después sensibilidad que despertó, en.
del testamento que sobre ella nos ha logado la liquidación el mundo actual, la guerra.
sentimental y racional de la ¿Serán las características de Guerra. Abandonemos ella un cinismo estético. Seingenuas experiencias para rá más bien un dolor en aceencallar en lo que hallamos cho que se venga de los inaen la formación de nuestro les que le han dejado cien años espíritu. Vano esfuerzo se de literatura. Será más bien André Gide hacia 1913 ría remover ideologías enveel afán de desorientar, por medio del artificio psicológiGrabado de Raphael Schwartz jecidas, para trazar los planes de la historia intelectual de co y de la contradicción inteuna generación que no quiere lectual, las posibilidades espisaber nada, del pasado para rituales de las nuevas generaun principio puede asustar las estratificaciones de los sidedicarse a conquistar, libreciones? Ni el cinismo, ni la nos en las consecuencias de glos hechos hombres, hechos mente, el sistemas.
mundo que se le venganza, ni el artificio psi las doctrinas de este hombre principios, hechos ofrece ante los ojos, un muncológico, ni la contradicción que predica, ante todo, la li. Es justamente en un modular intelectual: nos hallamos en beración de la conciencia me de insinuaciones estéticas do generoso y magnánimo, diante la sumisión al instin de pecados líricos en lo que diente del hombrearse de los fuerte e impulsivo, descenpresencia de una mezcla de todos estos elementos y de alto. No véis aquí el dominio se ha querido ver la perverde una filosofía vitalista orien sidad de André Gide; pero lo largas jornadas, en las cuales seres con la muerte, durante go más: una especie de compenetración de todas las tentándose hacia la existencia co que se ataca al condenar su el aburrimiento fué el alcohol dencias de la vida dirigidas mo hacia una forma de la ac alma al más solitario de los de toda embriaguez, hacia una nueva forma de la ción racional y de orden su rincones de la moral allí Se ha hablado mucho, en los el sar de su malicia paradójica, pe, de tarde en tarde, nos ha bilidades para hacer que huuna estética gidiana y se ha cree justificarse en las coce saltar hasta Dios o hasta bien germine sobre un dicho que es incomprensible al contraste es el diablo, pues las ideas abs mus de rrientes del pensamiento anla influencia tardía de este glo sajón, es decir, protestan tractas, en las intenciones de mundo que lo rodea, al munhombre a quien se ignoró por te. Cuando su sistema de in Gide, nunca tienen la rigidez do que permite la floración cerca de veinte años. Se ha sinuaciones, cuando sus aude las acciones humanas. de sus prédicas y de sus crepreconizado también que nadacias espirituales han in André Gide lo ha sabido siem dos espirituales. Recordare da es más perjudicial que las quietado en la medida de sus pre: y desde su más tempra mos siempre a Stendhal al tendencias de lo que se ha deseos, aparece siempre un na iniciación ideológica disci hablar de Gide, primero por llamado, irónicamente, el analma que las toma por su plinó su inteligencia en los que es uno de los espíritus a glicanismo, sincero de André.
cuenta y las explota en azares de esta ruta que lleva, los cuales más se asemeja y Gide.
Pero en el fondo de afán de liberaciones estéticas. o a la serenación completa luego porque constituye un esta alarma se nota un sentiEs esto lo que ha sucedido del alma o a la locura. Pero caso en la literatura de los miento de la desaptación de con una novela que es un pancuando la poesía es un ele tiempos modernos. Fué él :nis los hombres que no ignoran, fleto sentimental contra Oc mento de bellezas incandes mo quien determinó el año en no sólo los encantos de este cidente. Paul Morand, en la centes, cuando el arte traza que sus libros tendrían un vaespíritu curioso, cambiante, novela a que nos referimos, sus constelaciones a través de lor humano y quien describió, secretamente enamorado del El Budha viviente, cree, CO las ideas y la sensibilidad se con una precisión alarmante, vicio inmóvil que oculta, para mo Gide, que nuestro mundo ilumina en una vida ardiente las crisis que habrían de con cautivar a sus semejantes, en occidental busca su defensa, y profunda, la locura es flor mover a sus cotemporáneos hi lo que podría constituir, seno en el catolicismo, sino en de conformismo que lleva. potéticos. Bourget, y el mismo gún una nueva sensibilidad, el la reforma, con todas sus con goce pleno de todas las fuer Barrés, no son personajes dibujo de las ideas, sino tamsecuencias y sus problemas zas del universo. Qué im tardíos del autor del Rojo y el bien la angustia del momenque crecen, de día en día, con porta! Se dejará la responsa Negro. No hay en la menta to que vivimos. Porque si hay lo que desafía el mecanismo bilidad de los credos al vai lidad de los hombres de 1880, alguien que se conozca y que gigantesco de los Estados Uni vén de los movimientos más sus diletantismos, en sus conozca perfectamente su épodos. Ah. pero aquí se seña opuestos del alma y se deja análisis egoístas, en sus de ca, es André Gide, pues lan otros rumbos, otros siste rán vagar sus antenas pere vociones por la literatura. sabe muy responsable de sus mas que rectifican lo que en zosas para que se adopten a en sus amores complicados. Pasa a la página 77)
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