Imperialism

146 REPERTORIO AMERICANO aves y de algunos cuadrúpedos de la his hasta las siete, da nuestro admirado setoria natural. todos los muebles que ñor un paseo a pie. Hace una breve exla adornan se reducen a un canapé, alcursión a los alrededores del pueblo; va gunas sillas viejas de baqueta, una pape observando la naturaleza. Regresa a ca lera regular y otra más chica con ma sa y escribe de nuevo hasta la hora de nuscritos. Tal es el menaje. Ahora falta cenar. Cena y se acuesta. Esta es la describir la mesa; la mesa donde el con vida serena, ecuánime, del conde de Bufde escribe. Las mesas de los literatos nos fon. Vida análoga a la del gran Goethe; causan siempre curiosidad. La sentimos puesto que en el centenario de Goethe por toda mesa donde un hombre trabaha sido puesta a la vista de todos la je. Cómo sería la mesa de Montaigne? bella serenidad del poeta, hemos creído ¿Y la de Cervantes. la de Goethe? que sería curioso el evocar esta otra se¿Y la de Garcilaso. Cómo nos imagirenidad. Como a Goethe, visitan a Bufnamos la mesa de un hombre que sea fon hombres insignes de todos los países.
un gran artista o que lleve un inmenso Enrique de Prusia le ha visitado y ha negocio? Recordamos y lo recordare departido con él largamente. En recuermos siempre que nos causó admiración do de estas conversaciones le ha mandala mesa del general que en Francia lle do una magnífica vajilla en que está pinvaba la dirección suprema del eiército norteamericano. Era en Tours. Entramos en el despacho del general: ocurría esto en la primavera de 1918. El despacho era sencillo; sobre aquel hombre, el tada la vida del cisne. Vida que Buffon ha descrito y que el príncipe sabe de memoria. Catalina de Rusia le ha enviado también soberbias pieles y artísticas medallas. Otros magnates y príncipes corresponden con el conde; pero el conde no se desvanece; sigue la norma tranquila y serena de su vida y trabaja como un muchacho. Si Goethe tuvo a su fiel Eckermann y al canciller Muller que.
recogieron sus palabras cotidianas, Buffon ha tenido también un cronista puntual y afectuoso: Herault de Sechelles, que lo visitó en 1785 y nos dejó una breve y curiosa relación, que es la que nos ha servido para este corto esbozo Azorín Madrid, 1932.
Estampas general, desaba todo el trabaio de la ¿Qué hará el Presidente Roosevelt con el Embajador Gugenheim. Colaboración directa.
guerra y del aprovisionamiento. Para dar nina idea de lo nue los norteamericanos habían traído a Europa, diremos que los denósitos de víveres y pertrechos, que se hallaban en Saint Nazaire, formaban una peoueña ciudad que tenía para sui servicio un ferrocarril de dieriocho kilómetros. Pues bien, el general que dirigía tan formidable empresa sólo tenía encima de su mesa un aparato telefónico un cuadernito de notas. No necesitaba más. Cuántas cosas, cuántos paneles no hubiera tenido otro general? Estamos ante la mesa en que ecrribe el conde. La mesa en que escribe dice el cronista es de madera de nogal hastante tosco; está inmediata a la chimenea y encima de ella solamente había un manuscrito con este título, Tratado del imán. En cuva obra se orunaba entonces. Enfrente de la silla de estudiar.
que está cubierta con un raso muv vieio, con listas blancas. se ve coloado en la pared un retrato de Isaac Newton. Qué es lo que el lector está viendo en tanto escribe. Qué retrato o qué cuadrn tiene ante los ojos? Levantó la vista de la máquina en que escribo y veo un retrato del huen alcalde de Burdeos, Montaigne. no lejos de él se encuentra el de otro Miguel, tan famoso como éste, Cervantes. El conde tiene ante sí la efigie de uno de los hombres más representativos de su siglo. Su vida. la del conde, reprcsenta esa serenidad de la caída de una bella manzana, madura, plena de azúcar. del árbol al suelo. Caida que, según dicen, vió el hombre que está retratado frente al conde. Caída que fué origen de toda una trascendental teoría.
Cuando ha estado toda la mañana trabajando, a la una, el conde se sienta a la mesa, otra mesa, la de yantar. La sobremesa es la:ga; le gusta al conde charlar amena discretamente con amigos y familiares. Después de comer reposa un rato; nadie le turbará este reposo al conde; todos sabes que no hay que llamarle en tanto se halle acostado; el conde es intransigerte en este punto; aunque vengan a visitarle personajes de cuenta, no se le ha de despertar. por la tarde. Qué hará el Presidente Roosevelt te ha conservado su puesto sin el rescon el Embajador Gugenheim. Qué ha paldo de Washington. Nerón Machado rá, nos decimos mientras vamos leyen difícilmente podría durar un mes sin tal do este tremendo artículo de Carleton apoyo. Los males de Cuba se originan Beals en que acusa al representante di de ese apovo prestado precisamente por plomático de los Estados Unidos en Cu medio del Embajador Gugenheim. si ba? Lo acusa el escritor Beals de haber un nuevo Presidente llega a gobernar llegado a Cuba a salvar el régimen de habiendo luchado en su país contra los Machado. Representante él de una clainmensos intereses que se han posesiose capitalista, precisamente de la que ha nado de Cuba, lo natural es pedirle que manejado siempre la política externa de haga justicia al cubano. Lo natural es los Estados Unidos, voló a la isla en preguntarle qué va a hacer con el Emcuanto los intereses de esa clase domi bajador que tiene como única e inquenante exigieron en ella la actividad de brantable misión la de sostener el régi un individuo sin nada que cuidar para men de iniquidad que agobia y diezma el ganarse la estimación de un pueblo atro espíritu varonil cubano.
pellado. Salvar el régimen de Machado, La acusación no le llega al Presidente salvarlo de la caída que el cubano de Roosevelt traducida a su propia lengua.
honor le tiene lista por sus crímenes, Acento yanoui tiene y la ha difundido por sus latrocinios. Salvarlo para bien un órgano de publicidad de su propia de los intereses capitalistas norteame nación y en el interior de ella. No puericanos que dan a Gugenheim su poside sentirse extraño a lo que Beals ha ción de magnate. Salvarlo para que a relatado inculpando al Embajador Guesos intereses no falte el apoyo que ha genheim. No puede el Presidente Rooseconvertido a Cuba en una factoría mi velt ladearse a los inmensos intereses caserable del imperialismo fenicio. Para pitalistas que han irrumpido sobre Cuba asumir esa tarea miserable pidió Guhen a hacer de ella presa de todas las exheim el puesto de Embajador en Cuba. plctaciones humillantes. La voz de un ¿Qué hará el Presidente Roosevelt con escritor de su propia raza ha hablado paun representante de su nación tan viva ra no apagarse mientras la injusticia no mente combatido por el cubano de deco sea remediada. Pero dice esa voz a ro y por el norteamericano vigilante del pesar de todos los dólares regados sobre decoro de sit nación? La acusación del Cuba, destinados a comprarla, a pesar del escritor Carleton Beals es de esas que conocimiento técnico que hemos suplino pasan sin levantar una tempestad. En do, a pesar de nuestros buenos consejeros el alma del Presidente Roosevelt hay y expertos pagados generosamente por muchas tempestades. Pero el mismo ca los tesoros de los Estados Unidos y de rácter que tienen para el problemas Cuba, todo este buen esfuerzo no ha grandes como el económico y el social hecho sino precipitar nuestro protectorade su país, debe tener este de la situa do a su presente condición política y ción desgraciada de Cuba por culpa del cconómica de tragedia. Por qué? PorDepartamento de Estado, de los hombres que nuestro magno propósito en Cuba que acaban de ser barridos de allí por na sido el rendimiento, no la justicia.
que el sufragio les fué adverso en una ¿Podrá el Presidente Roosevelt pasar forma persecutoria. Beals dice: estos por encima de esas palabras que lo buspresidentes usurpadores nuestro Depar can, que claman atención? No son ditamento de Estado les ha dado invaria chas cuando ya él ha cogido las rutinas blemente apoyo político, apoyo armado que dan el mando al hombre. No puede también algunas veces. Ningún presiden ignorarlas, y en que no las ignore de Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica