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292 REPERTORIO AMERICANO. El hombre artista. En el camino ha José Martí, artista se cia José Martí se alzará siempre un gran obstáculo: su unidad. Desde todos los Esta es la 2da parte del prólogo a la edición de ángulos se le ve el corazón a este homMart (en francés) que prepara, en París, el Instituto de Cooperación Intelectual de la Liga de Naciones; bre. La claridad que nos descubre su edición a cargo del poeta cubano Mariano Brull, presencia es la misma que nos entregará su intimidad. No hay acto suyo sin la marca amorosa. Por esto, el artista no es en él hombre distinto del político, del meditador, del apóstol. El arte no puede ser para Martí sino ejercicio de humanidad. Su prosa y verso son los cauces de una energía bienhechora. Su pensamiento es siempre un intento de exaltar lo mejor del hombre. Su obra de artista se integra de vaciar en una forma leal un aliento transido de irreductible, de fatal sinceridad.
No ambicionó Martí el oficio de escritor. Si por mí fuera, dijo una vez, no haría más carrera que la de hombre. Martí nadie lo duda ya es el primer escritor hispánico del Continente. Prueba plenísima de que el estilo es también cosa de adentro y de que la grandeza permanente viene en el artista de desnudar su fuerza. El gran poder recóndito que anda en Martí trae a flote, al mostrarse, el color de su brío. Las cosas quedan teñidas de ese color, sumisas a la virtud moldeadora, transformadas en su sentido. Otros escritores como don Juan Montalvo tienen garra poderosa en América, pero entre la garra y las cosas se levanta, aisladora, la palabra con su genealogía venerable y su perfidia eufónica. Martí, caso de excepción, se sabe hondamente su palabra española, pero nunca la deja de la brida. le traduce José Marti (1892)
con fidelidad plena su latido íntimo de hombre o queda ahogada en la matriz. Pero, ni los hombres del tamaño de a los escritores de la escuela de Víctor este libertador sin ira viven sólo de sus Hugo y de Vigny. Martí no puede jurar jugos nutricios. Precisan del contacto fidelidad a una bandera literaria, entrecon la circunstancia para traducirse en gado, desde que tiene conciencia de sí, ella. El escritor de oficio se hace los con a una fidelidad más alta. Pero la fisonotactos con lo externo, se amarra a los mía ingénita de su mensaje, como lo posTumbos del estilo para no desorientarse tura incambiable de su espíritu, muestra en sí mismo, para no quedar solo, tem las líneas matrices de lo romántico, esas blando frente a su impotencia. Lo de líneas que traspasan y redimen la liafuera le tiñe el modo y la moda de mitación que es siempre un proselitismo la obra. En los hombres escritores co escolar. No están en Martí ni la pasión mo José Martí la paternidad del libro no sin caminos, ni el lamento desolado, ni es distinta de la del hijo: la fuerza crea la desesperanzada angustia, ni la irredora se viste para encarnar, para ser en fragable extranjería, ni la personalidad la conciencia de todos. El hijo trae en desorbitada. Pero están presentes en su los ojos la claridad que justifica su verso y en su prosa la profunda afirmacuerpo. La palabra, la luz del engendro. ción vital, la fe en el mejoramiento del No importa si algunos quedan deslum hombre, el culto a la naturaleza y a su brados del brillo inusitado de la palabra poder redentor, la exaltación caballeresmartiana. Los más descubrirán bajo ella ca de lo femenino y el amor fervoroso la carne caliente, el músculo elástico, de la libertad. tal punto son entrañacontraído, cargado de posibilidades so bles estas direcciones románticas de su beranas: obra y de su acción que el momento que América vive cuando él llega más pareLo romántico. En la pugna inacaba Ce proyección de su mente que realidad ble entre el don artístico que pide ca que lo pervade y modifica. En lo fundaminos y la apetencia de volcarse en los mental Martí coincide con su tiempo hombres decide Martí, fiel a su destino americano. Como su tiempo, fía en ce.
romántico, por el servicio de los hom gar las llagas abisales del mundo por bres. Este romanticismo esencial de su la liberación progresiva del espíritu.
oonducta, de su vida, da el rumbo de Predica un evangelio en que el dolor es finitivo de su obra literaria. Pero no la vía purgativa y la ruta de salvación.
dice esto que se encuentren en Martí las Quiere inquietar en cada hombre una notas que encuadran aprisionándolos. gran sed de. claridad moral. organiza y desencadena un movimiento político alimentado por las esperanzas demoliberales que encendió Juan Jacobo. El instante que sufre su tierra, desangrada por el hierro español, agrava en él la postura romántica: al. ideario impulsor suma el gesto consonante. Es el profeta de un mañana en que los hombres conjugarán su decoro y su interés sin menguas excluyentes. Es el héroe a caballo que acerca ese mañana. Escribe como profeta como héroe sin saberlo nunca. Su pluma batalla del alba a la noche, como espada de adalid romántico, por cortar alguna cadena opresora. La esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo exclama. a romper esa pena, en combate abierto, marcha su palabra. Fué, como ha dicho Ventura García Calderón, el último santo de la libertad.
Hombre de calientes entusiasmos y de curiosidad insaciable, se entra por su pie en todas las interrogaciones centrales de su día y enseña sin cendales las tempestades violentas y armoniosas de su pecho. Todo queda expresado con igual temblor ascendente y con el mismo deseo de ser sincero y útil. No lo guían los libros ni los hechos sino su sed de usarlos como experiencia a superar. No se busque en Martí el pensador de trayectoria estricta, amarrado a un sistema prestado u original ni al poeta preocudo de realizar insuperablemente un credo estético. El apasionamiento candoroso los apasionados son los primogénitos del mundo, decía lo vuelve carne del criterio que sustenta y soldado y mártir de la justicia que defiende. Imantado por una meta lejana, se detiene brevemente, contradictorio, en cada peripecia de humanidad y de belleza. Parece a ocasiones que pierde el camino penetrado por el reclamo de los bordes fragantes. Es, visto en el detalle intrascendente, contradictorio en su unidad, como la naturaleza. como la naturaleza, no deja morir el ansia de realización vital. en que confluyen sus contradicciones.
Lo clásico. Hijo de su momento, pero con la impaciencia punzadora de superarlo y el don genial de vislumbrar el tiempo futuro, desconcierta que la obra de José Martí esté tan cargada de las esencias clásicas de España. Las huellas de los más grandes artistas del Siglo de Oro español están patentes en su poema y en su ensayo. Santa Teresa, Gón gora y Gracián enseñan en cada línea su llama retorcida. Quevedo, que ahondó tanto en lo que venía que los que hoy vivimos con su lengua hablamos. Cómo revolucionario tan cabal, hombre tan en futuro, se alimenta de formas superadas?
Fué Martí estudioso infatigable y frecuentador febril de todas las culturas. los viejos maestros de Castilla ofrendó largas horas de íntimo trato.
No más, de seguro. que. las que vertió en clásicos franceses, ingleses y alemanes. Pero, hijo de dos españoles, Martí es un espíritu raigalmente hispánico. En. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica