REPERTORIO AMERICANO 331 (Dentro. Patria y alma! el alma también es como la patria, perdidas, dentro, sus orillas dobles en el oro infinito de lo eterno.
Una abriga a la otra como dos madres únicas que fueran hijas de ellas mismas, en turno de alegrías y tristezas.
Todo y sólo está en ellas; a ellas tan sólo hay que entregarlo todo, de ellas tan sólo hay que esperarlo todo, de la cuna a la muerte.
vilanos. Cruzaban, volatineros, los tri8 Edición guerillos pardos. Arriba descargaba, sobre la copa encinera, su flama encendida Publicó 522 poesías, en un pequeño el sol caldeado. De la lejanía acudieron volumen, Juan Ramón Jiménez: Segunda los sones del rebaño: cobre y canto. antología poética. Es un florilegio selecLeíamos: to de entre sus treinta y dos libros poéticos. Poeta que trabaja todos los días, en Mi brazo rodeará tu mimosa cintura, silencio, recogido, huído del vozarrón de tú dejarás caer en mi hombro tu cabeza, la calle, candente el pensamiento, desiy el ideal vendrá, entre la tarde púrpura, pierto y angustiado el corazón.
Su oído recoge sonidos inapreciados, y a envolver nuestro amor en su eterna belleza!
su pupila absorbe luces y tonos ignorados. aquellos perfumes y sabores de las cosas, que jamás presentimos, acuden Aún hay Pirincos a su sensibilidad francos y en depurados límites. Es el poeta de los sutiles y de mis cuarenta y dos años y deslicados matices, de los agudos pensamientos ardientes. Transparencia y depués de veinticinco de incesante trabajo puración. Un hacer y concluir lo hecho.
con la Belleza siento, pienso, veo claraEs el poeta de emoción sencilla y esponmente que ahora es cuando comienzo.
tánea. Probad a sentirle. Quizá a su Yo tengo escondida en mi casa, por contacto notéis renovarse el aire de vuessu gusto y el mío, a la Poesía. nues tro pecho, como cuando caminamos, cara tra relación es la de los apasionados.
al sol, por un sendero enfilado de acacias y jazmines. Mes de mayo, cuando Queridos poetas. decídmelo. aun zumban, melíficamente, las abejas: las hay Pirineos?
abejas de Virgilio.
Francisco Valdés 1925. 1932. Ahora que el cuerpo entró en su patria el alma se le entra. Asi, bien lleno. Así, todo completo. Con mi alma en mi patria! Tarde (Fondo, de Beruete)
Lección de poesía. Marta. cómo pensó usted tan pocas veces en la muerte. Porque pensé muchas en la vida, que es gozo y alegría. Entonces. Es usted feliz. Claro que lo soy, porque me lo propuse. ninguna vez llegó la tristeza a su alma. Sí. Llegó la tristeza, pocas veces.
Una tristeza dulce, mansa, melancólica. Leyendo a los poetas, quizá?
La clara brisa de la tarde de abril oreaba los rostros. Había un mantel de nieve y lino tendido bajo el ramaje de una encina robusta y joven. Sobre el mantel unos trozos de fiambre y un frasco de vino argandés. También un ramo de lilas y un libro de versos.
Rodeábamos el trozo de lino hecho nieve cuatro amigos: dos a dos trenzados por la ilusión de amor, aun recóndita y leve. Se recortaba la blancura gris de la sierra, en una línea quebradiza, sobre el añil puro del cielo castellano. Murmuraba un arroyo aprendiz de río cercano a nuestros pies. En el aire se columpiaban libélulas y desmentían a Newton los la voluntad del poeta a los brotes de su sensibilidad inteligente; una vida de asombro, total diríamos biológica. orgánica, que se articula y desenvuelve sin soluciones de continuidad, como dotada de la inaudita facultad de corregirse y de purificarse día a día, hora tras hora, sin arrostrar nunca, porque no hay por qué arrostrar un riesgo que puede eludirse, una forma aparentemente definitiva. Cómo se agarra el pasado a los pies del presente, para no dejarlo ir sin él al futuro. escribe el poeta. Quien asimismo anota: Mi vocación de eterno está, como en el niño, en mi gran amor al presente. Como se ve, la tesitura de este lírico excluye la posibilidad del error poético inėluctable. El poeta y su obra viven sincrónicamente. Versos de ayer? Son los versos de hoy, los que revive, recrea e incorpora a su felicidad cotidiana. Corazón concentrado, y no corazón dis(Viene de la página 229)
perso, el de Juan Ramón se desparrama inmensamente, pero coherentemente, por sobre su creación infinita.
La labor de un poeta es cosa harto más ardua de lo que suponen las gentes. Incluso individuos que se creen de excepción y que se imaginan versados en el secreto y pormenor de las letras por el solo hecho de ejercer de críticos ignoran profundamente las vicisitudes entrañables de un poema que aspira a ser perfecto. No creo que huelgue, tratándose de quien se trata en estas líneas, transcribir someramente esas vicisitudes.
Por lo común, el poeta lirico, demasiadamente dócil a las insinuaciones de su musa o consueta, se limita en su actuación inicial a trascribir, valiéndose de signos ortográficos el soplo sutil, ahiladísimo, que su numen digamos numen le insufla. En tal sazón, el poeta es un simple amanuense. Sin embargo, a seguida, descontentadizo, suele volver sobre este monstruo inicial, aherrojado en sus propias miserias para manumitirlo, y para manumitirse él al propio tiempo, de la obsesionante custodia, Veamos como se desembaraza el poeta de este engendro primitivo, cómo lo humaniza, como lo dota de viabilidad humana, transferible.
En principio, un poema es siempre una intuición cabal; nace, por ende, irreprochable, perfecto. Depurar un poema no es, pues, perfeccionar intrinsicamente un hallazgo, sino prescindir de las impurezas que la trascripción precipitada del tal hallazgo impuso. En rigor, el logro auténticamente poético es siempre una intuición o sorpresa personal, incomunicable. El poeta, al crear, se crea a si propio, sin necesidad de exégesig ni réplicas ulteriores. Pero el poeta no es ni debe ser sólo poeta: al tiempo que poeta es hombre, y como hombre, se ve en el trance de discernir, de aprehender y de aislar su hallazgo; en el trance de escribir o trascribir lo sorprendido. Aj llegar a este punto, el poeta no abdica de su rango; pero se sitúa al marBANCO NACIONAL DE SEGUROS DEPARTAMENTO DE VIDA Tenemos el gusto de anunciar un nuevo beneficio con nuestras pólizas de seguro de vida INDEMNIZACION DOBLE en caso de la muerte accidental del asegurado Es decir, EL BANCO PAGARA EL DOBLE DE LA SUMA ASEGURADA, si la muerte sobreviene a causa de un accidente.
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