210 REPERTORIO AMERICANO.
pe enemiga cuando la salud del Estado La noche ya se cernía. Entonces, acciones de los grandes hombres, aprenestá comprometida.
abandonadas las prendas rústicas, se en dido por mí por una larga experiencia ¿Cómo se refuerza la autoridad del galanaba con su traje cortesano, como de las cosas modernas y una continua Príncipe? Es Fernando el Católico quien que durante cuatro horas más iba a es lectura de las antiguas. Cosas, estas úlnos lo dice: Los señores son pequeñas tar en las antiguas cortes de los anti timas que constituyen las dos escuelas aves de rapiña que preocupadas en guos hombres, donde, por ellos recibido de los grandes hombres. como justaacechar la debilidad ajena caen vícti amorosamente, me deleito con aquel ali mente comentó Cristina de Suecia.
mas de otras más grandes. justo es mento que es sólo mío, por cuanto yo El agregado de Maquiavelo da vigor.
que así sea.
nací para él. según rezan sus palabras.
extraordinario a nuestra proposición, Años más tarde Brantome, refiriéndoDe ese comercio nacieron los Dis sobre todo si se tiene en cuenta este páse a César Borgia, dirá algo semejante: cursos sobre las Décadas de Tito Livio. rrafo de la más conocida de sus cartas Cuentan que el dragón se hace y se en los que largos párrafos son traduc a Vettori: como Dante dice que no forma de una gran serpiente que devoción casi literal de Polibio, para no men hay ciencia sin el retener lo que se ha ra y come varias otras serpientes y sercionar los de autores latinos, cuyos pa oído, yo he anotado lo que de su conpientillas.
sos tan fácilmente seguía Maquiavelo, versación (de los grandes hombres) he Era asimismo contemporáneo de Mamáxime cuando se trataba de evocar las hecho capital, y compuesto un opúsculo quiavelo el noble toscano que como se grandezas de la Italia unida bajo el po titulado De Principatibus.
lee en la historia de Sismondi había der de Roma.
No nos queda por analizar, ahora, siroto contra las paredes las cabezas de El celebérrimo Príncipe mismo de no la acusación hecha a Maquiavelo de los hijos de su enemigo y asesinado a be su idea central y las parciales que haber traicionado a Pier Soderini, y su esposa embarazada, después de lo informan sus capítulos más justamente con ello a los ideales democráticos. Ella cual, habiendo descubierto que otro hicelebrados a la influencia de autores es pueril. Pier Soderini, gonfalonero vijo del mismo hombre permanecía vivo griegos: alguien pretende que a la de talicio de la república, no era, inteleclo había clavado en la puerta de su caJenofonte, pero tenemos para nosotros tualmente, un águila. No era ni siquiera sa cual trofeo de la venganza, así como que sobre todo a la de Isocrates, uno de esos halcones que, majestuosaa veces los cazadores clavan las águiNos detendremos sobre esta afirma mente hendiendo el azulísimo cielo toslas o las lechuzas que mataron.
ción teniendo en cuenta que la alta au cano, otean largamente los blandos deConclusiones igualmente interesantes toridad de Pascual Villari la ha puesto clives en busca de las más diminuta3 brinda el examen de las fuentes literaen duda.
presas.
rias de los escritos de Maquiavelo. Ellos Triantafillis ha demostrado que Ma Instrumento de las intrigas de su fueron compuestos cuando, en desgraquiavelo dominaba el griego. Admitido tiempo, mereció de Maquiavelo el juicia, debió refugiarse en su villa de. esto, explicaremos el por qué de nues cio que expresa su conocido epigramaSant Andrea in Percussina. Sólo después tra preferencia por Isocrates como fuen. epitafio: de una larga permanencia allí pudo reinte mediata de sus escritos. Ella se apocorporarse a la escena pública, tan nece ya en la naturaleza y el contenido de La notte che mori Pier Soderini saria a su temperamento, y aun entondos de los más célebres discursos del anima andó de inferno alla bocca.
ces fué el suyo un triste retorno al favor filósofo griego.
Gridó Pluton: Che inferno! anima sciocca, principėsco. Como le dice Guicciardini. En uno, titulado Del Principado. Va su nel limbo tra gli altri bambini.
en una carta, cual Lysandro, general Isocrates se dirige a Nicocles, rey de emérito a quien los años hicieron desSalamina y dilecto discípulo suyo, y le Tal era el mandante. No puede hacender al menester humilde de servir la imparte consejos de orden moral y po blarse, pues, de faltas de fidelidad. El comida de los soldados que otrora conlítico sobre el comportamiento de un subordinado, bien veía la vanidad de su dujera de victoria en victoria, el floren príncipe para bien gobernar a su pueblo. esfuerzo. El político, lo inestable de las tino, diplomático insigne, se vió obliga En el otro, dirigese a Filipo, rey de posiciones adoptadas. El hombre, lo indo a desempeñar misiones sin interés ni Macedonia, y lo exhorta a poner térmi justo de su situación dependiente. Vida importancia, totalmente indignas de sus no a la guerra civil, pacificar las ciudapolvorienta, agobiante: sin futuro.
altas luces.
des helénicas, especialmente Atenas, Ar Y, sin embargo, la quimera continua Pero ya los años de Sant Andrea le gos, Tebas y Esparta. ponerse a la ba viviendo. La misma mezquindad de habían ganado el derecho a la poste cabeza de todos los griegos y libertar los destinos separados reforzaba sú utóridad.
del yugo persa a las ciudades griegas pica fe, daba nuevo aliento San Casciano, como una isla, emerge del Asia Menor.
inmenso: la unidad de su patria, Italia.
de un mar de colinas. El camino baja En él figuran consejos políticos de un Aunque sea, quizás, exagerado el mohacia Sant Andrea lentamente, ondulan realismo notable, como, por ejemplo, es te de su monuinento en Santa Croce: do: De un lado, los olivos se lanzan ta síntesis del camino a seguir: Es ne Tanto nomini nullun par elogium (a con incruenta determinación a saltar la cesario ser el bienhechor de los griegos, tanto nombre, ningún elogio alcanza. escarpada ladera, mientras un sol puri el rey de los macedonios, el amo de los simo juega en su follaje. Del otro, el bárbaros.
nos parece innegable que el insigne florentino, merece por lo menos, un juicio perfil desnudo de las colinas, maravillo Llegados a este punto, la cuestión, más comprensivo, más justiciero y más samente verdes, se recorta en el cielo, singularmente interesante, debe plansereno que el que la generalidad le acentuado de trecho en trecho por un ci tearse así. Conocía Maquiavelo las otorga.
prés puesto al decir de Boni de Caste obras de Isocrates? No es aventurado Quisiéramos que fueran muchos los llane cual punto de admiración ante contestar afirmativamente.
que, como dijo Fichte, se avinieran a dar la belleza del paisaje.
Basta comparar el proemio del dis honrada sepultura a un hombre honesLa casa se conserva, y en ella están curso a Nicocles, Del Principado. to, inteligente y benemérito. porque tal unos muebles quemquién sabe con cuán con la carta dedicatoria que precede al fué Maquiavelo, en verdad, en su época.
ta razón se dice son los originarios. Príncipe. en la que Maquiavelo brinda Pero lo quisiéramos sobre todo por Con la caída de la tarde se insinúa su obra a Lorenzo el Magnífico.
cuanto, cual aquel Pan que llevaba en en el ambiente una melancolía muy agra La similitud es sorprendente, absolu el pecho un retazo de cielo estrellado, dable. esa hora Maquiavelo como ta, y la única diferencia reside en un nuestro Maquiavelo supo conservar dencuenta en sus magistrales cartas vol agregado del florentino que refuerza tro de su corazón, a pesar de la advervía, vestido de campesino de San Cas nuestra tesis. Deseando, pues dice sidad del destino y de la incertidumbre ciano, de pasar el día entre leñadores y ofrecerme a Vuestra Magnificencia con del porvenir, un alto ideal patriótico que labriegos, de jugar largamente, en me algún testimonio de mi servidumbre ha no logró empañar ni la misma amargura dio de terribles imprecaciones, a la cric cia ella, no he encontrado entre las mías de la derrota.
ca y al tric tac, de armar y de compo cosa que tenga más querida o que tanto ner disputas.
estime cuanto el conocimiento de las Oscar Marino su ideal Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica