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REPERTORIO AMERICANO.
352 Quiere Ud. buena buena Cerveza. Tome Selecta tiempo todas las industrias, medios de producción y de transporte y todas las empresas de servicio público.
Para que la presente revolución no se torne abortiva e infructuosa, se hace indispensable que la juventud revolucionaria y el proletariado de Cuba, se constituyan en fuerza política, ejecutiva y militar, para que tomen en sus manos las riendas del gobierno y la administración económica de la Isla.
En otras palabras: para que Cuba sea independiente económicamente y autonoma políticamente, es indispensable e No hay nada más agradable inevitable restituir al pueblo cubano su ni más delicioso.
patrimonio económico y político, robado y vendido por la oligarquía corrompida y traidora de Cuba, a la plutocracia norEs un producto Traube teamericana todo esto, como es lógico y natural, no podrá llevarse a cabo sino aplicando de manera consciente, formal y general, la ciencia quirúrgicoeconómica y la terapéutica social de Karl cosas superficialmente, o al través de tros y de los obreros; las torturas y la Marx.
prismas convexos, egoístas y personales. persecución de todo género para el pueSi csto no se hiciese, entonces todo Estos ungüentos ningún beneficio con blo; el terrorismo de la Porra o de nuevo gobierno, no importa quién o creto producirán Ni siquiera aliviarán cualquiera otro cuerpo de espionaje y de quiénes sean los que estén a la cabeza de en realidad momentáneamente al pacien policía secreta, y la amenaza probable o.
éste, será más o menos una copia del te, puesto que el objeto de estos es ador inminente de la intervención norteamede Machado; y tratará, forzado por la mecer al pueblo y privarlo de que use ricana presión imperialista extranjera y por propiamente su sentido común y el dere Anto esta situación azás angustiosa, los oportunistas nativos, de ocultar tam cho dc investigar y pensar. En otras seria y complicada, la juventud y las mabién. tumor gangrenoso que aqueja palabras: los tales ungüentos sólo agra sas de Cuba no tienen sino uno de estos de muerte la independencia y el bienesvarán más la situación económica y po dos caminos para elegir: o renunciar a tar del pueblo cubano. si Cuba no se lítica y tendrán un efecto morboso, nar existir como pueblo y a hacer de la Isla deja engañar más y determina buscar y cótico, para el pobre pueblo que sufre y una nación libre y autónoma, o encarar aplicar los medios para la extirpación que, conociendo la causa de su enferme el problema de la independencia en toda radical del tumor, entonces tal gobierno dad, ha decidido hacer uso del único su magnitud, complejidad y valor.
ensayará primero calmar a la juventud remedio para su curación Imaginar o creer probable que Cuba y al pueblo aplicando sobre el tumor un Finalmente, cuando tales medios no tome el primer camino, no sólo sería un güentos milagrosos, de nombres muy ha sean eficaces, vendrán nuevamente los insulto a la juventud y a su pueblo, sino lagadores al oído de los que sólo ven las asesinatos de la juventud, de los maes también una muestra de ignorancia e in(MATLA. FOLLETIN DEL Rep. Am. 24. garon, como siluetas de monstruos, en el pavimento del templo, dióse aviso para empezar la fiesta. Al barullo inmenso, ensordecedor, que metía la concu.
rrencia, sucedió, como por encanto, profundo silencio. En uno de los ángulos de la plaza apareció, de pronto, compacto grupo: el cuerpo de baile, constituído por indígenas semidesnudos, cargados de joyas y luciendo bellísimas coronas de plumas. Avanzaron lentamente, con paso rítmico, por la estacada, mientras a sus lados se apretujab?
el gentío. Rostros inmóviles, inexpresivos, la mirada tendida al frente, sin viveza, sin luz y los brazos balanceados compás. En su piel engrasada salpicaba el astro, como brillantes lentejuelas, gruesas gotas de fuego.
Les precedían ocho hombres con sendos atabales, a los que arrancaban mo.
nótonos sonidos. Lucían indumentos de fiesta, pero no tan vistosos como los otros. Por lo demás, observaban la mejor compostura y. solemnidad. Llegados frente al altar y la tribuna real, ya ocupada por el Cacique y su séquito, se dividieron en dos filas concéntricas. Los músicos se apartaron a lugar conveniente, sin cesar de tocar sus instrumentos.
Pero la música que hasta ese momento ajustaba su ritmo con lentitud, poco a poco fué acelerando mientras los danzantes giraban en círculo con creciente agitación. Así, a medida que aumentaba el bum bum de los timbales, los bailarines se movían cada vez más a prisa; el sudor les bañaba las carnes rojizas; jadeantes, desfigurado el rostro, gritaban con ronco acento y retorcían el cuerpo cor violentos movimientos. Parecían presa de histerismo, de fiebre tenaz, furiosa, que les impelía a mayor esfuerzo, a grotescas posiciones. Ya no había en ellos, excitados hasta el colmo, la simetría y compostura que exigían los ri.
tuales: eran cuerpos tocados de extraña demencia, convulsos; seres extraordinarios, de cuerpos elásticos, espantosos como fantasmas del Averno.
Repetidas veces, deslizándose diestramente por entre los danzantes, lindas doncellas, desnudas, brindaban a éstos sendas jícaras de chicha, que, sin parar el baile, eran apuradas con desesperada sed. De este modo la borrachera se hizo general: La danza cobró, entonces, el aspecto grotesco de una vulgar orgía; como ya en las gargantas de los ejecutantes se había apagado la voz y el pueblo callaba sugestionado, el espectáculo sugería impresión de un baile de brujos y ogros infernales. Cuando más acentuada era la flojera muscular y más embotado estaba el espíritu de aquellos hombres epilépticos, cesó, como cortada por un tajo, la música; entonces rodaron por el suelo gesticulando como poseídos de torcedora locura, cadavéricos los rostros, en el más completo relajamiento corporal.
El pueblo celebró esta danza como el mejor de los espectáculos. El Cacique, ordenó que le fuese distribuida abundante chicha. El alboroto era terrible en la plaza: al cobertizo acudían grandes y chicos, sin preferencias de ninguna clase, corriendo, atropellándose ganosos del codiciado líquido. Numerosas doncellas, ataviadas con vistosas plumas, se multiplicaban para satisfacer la multitud. Todos querían beber a la vez y se formaban grandes pelotones al paso de las hermosas escanciadoras. No había descanso, todo el mundo se movía como presa de demoníaca influencia. La dorada bebida circulaba abundante. Algu.
nos, los menos fuertes, caían rendidos por la embriaguez y eran pisoteados sin consideración. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica.