REPERTORIO AMERICANO 13 Del homenaje chileno a Francisco Contreras Envio de Emilio Courbel. Sanliago de Chile En París, donde residía desde más de un cuarto de siglo, acaba de morir Francisco Contreras, uno de los raros escritores de América que lograran alcanzar una alta y merecida situación en los círculos literarios franceses. En efecto, en el recuento de su dilatada labor artística, pueden señalarse no menos de seis de sus obras traducidas o escritas directamente en francés y dadas a la estampa por editores como Charpentier, Nilsson o Bossard. Por otra parte, fué alrededor de veinte años el redactor de la sección letras hispano americanas del Mercure de France. en cuyas páginas realizó una fina discreta labor de difusión de la literatura de esie continente. Dos de sus libros, editados hasta hoy solamente en francés, rccogieron una parte considerable de esas crónicas, que tanto habrán de servir al futuro historiador de nuestra cultura, Contreras, junto con Borquez Solar y cerca siempre del inolvidable Marcial Cabrera Guerra, fué uno de los iniciadores fervorosos del modernismo literario en Chile. Lector del Rubén Darío, Lugones, Verlaine, Baudelaire y Remy de Gourmont, levantó en los cenáculos santiaguinos una bandera roja de audacia con sus primeros libros, Esmaltines de todas las audacias renovadoras e ico Y, peregrino del arte como él mismo se bautizó, coleccionó en libros de frágil y armoniosa arquitectura sus impresiones sobre España, Italia, Países Bajos en los que, con la crónica sobre las allmas y los paisajes, alternaba el soneto de firme perfil escultórico.
Chile, su patria lejana, no estuvo nunca ausente de su pensamiento ni de su verso. Su poema Luna de la Pa.
tria es una pieza que no podrá faitar en las antologias del porvenir.
En francés y en castellano habían empezado a publicar prestigiosas editoriales de Paris y de Madrid las novelas de una serie que Contreras pensaba dedicar a revivir la leyenda poética de su tierra nativa. Tal obra, de la que apenas se ha hablado en Chile, ha recibido la consagración de la más alta crítica europea.
Sería injusto olvidar en estas breves líneas de recuerdo al gran espíritu que nuestras letras acaban de perder su inmensa labor de crítica e información sobre las letras hispano americanas desarrollada alrededor de veinte años en el Mercure de France. Uno de sus últimos libros, Esprit de Amérique Espagnole. recogía, ampliándolas, algunas de esas crónicas en las que el esiste. 25 y Garcia monge.
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ja Balicia cispecies de eucologios El gobierno de Chile cation chileno siguiendo la natural inclinoclastas deļ arte finisecular. El prefa y la muerte en París ejemplar generosidad de sus compañesito, tuvo el eco de una profesión de fe del ilustre escritor que le valió un severo reparo de Max Francisco Contreras tancia por nuestro compatriota, fué comcio de su poema, baudeleriano y exquiros de labor literaria en el continente.
No siempre esta labor noble y desinteresada, cumplida con talento y consColaboración Nordau y le dió ocasión para reiterar sus ideas en defensa de una concepción personalísima de la literatura.
Con la publicación de Toison. el mejor de sus libros, Contreras dió a conocer su calidad de poeta original; al concepto parnasiano de la forma ei joven escritor agregaba. una emoción nueva y refinada a tono con la revolución de que Darío, Lugones y Jaymes Freire eran los primeros abanderados.
Pero no hay que buscar únicamente en el poeta el capítulo de la contribución apasionada y ferviente de Contreras en el campo de las bellas letras. El mismo nos lo decía, en el prólogo de uno de sus libros de más universal difusión: Peregrino del Arte voy al soñado Oriente ei accro en la mano, la fe en el pecho ardiente.
El de mayo de 1933 falleció en París a la edad de 56 años, el eminente crítico y novelista cluleno don Francisco Contreras. Lo mató 12 Comisión de Control de Cambio de su pals. Dura lex, sed lex. Voy a explicarme. Es necesario.
Hace algunos meses, al presentar a mis lectores la personalidad de este nuevo colaborador, decía yo que escribir sobre él era casi como intentar trazar un panorama de un cuarto de siglo de literatura hispanoamericana. No exageraba de un ápice al hacer tal afirmación!
Pocos intelectuales de la raza han realizado en Europa una labor tan importante, tan intensamente dinámica y tan desinteresada como la de Contreras, que reunía en una sola mentalidad. un cerebro, un alma al escritor de lengua española y al escritor de lengua francesa. En los dos idiomas este hombre infatigable, modesto y estudioso sirvió lealmente a su tierra natal y a Hispano América.
Sin necesidad de adjetivos altisonantes, sirviéndome de documentos fácilmente comprobables, me esforzaré en trazar en un cuadro rápido, sumario, como lo pide las exigencias del periodismo, la gráfica de esta vida tan noble, tan triste en sus últimos tiempos, tan hondamente emotiva. Apenas me detendré para fijar algún rasgo de la obra del carácter de quien tanto hizo y trabajo por nuestra cultura en tierras extrañas, y no seré yo quien tenga la culpa de la prendida ni correspondida con la altura que el autor puso en ella sin vacilación y sin desmayo. Hasta poco antes de su muerte hablaba con amor de su tierra chilena y preguntaba con curiosidad y cariño por los diversos aspectos de la vida nacional que siempre le interesaron a través de los años y la distancia.
Dos grandes obras críticas, publicadas en España y en Francia, marcan el final de su obra literaria. Son ellas sus estudios sobre Rubén Darío y Valéry Larba:id, editada esta última por la Nouvelle Revue Critique.
Trabajador infatigable, debe dejar al morir más de alguna obra inédita de crí.
tica, novela o poesía que fueron los géneros que cultivó con predilección en su larga y fecunda vida literaria.
Pocos detalles nos llegan de su inuerte ocurrida tan lejos de este país, siempre vivo en su recuerdo. El poeta lormirá distante de la luna de la patria que cantó en versos admirables mientras desde nuestro rincón, hay para el una palabra emocionada de gratitud, admiración y cariño para el hombre que tanto enalteció con su labor literaria el nombre de su tierra nativa, En ese libro, Los Modernos. en el que habrá de perdurar siempre el recuerdo de su admirable estudio sobre Verlaine, Contreras reveló al púbico de lengua española toda la flexibilidad de su temperamento de crítico generoso y artista. Habló en sus páginas del pintor Carriére, del escultor Rodín, del novelista Huysmans, del dramaturgo Ibsen, de su siempre bien amado Verlaine, de todo aquello que en su tiempo constituía una atrevida novedad espiritual, Armando Donoso (El Mercurio. Santiago de Chile. Pasa a la página siguiente. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica