110 REPERTORIO AMERICANO Brigard Silva, intimo Montaigne, hay en el mundo: la abeceque son.
Lo malo es el semiciente, el dei genial Rendón, Alvaro, a quien en daria y la doctoral, pasamos la primera que imagina saber las cosas cuando lo la intimidad apodábamos Tanagra. que al menos es modesta, pero se nos que sabe de ellas es apenas nociones su no sólo por sus afinidades con Apolo, atraganta la otra por mentecata y charperficiales y confusas, barruntos. El se sino por la exquisitez artística de aquelatana:Nada es que un hombre no miciente! hé ahí la mayor calamidad de llas estatuas, que decoraban su cuarto, tenga letras; esto no le impide ser recto nuestras democracias!
las cuales al contemprarlas daban la y digno de estima y hasta si se quiere sensación de haber sido extraídas de los Mario Sancho culto, como dijo Chesterton de los camsocavones de la ciudad griega, recitó pesinos. de Castilla por más analfabetos Cartago, Costa Rica, agosto de 1933.
varios de los sonetos de sus Flores de Leyenda.
Inclinado, por afición, a cantar en sus versos la Santa Fé ya ida, la Santa Fé virreiral, la Santa Fé de la encrucijada Envio del Dr. Gustavo Adolto Solano, Barranquilla, Colombia galante, a la cual profesaba su devoción Auspiciado por los familiares más alle mos íntimos. El año anterior, en 1918, de artífice, adviértese en la mayoría de gados, acaba de aparecer en Bogotá, a habíamos, sido compañeros de estudio, ellos la personalidad vigorosa del poeque fué su ciudad natal, bajo el título. en el primer curso, en la Facultad de ta, con caracteres de originalidad fascide Los primeros poemas. el libro pós Derecho y Ciencias Políticas, de la Uninante Oigámoslo: tumo de versos de Alvaro de Brigard versidad Nacional, sin llegar a conocer.
DOÑA CLARA EUGENIA de ANUNCIBAY Silva.
nos. y confieso ingenuamente que des.
En plena juventud, cuando apenas de las primeras frases que crucé con él La dama está de frente y en la monotonía frisaba en los treinta años escasos; comprendí que se trataba de un mucha del terciopelo negro del ampuloso traje, cuando todavía la florescencia espiritual cho demasiado inteligente, de firmes pone sus notas blancas, de prestigio el encaje.
de su hondo plectro, no había dado to fastuosidades espirituales, cuyo porveEl rostro de la dama dice melancolia.
da su vendimia, los dioses, egoístas, los nir, en el campo literario, lo presentí de: Mágicas, imposibles, de la tela sombría dioses celosos de su obra, le troncharon proyecciones gigantescas, que no tuve surgen las manos largas. El fondo es un paide un solo tajo la vida, en forma des inconveniente en decírselo. Entonces saje piadada y brusca, que apesar de los días supe que era sobrino del inmortal autor sentimental y animico. El envidioso ultraje transcurridos, aún me siento poseído de de los Nocturnos.
del tiempo, el milagroso retrato desafía.
un anonadamiento espiritual inelucta En su casa de la carrera cuarta con Por tan ilustre dama cruzaron sus aceros ble.
la calle catorce, cuántas veces no estuen Santa Fé una noche dos bravos caballeros. Sé me escribe su hermano, doctor vimos ios dos solos, en confidencia íntiy ambos quedaron muertos al pie de su Camilo de Brigard Silva la estrecha ma, mientras tomábamos el té, en aquel. halcón.
amistad que te ligó con Alvaro y lo que su aposento embellecido por objetos anpara ii habrá sido la noticia de su destiguos, de valor inestimable, por los cua Aquella noble, desprestigiada y bella aparecimiento. Murió en forma ab les sentía rara fascinación, tal como si llamose Clara Eugenia de Anuncibay, sobre ella solutamente repentina, sobre su escrito se hubiese sentido un fiel intérprete de el Virrey Arzobispo lanzó su excomunión.
rio, sin una queja; cuando llegaron los todo aquello de que nos hablan las comédicos todo había terminado. Alvaro sas viejas, tristes, desteñidas, sin. voz Ante la lectura de este soneto máxinunca tuvo el menor aprecio por su ta y sin calor. En una de esas ocasiomo, Germán Arciniegas, una de las jólento, dejó una valiosa obra poética, nos, doña Julia Silva, viuda de Brigard, venes mentalidades mejor coordinadas que nunca publicó y que ahora me ocupo madre de Alvaro, al despedirme, me dijo: con que cuenta la América indo hispaen ordenar, pues tengo la intención de Para usted, Alvaro no tiene secrena, de seguro habrá modificado el con. publicar un libro. Vivió hermético, entos.
cepto que se había forjado, sobre la sicerrado en su torre de marfil, dedicado la dama aristocrática, hermana de sonomía literaria del extinto autor de a su mujer y a su pequeña hija y sólo José Asunción, el poeta más alto de Los primeros poemas.
los que convivimos con él supimos cuán América, en aquella frase sencilla, com: Lástima que, la Muerte hubiese silenta fué su bondad y su bella inteligen pendió toda una faz de nuestra vida de ciado prematuramente aquel temperacia.
fraternidad sincera. decía la verdad.
mento aeda, exquisito y elegante, y tan Brigard Silva no tuvo para mí rugo refinadamenente subjetivo. Su obra Másculo, con todos los atributos de sidades en su espíritu: sus intimidades. escribe Eduardo. Castillo podría ser la belleza varonil, ceñido estrictamente sus inquietudes cerebrales, sus anhelos simbolizada por ese bello genio fúnebre a la antigua norma griega de que en de perfección, los conocí al amparo soque, sobre algunos cenotafios de la Grelos tiempos heroicos, todo esteta era un noro de su palabra elocuente, cia antigua, huella con los pies una atleta. la figura corporal de Alvaro de En la carrera octava, frente a uno de antorcha extinguida. Brigard Silva, bien pudo tomarse como los cuarteles existía un modestísimo. ca.
arquetipo autóctono de esta nuestra ra fetín, de propiedad de un señor Melga No quiero terminar este débil boceto, za mestizada. arrogante y vigorosa rejo. Lo llamábamos Dorian Gray.
sin dejar de relatar un detalle insignifique ha escrito tantas páginas de virili. Allí solíamos rnos, con alguna frecante, que nos sucedió en la Escuela de dad inconfundible.
cuencia, José Enrique Gaviria, Ricardo Derecho y Ciencias Políticas de ColomCon el auténtico prestigio que solía Rendón, José Alejandro Navas, Luis Paimprimirle a su personalidad, más que láu Rivas, y una que otra vez asistie Nuestros condiscípulos, a partir del su real prosapia, su inmenso talento, la ron Luis Vidales y Ricardo de Santa segundo año de estudios, nos vieron enfigura elegante y discreta de Alvaro, se maría Orrantia. En una de esas reuniotrar y salir de la Escuela, siempre junimponía a su interlocutor, desde el pri nes nos leyó Navas, profundo. sociólo tos, en la más estrecha camaradería, mer instante. Fui introducido a sus re. go, uro de sus mejores cuentos, que por departiendo vivamente temas actuales laciones, que poco tiempo después lle cierto me trajo a la memoria por su de conversación, sin que recuerde que honda travazón humana el borroso re hubiese habido entre ambos el menor garon a la más cordial intimidad, una noche galante, armoniosa como todas cuerdo de otro que había leído de Laf asomo de disparidad o divergencia.
las noches bogotanas, en una de esas cadio Hearn, el de las japonerías ex Desde este punto de vista, algunos de tertulias que se suceden, a menudo, en travagantes. Con estilo inimitable y cas los compañeros de clase, ante quienes las regias mansiones de la capital de la tizo, Navas revelaba su inconformidad pasábamos impertérritos y muchas verepública.
con los viejos moldes. Luego que con. ces sin mirarlos, les inquietaba aquella Desde aquella noche memorable, fuí cluyó la lectura del cuento, a instancias amistad ilímite, que quizás juzgaron bia. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica