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REPERTORIO. AMERICANO 89 La mala memoria de Rubén Darío Envio del autor. Bogotá Con el fin primordial de hacernos sabedores de su intima amistad con Rubén Darío, el señor Mario Santa Cruz publica, en el último Sabado Literario de El Espectador, de Bogotá, un artículo embustero contra la gloria de su amigo. que ni aua después de muerto se ve libre de estas remembranzas insidiosas. El poeta tuvo una vida atormentada; aunque él afirma que como hombre, he vivido en lo cotidiano; como poeta, no he claudicado nunca, pues siempre he tendido a la eternidad. el hombre y el poeta se confunden frecuentemente en el odio de sus falsos amigos.
Ningún documento lo revela más bellamente que su Epístola a doña Juana de Lugones; dícele. mi rincón me llegan a buscar las intrigas, las pequeñas miserias, las traiciones amigas. y las ingratitudes. Mi admise maldita visión sentimental del inundo me aprieta el corazón. y así cualquier bong tunante me explotará a su gusto. Soy así. Se me puede burlar con calma. Es Rubén Dario justo. Por eso los astutos, los listos, Dibujo de Vásquez Díaz dicen que no conozco el valor del di.
nero. Lo sé! Que ando, nefelibata, por las nubes. Entiendo. Que soy hombre La mala memoria práctico en la vida. Estupendo! Si, lo confieso, soy, inútil. No trabajo por.
de Rubén Darío arrancar a otro su pitanza; no bajo a De El Espectador. Bogotá hacer la vida sórdida de ciertos previsores. Yo no ahorro ni en seda, ni en He leido varias veces la autobiografia champaña, ni en flores.
de Rubén Darío, escrita por encargo de Tuvo amigos nobles, ciertamente, que Caras y Caretas. y por la que el gran le comprendieron y le amaron; pero depoeta recibió la suma, que a él le pareció, enorme, de diez mil francos.
trás de esa falange, ocultos en la sombra de sus admiradores, qué innúmeras Al recorrer con espacio las páginas de ese Jibro premuroso, en una prolegiones de profiteurs. Mientras el sa que no recuerda ciertamente ni la de poeta accedía a sus caprichos, laúdes. La Canción del Oro. ni menos aun, la pero si el león, en gesto de asco, los de aquel cuento maravilloso, intitulado rechazaba, laúdes también pero húmedos La Emperatriz de la China. que tanto de insidia y de traición. La alabanza in alabó el fino espíritu profético y aristosincera como mampara del odio.
crático de don Juan Valera, cualquiera Mario Santa Cruz se refiere a la glo.
que esté algo familiarizado con la vida de Rubén, advierte inmediatamente muriosa existencia literaria del panida afrochas omisiones y lagunas.
nicaragüense. para anotarle errores, Quizá se deba ello a que Darío discontradicciones y olvidos inexplicables.
puso de poco tiempo, para confeccionar Es la crítica inane que Rubén presenese libro comercial, que ciertamente no tía: Un diplomado os alaba por lo me ha agregado laurel alguno a la gloriosa nos alabable que tenéis; y otro os cen existencia literaria del panida afro nicasura en mal latín o en esperanto. Este ragüense.
doctor de fama universal os llama aquí mi, que conocí muy de cerca a Ru ese gran talento de Rubén Darío. y bén; que le traté cotidianamente, en el allá os inflige un estupefaciente desaño de 1914, cuando abandonó París, huyendo de las falanges teutónicas que se dén. Este amigo os defiende temeroacercaban a la ciudad inmortal, para ir so. Este enemigo os cubre de flores, pia refugiarse en una apacible y aislada diéndoos por lo bajo una limosna. Eso Torre. de las afueras de Barcelonaes la literatura. Eso es lo que yo abo Calle del Tiziano, en la vecindad de la mino.
hermosa carretera que conduce al casiLo que Darío abominara, déjanlə so no de La Rabasada no me es difícil bre su tumba sus enemigos íntimos. En desentrañar en su susodicha Autobiotodo el artículo de Mario Santa Cruz no grafía. errores, contradicciones y olvidos inexplicables.
hay una sola verdad, como voy a deAhora, se me ha ocurrido poner de mostrarlo. Voy a insertar fielmente sus resalto, omisiones que se refieren a las palabras: dos estadas que el poeta nicaragüense El imperdonable olvido de Rubén, realizó en la república de El Salvador, que motiva este artículo y explica su a donde llegó por primera vez, más o título, dice Santa Cruz, consistió en (Pasa a la página 96)
haber omitido en sus memorias truncas, escritas más con la idea del lucro, que con el honrado deseo de relatar sinceramente los acontecimientos interesantes de su compleja y atormentada existencia, todo lo que su, cuerpo y su alma debían a la generosa y eficaz amistad del general Cañas. recalca más adelante. Cuando Rubén se refiere a su viaje a Chile, que tanto había de influir en el desarrollo de su carrera artística, oculta celosamente quién le proporcionó los dineros para ese primer viaje traspací.
fico. Agrega: Volviendo a Darío, voy a revelar a mis lectores, que quien le suministro lo necesario para su viaje a Chile, no fué otro que el general Cañas, quien para ello no sólo vació su propia bolsa sino las de algunos amigos suyos, logrando reunir al peregrino la cantidad de trescientos pesos fuertes. Don Miguel Pinto, que es quien me suministro este dato desconocido. etc. etc. concluye victoriosamente. Rubén Darío, se olvidó, pues, del General Cañas, como se olvidó del Maestro Gavidia, al que cita muy a la ligera, en su autobiografía, como para quitarle importancia a los servicios materiales y espirituales que le dispensara ese grande. y modesto salvadoreño; que es cierto que sirvió de mentor al poeta nicaragüense, no únicamente para el aprendizaje del francés como se ha asegurado sino también para el conocimiento y perfección de la misma técnica del verso castellano que Darío conocía entonces de manera aşaz imperfecta.
Todo lo anterior es calumnioso e insidioso. Todo es absolutamente embustero. Darío no olvidó en su Vida. ni al General Cañas ni al maestro Gavidia, sino que les dedica palabras ampliamente expresivas de su gratitud y de la influencia que en su vida ejercieron. Para agregar más veneno a sus: revelaciones. Mario Santa Cruz inicia su artículo diciendo: He leído varias veces, la autobiografía de Rubén Darío. Mentira también. No la ha leído jamás. Porque de haberla leído siquiera una vez, habría hallado en la página 60 de la única edición que existe (la de Maucci. la siguiente declaración de Darío. causa de la mayor desilusión que pueda sentir un hombre enamorado, resolví salir de mi país. Para dónde? Para cualquier parte. Mi idea era irme a los Estados Unidos. Por qué el país escogido fué Chile? Estaba entonces en Managua un general y poeta salvadoreño, llamado don Juan Cañas, hombre noble y fino, de aventuras y conquistas, minero en California, militar en Nicaragua, cuando la invasión del yankee Wal.
ker. Hombre de verdadero talento, de completa distinción, y bondad inagotable. Chilenófilo decidido desde que en Chile fué diplomático allá por el año de. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica