236 REPERTORIO AMERICANO.
de esclavos, habían llegado a tener una vida social de contactos fugaces, que deja entre ellos grandes zonas de silencio. Pues bien, son esas zonas de silencio las que yo aprovecho, y cuando me siento en mi mesa a poner en orden mi correspondencia, a enviar libros mis amigos de todo el mundo me rodeo de ustedes, de todos los que saben algo de mí y es entonces cuando yo vivo realmente satisfecho. Creo más. Creo que el escritor americano debe hacer así. Los escri tores americanos son una unidad perfecta de vida y de obra; no basta con leerlos porque en su vida hay generalmente tanto interés como en sus libros. Ese desencanto que producen generalmente los escritores de otras razas no se halla en el trato de los escritores americanos. He conocido escritores de tal categoría que no decían nada, no se entregaban en la conversación, no porque carecieran de imaginación ni porque les fuese dificil hablar con gracia, sino porque no querían prodigar sus ideas. Hay quienes llevan una libreta en el bolsillo, y en cuanto se les ocurre algo curioso, lo anotan. Pues bien, estat psicología de ama de llaves no la tiene el escritor americano. Al establecer contacto con el escritor como hombre, lo que he perseguido yo, pues, ha sido no olvidar algo de lo mejor que tienen nuestros compañeros de pluma. Ha conocido usted a algunos escritores chilenos. Ciertamente. Hoy mismo estuvo Pedro Prado, cuya visita he agradecido mucho porque ha estado enfermo, y hoy apenas se halla convaleciente. Qué agradable conversación he tenido con él! No quiero hacer una frase, pero si usted me deja le diré que hay en Prado la riqueza de un fuego alimentado con miel. He recibido también muchas otras visitas y me he encontrado muchas tarjetas.
No me he creído obligado a responderlas protocolarmente porque no me considero, diplomático en mi viaje a Chile. He venido a conocer nombres, a conocer sobre todo a los escritores, y para ello es preciso olvidar la diplomacia, en la cual la quisquillosidad es una enfermedad profesional. a propósito de Prado, déjeme contarle una anécdota que es muy curiosa. Cuando publico Fedro Prado en compañía con mi compatriota Antonio Castro Leal los famosos poemitas de Karez Roshan. yo me hallaba en Madrid y editaba junto a Juan Ramón Jiménez la revista Indice. Jiménez los poemas del poeta afgano le parecieron muy lindos, y decidió publicar algunos en el próximo número de la revista. Juan Ramón le dije yo no sé por qué me parece que bajo estos poemas hay bichito. Esperemos mejor. así fué: había bichito.
modo alguno. Es cierto que mi Ministro de rarios. se le solicitó un capítulo de su obra Relaciones, el sefior Puig y Casauranc, me inédita sobre don Juan Valera, y proporcionó pide datos e informaciones, pero todo esto el que estudia la Pepita Jiménez. Yo reentra en el rodaje corriente de la carrera. cuerdo que en ese tiempo Azaña vivía muy Ayer tuve el placer de conocer al señor ignorado, injustamente por cierto; don FranCruchaga. Es un caballero gentil y sencillo, Cisco de Icaza, mi compatriota, fué preque encanta por su simpatía y por su cultu cisamente quien me dijo un día. Se ha fira. Nosotros los mejicanos le debemos mucho jado usted en Azaña? Es un hombre que promete. Trátele usted; ya verá.
Vida en España Azuñia es autor de un importante estudio sobre don Juan Valera que no ha publi ¿Cuánto tiempo estuvo usted en España? cado nunca; sólo algunos fragmentos de. Diez años, repartidos en dos porciones han visto la luz. Sabe usted a qué se debe iguales de cinco años cada una: La primera eso?
vez, sin cargo oficial, y reincorporado a la Pues, verá usted. Azaña escribió su li.
diplomacia la segunda. En el primer período bro sobre la base de la documentación existrabajs, intensamente en el Centro de Estutente sobre don Juan Valera, y ciertamente. dios Históricos, bajo la dirección de don Ra hizo una obra magnífica, pero partió de un món Menéndez Pidal. Fué ese el tiempo en error de hecho. Consideró a Valera como noque se publicaron mis ediciones de Quevedo, velista, como autor de discursos, como cride Gracián y de Lope y mi versión prosifica tico literario, y más tarde se ha venido a da de! Poema del Cid. Algunos de mis tra descubrir que Valera no era nada de todo es.
bajos de ese tiempo han quedado en las pá to. Valera era un excelente escritor de ginas de la Revista de Filologia Española. cartas. Su familia posee armarios y arme ¿No piensa usted recopilarlos?
rios llenos de cartas que no han visto jamás Varias veces he intentado hacerlo, pero la luz. No se trata de esas cartas margina.
mi maestro Menéndez Pidal me lo ha impe les que escribe uno de prisa y corriendo, en dido. Lo que sí me autorizó fué la publica este tiempo en que ya nadie sabe escribir carción de Cuestiones gongorinas. libro que tas. Se trata de cartas extensas, eruditas, sausted debe conocer.
brosas, llenas de anécdotas picantes y de re. Ciertamente; se publicó con ocasión del ferencias divertidas. Créame usted: Petronio centenario de Góngora.
no sabía contar con tanta gracia como don Lo que me agradaria recoger de la Ro Juan Valera ciertos detalles de la vida huvista es un trabajillo que hice en 1917, so mana. es esto lo que ha dejado el libro bre las fuentes del monólogo de Segismundo de Azaña inédito. Esperaba rehacerlo, y desen La vida es sueño. de Calderón de la pués vino la República y le ha absorbido.
Barca. Es un trabajo que me ocupó bastante Por esos años publicó usted, en compatiempo: cerca de un año. Creo haber llega. ñía de Juan Ramón Jiménez, la revista Indo a precisar algunas cosas de interés. El dice.
origen del monólogo puede fijarse en una Exactamente; fué la primera de su nompágina de Plinio, en la cual hay frases que bre en España. Se publicó con toda la pulcon un leve retoque en la expresión se con critud tipográfica a que está acostumbrado vertirian en los versos del monólogo de to Juan Ramón Jiménez. En ella se insertaba.
dos conocido.
cada número, una hojita volante, en papel de. Escribió usted también en la revista color, que llevaba un dibujo alusivo y una España. leyenda especial: El lorito verde. La Ro Sí, tuve la suerte de ser allt amigo y sa de papel. Pues bien, en una de estas compañero de casi todos los políticos y di. insertamos Diez Canedo y yo un poema de plomáticos de hoy, que entonces hacían vida sabor y de corte medioeval, Diálogo de don literaria activa. Al señor Azaña le conocí cn Vino y de doña, Cerevicia (cerveza. La ese tiempo. Cuando se inició la publicación mistificación más sabrosa de esos días fue de una serie de minúsculos Cuadernos lite la invención de unas cartas cambiadas entre Góngora y el Greco. De esta problemática amistad no se conoce más que el soneto dirigido por el primero al segundo; pues bien, nosotros inventamos unas cuantas cartas, en las cuales por cierto el Greco anticipaba el debe estar seguro que va a recibir una acción salucubismo y Góngora no hacia otra cosa que dable sobre el cerebro, el Sistema Nervioso, el anunciar el ultraísmo. Claro está, las cartas Corazón y los Riñones. Porque compuesta de: vertidas en una prosa que trataba de ser la Rojo de Kola con Glicerofosfatos de Calcio misma del siglo xvii. Pocos días después de y Sodio y Gluconato de Calcio, publicada la revista, recibimos una carta de Núcleo de Kola con Cafeina y Teobromina, don Juiic Cejador y Frauca, aquel erudito tan conocido. En ella se decía a la dirección de la Núcleo Quinado con los Alcaloides Naturales revista, más o menos lo siguiente: Han sido y otros principios de la Quina Succirrubra, ustedes sorprendidos. Las cartas que aparetales centros se benefician prontamente con la ener cen en la revista no pueden ser de Góngora y gia curativa de esas sustancias en la siguiente forma: del Greco, porque en ellas aparecen algunas EL ROJO DE KOLA, unido al GLUCONATO palabras que no se usaban en el siglo xvii.
y al GLICEROFOSFATO DE CALCIO SODIO, En efecto, las palabras. seguía un eruconstituye la asociación por excelencia buena, re dito análisis que demostraba que la direcconstituyente del cerebro y del sistema nervioso, ción de la revista habia sido sorprendida.
según comprobaciones ampliamente conocidas en el Por cierto, la carta se publicó en el otro númundo médico.
mero, sin otro comentario que el siguiente: EL NUCLEO DE KOLA CON CAFEINA La Dirección no puede responder de la auTEOBROMINA, rico además en MATERIAS NUtenticidad de las cartas del Greco y de GónTRITIVAS, es el gran tónico del corazón y de los riñones: es el foco dinámico que da a la Kinocola gora a que alude el señor Cejador. De lo que responde es de la autenticidad de la car.
su peculiar valor cardiotónico y diurético. Agreguese además, que esta asociación natural cafeinada, en ta de este caballero.
cooperación del grupo anterior, se comporta como Pero en materia de mistificaciones literael Agente casi especifico, excitador los centros rias, la más livertida es la que hacíamos Diez nerviosos y tendremos que la Kinocola es positivaCanedo y yo en la revista España. En la mente un ALIMENTO DE RESERVA, PREVENsección bibliográfica de este periódico salían, TIVO DE LA FATIGA MUSCULAR y de la DEtodos los números, sumarios de una enigmaBILIDAD tica revista, titulada La hojilla filológica. Quien tome KINOCOLA, Libros y diplomacia. Proyectos. Nuevos libros. Viajes. Oh, muchos y ninguno en especial. Reunir algunos de mis ensayos dispersos, en algún volumen. Una nueva serie de Simpatias y diferencias acaso. No lo sé todavia, tal vez no. Los trabajos que ahora reuniría son menos librescos que aquellos. Me interesa sobre todo el Discurso por Virgilio. que se publicó en la revista Contemporáneos y del cual se hizo una corta tirada aparte. Cuánto tiempo que no va usted por Méjico. Siete años. En diciembre del año pasado tuve mis maletas listas para partir, y a última hora un inconveniente imprevisto sus.
pendió indefinidamente mi viaje. Alguna misión diplomática especial. El motivo de mi viaje a Chile? No, en Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica