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REPERTORIO AMERICANO 221 su.
manos Elogio de Muiis. conquista del imperio de la te todos los auxilios a este saflora. No se contenta el jefe bio, para que se transporte a (Viene de la página 216)
de esta complicada expedición donde mejor convenga a con sólo los vegetales y ex Testablecimiento. En 1790 bárbara en la botánica a la manos de Mutis. No quiero tiende sus miras a los anima trasladó su expedición a la nación española. Sólo la jus entrar en un paralelo del re les y a los minerales, y des capital del Virreinato, y coticia arrancó de las sultado de estas expediciones: pués de haberse sentado en el menzó a echar los fundamendel ilustre sueco esta dedica los sabios y la posteridad es. solio de Linneo, quiere ocu tos de esta oficina de las cientoria debida a la virtud y al timarán el mérito, las venta par el de Buffon y de Berg cias que hace hoy el más bemérito. Entonces fué cuando jas y la sabiduría de cada una mann. El centro de todas es llo adorno de Santa Fe. Yo conoció la península al hom de ellas. Yo me limito sola tas operaciones científicas fué apelo al testimonio de los viabre grande, al botánico ilus mente a decir lo que es la de la ciudad de Mariquita, lugar jeros que han tenido la suertrado, que tenía en su seno; Bogotá.
miserable, pero que llenaba to te de conocer este palacio, es.
entonces fué cuando toda la Así que se halla encargado das las miras de este sabio. En te templo de la historia natura España admirada puso sus este modesto sabio de una co el seno de los bosques inmen ral y de las matemáticas. Paojos sobre Mutis y concibió misión que le hace tanto ho sos que la rodean pasa mu semos en silencio la majestad las esperanzas lisonjeras de nor, no piensa ya sino en sa chos años separado de los hom del edificio y fijemos nuesborrar para siempre la nota crificarse entero al progreso bres y entregado únicamen tros ojos sobre las produccioinfame de bárbara con que el de las ciencias, a restablecer te a la contemplación de la nes de la naturaleza y del argran Linneo había manchado el honor de la nación, vulne naturaleza. Las grandes fa te que encierra. La biblioteel honor de la nación. Ocupa rado, y a corresponder digna tigas debidas a la malignidad ca. Ah! señores, el espíriba el trono el mejor de los re mente a las benéficas inten. del clima quebrantaron su sa tu más valiente se agobia al yes predecesores, el piadoso, ciones del Soberano. Forma un lud y fué necesario dejar a aspecto de tanta majestad.
el justo, el sabio Carlos III, plan vasto, digno de él, y to Mariquita para restablecerla. El sabio viajero que acaba de cuya memoria será grata mien ma todas las medidas necesa No podía verificarse esta di visitarnos, Humboldt, que ha tras exista la nación españo rias para ejecutarlo. Herbo fícil traslación sin consulta recorrido todas las Cortes de la; le rodeaban Ministros ilus larios, oficiales en la parte del Soberano: se ejecuta y Europa, que ha revisado las trados y celosos del honor de científica, diseñadores euroel augusto Carlos III expide bibliotecas de los sabios de la. Monarquía; se trata de peos, y quiteños, expedi una cédula que hace tanto ho esa parte del mundo, admira mandar a todos sus dominios ciones por todas partes, her nor al Monarca que la dicta la de Mutis y exclama: La expediciones de historia natu barios soberbios, acopio de se como al botánico que la me biblioteca del Presidente de ral; se erige la del Perú, la de millas, de maderas, de resinas, rece. La vida de Mutis es la Sociedad Real de Londres Méjico, la de Habana, la de lantas vivas para el jardín preciosa son palabras de es la más interesante y coFilipinas y la de Santa Fe; botánico de la Metrópoli; en en ella se interesa el piosa colección do que puede sabios profesores se destinan cargos, noticias, nivelaciones, progreso de las ciencias y el gloriarse el Antiguo Cyn:j.
para el desempeño de las pri medidas, todo se pone en mo honor de mi nación: encargo nente; pero debe ceder, sin meras, y la última se pone en vimiento, y se comienza la al Virrey de Santa Fe pres disputa, a la de Mutis. Con(MATLA) FOLLETIN DEL Rep. Am.
yó lejos. Por su amor, Cararé trató, en determinadas oportunidades, de ajustar un pacto de amistad con el padre de Yara, pero siempre fué rechazado. Kaurki comprendía que Cararé buscaba la paz no por deseo de reconciliar a las tribus y acabar con su rivalidad, sino por satisfacer codiciosa pasión. El cacique de Ujarráz debía renunciar a su hija como primera condición para conseguir su alianza; de lo contrario ¿qué garantizaría a Kaurki la lealtad de su nuevo amigo? He aquí el escollo inevitable que mantenía viva la enemistad entre chorotegas y güetares.
En tales circunstancias los hombres de Cararé apresaron a la propia hija de Kaurki. Sería un regalo de los dioses? Cararé ordena que Yara guarde prisión mientras se decide su suerte. La joven princesa no era, en verdad, botín de guerra, lo que exigiría, conforme la costumbre, dos penas: la esclavitud o el martirio. Yara había sido sorprendida en dominio no amigo y su silencio le hacía objeto de graves sospechas, entre las cuzles la de espionaje fué ganando voluntades cada vez. Por qué no? No era raro dadas las excepcionales condiciones de la muchacha. Con el espía la ley indígena era inmisericorde: tal caso Yara sería sacrificada a los dioses en una de las grandes festividades del sol. Pero Cararé, poderoso, apasionado, desafiando la oposición de los jueces que juzgaban su actitud como grave sacrilegio, resuelve perdonar la vida de su cautiva, pretextando que esta con sus relatos y canciones lograba aliviarle de su hastío: pero si llegada la gran festividad la joven no ha conseguido curarle radicalmente, él no podría ya oponerse a que el sagrado acto se cumpliese.
De manera que dos angustiosos horizon.
tes se ofrecían a la cautiva: la esclavitud o el sacrificio. De ambos prefirió Yara, como era natural, el. primero: desde entonces se propuso rescatar su vi.
da a fuerza de ingenio, del cuchillo del Gran Sacrificador, y cada noche narraba cuanto su viva imaginación le dictaha hasta que el regio enfermo rendíase al sueño, Así fué como la princesa nicoyana, flor la más hermosa de las tribus chorotegas. vino a la Corte del Cacique de Ujarrás.
doncella, que cubre sus juveniles formas con larga túnica de anchas franjas coloreadas, mantiénese en respetuoso silencio. Dos gruesas argollas de carev penden móviles de sus orejas y un collar de abultadas cuentas, blancas como motas de nieve, abraza su delicado cuello; en el extremo de la prenda, donde se inicia la división de los senos, juega nervioso un amuleto de oro. La indumentaria del Cacique es rica, vistosa: sobre la cabeza desnliega su abanico multicolor una diadema de plumas ceñida a la frente mor cinto dorado: colgante sobre el pecho largo collar de varias hileras de colmillos de animales: en los brazos, dohles anillos de oro. Su rostro, sin ser duro, es enérgico, con esa severidad caracteristica de la raza.
La doncella es muy joven aun: diez y ocho años a lo sumo. la izquierda la puerta principal del nalenaue, la cual sirve de cortina de sado manto de bordes coloreados. la derecha, bello grupo de tres princesas.
que escuchan en silencio la conversación y hacen de vez en cuando comentarios en voz baja. Sus indumentos son apropiados a personas de alta significación en la Corte. Sobre las paredes escudos, flechas, patenas y otros objetos. También trofeos de guerra y de caza.
Es cl momento en que el día apaga su fulgor en poniente: hacia el centro de la estancia consume los últimos leños un tosco brasero y su lumbre se quiebra en reflejos, como pajillas fosforescenEs la sala principal del palenque de Cararé. Al fondo, sentado como Buda, el Cacique. Le sirve de asiento muelle cojín de trenzadas pajas. su lado, rígidos, dos esclavos casi desnudos, armados de lanzas de flexible madera y diseñadas a usanza indígena. Cararé ocupa pequeña tarima, alta un palmo a lo más del suelo. su vera una linda en Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica