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EDITOR: REPERTORIO AMERICANO García Monge SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Suscrición mensual. C2. 00 EXTERIOR. El semestre, 3. 50 El ano, 86. 00 am.
Giro bancario sobre Nueva York.
Correos: Letra Desde que Garrison fundó su Liberator no hubo paz en la Unión: cómo crecen las ideas en la tierra! José Maril.
RINCON DE LOS NIÑOS (LECTURAS)
Conseja Recreábase una vez en oír a una paloma torcaz que arrullaba en la selva.
Quiso Cloe aprender lo que decía, y Dafnis la doctrinó, refiriendo esta sabida conseja. Hubo en tiempos antiguos, zagala, una zagala linda y de pocos años como tú, la cual apacentaba muchos bueyes.
Era gentil cantadora, y su ganado se deleitaba con la música, por manera que la zagala no se valía del cayado, ni picaba con la aijada, sino que reposando a la sombra de un pino y coronada de verdes ramas, se ponía a cantar de Pan y de Pitis, y toda la vacada pacía en torno oyéndola. No lejos de allí había un zagal que también guardaba vacas y era hábil cantador, como la zagala. y competía con ella en los cantares, siendo los de él más briosos, como de varón, y, como de muchacho, no menos dulces. Así fué que los ocho mejores becerros que ella tenía, hechizados por los cantares del zagal, se pasaron de un rebaño a otro. La zagala se apesadumbró en extremo con la pérdida de los beccrros, y más aún con el vencimiento en los cantares, y suplicó a los dioses que, antes de volver a casa, la convirtiesen en ave. Accedieron los dioses la convirtieron en ave montaraz y cantadora cual la zagala. Aun en el día, cuando canta, recuerda su derrota, dice que busca los becerros huídos.
La cuenta Longo en Dafnis y Cloe.
En la traducción de Juan Valera, Barriga grande Había un hombre extraordinario, que se llamaba Barriga grande. Era alto como una montaña, y tan grueso que cada dedo suyo era mayor que la encir?
más grande del monte. corte y pidió permiso para ver al rey; le hicieron pasar a un jardín, cuando se encontró los corrales dijo. Salte, zorra. Salió la zorra, y a ésta quiero y a ésta no quiero, destrozó todas las gallinas de un corral. Pasó Barriga grande a un salón lleno de arcon onzas de oro, y de éste a cas Del editor otro, y al llegar a las despensas dijo. Salte, arriero. Apareció el arriero con sus doce mulas, y las cargó de chorizos, jamones, cecinas, y se fué.
En esto llegaron los criados del palacio, notaron la falta de las provisiones en la despensa y dijeron. Barriga grande las ha comido.
Entonces el rey, en castigo, mandó que lo fusilaran, y como el gigantes era tan alto, de miedo de que no le mataran, ordenó que fueran todos sus soldados.
Llevaron a Barriga grande a la plaza del pueblo y los soldados apuntaron. la una, a las dos. ya iban a decir a las tres, cuando Barriga grande dijo: Salte, toro. Salió el toro y cogió a un soldado lo echó al aire, y luego al otro, y al otro, y no dejó ni uno.
Entonces el rey, viendo que era un hombre tan extraordinario, dijo: Nada; lo que hay que hacer es un monte de leña, echarle encima a Barriga grande, amarrarle bien y pegar fuego después y hacer una gran hoguera.
Al racer, sus padres llevaron una vaca al niño para que bebiera la leche, pero Barriga grande se echó sobre ella y se la tragó de un bocado.
Entonces los padres, viendo la voracidad de su hijo, determinaron abandonarlo en el monte; reunieron todos los bueyes que había en el pueblo y arrastraron a Barriga grande a un muy apartado, en donde lo dejaron, Marchaba Barriga grande a la corte de un gran rey cuando se encontró en el camino con una zorra que le dijo: Barriga grande. a dónde vas? la corte. Quieres llevarme contigo? Bueno. Se acercó la zorra y Barriga grande se la tragó.
Siguió tranquilamente su camino. ale, ale. y al poco rato se encuentra con un toro y le dice como la zorra: Barriga grande. a dónde vas? Pues a la corte. Si quisieras llevarme contigo.
No hay inconveniente, y se tragó el toro como se había tragado la zorra.
No tardó mucho tiempo en ver a un arriero que iba con una recua de doce mulas al pueblo. Al ver a Barriga grande le preguntó como la zorra y el toro. Barriga grande. a dónde vas? la corte. Caramba. qué a gusto iría contigo! Ven; si quieres te llevaré; y abrió la boca y fueron pasando adentro las doce mulas y el arriero.
Barriga grande había tragado tanto que tenía sed, y al pasar junto a un río se arodilló en la tierra, se agachó y se tragó el río. Así, repleto, llegó a la monte En julio del año pasado le decíamos adiós a nuestro amigo y colaborador el poeta y periodista cubano don Alfredo Piñeyro Téllez. Iba entonces rumbo a Colombia y como representante del REPERTORIO, y por lo mismo, autorizado para recoger suscriciones.
Digamos hoy que le ha presiado como agente viajero grandes servicios al REPERTORIO AMERICANO. Para confirmarle con el gusto con que lo hacemos las credenciales que entonces le extendimos, tendríamos que decir hoy que consideramos al señor Piñeyro Téllez como uno de los benefactores de este semanario. su paso por Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, Cali, Buenaventura, Guayaquil, Colón y Panamá, ha dejado más de doscientos apreciables suscritores.
Con los suscritores que ha hecho el Sr. Piñeyro Téllez en las ciudades citadas; Cualquier queja que haya en el servicio del REPERTORIO exprésensela directamente a su editor en esta ciudad (Correos: Apartado Letra Estén seguros de que inmediatamente serán atendidos.
Lo echaron encima de la leña, le sujetaron manos y piernas, le ataron y le prendieron fuego a la leña. Se encendió una gran hoguera. La gente decía: Ahora, ahora ya se quema, cuando Barripa grande gritó: Salte, río. saió cl río y apagó el fuego.
Entonces el rey, viendo que era un hombre tan extraordinario, le dió todo el oro que quiso para que fuese a su tierra. Allí Barriga grande se caso con una giganta y fué muy feliz. colorín colorao. este cuento se ha acabao.
Pío Baroja Lo cuenta al final del capitulo IV del Libro de El Mayorazgo de Labraz.
San José, Costa Rica, agosto de 1933.
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