REPERTORIO AMERICANO 363 Sobre la tradición, los tradicionistas y.
ma se privada, formada con los obsequios de los escritores americanos de mi genera(Viene de la página 360) ción y con los libros que yo había adde cascarrabias y de intolerante, rio conocían a mi padre y le veneraban quirido en varios años de atesoramiento concepto que a poco de conversar con él por su alta personalidad literaria, no de cultura, pasó a integrar el acervo de desvanecía. Era mal diplomático, encontró los obstáculos que comúnmenla Biblioteca, sin más trámite que la disporque, fácil de exaltarse a poco que le te se oponen al acceso al despacho ini posición de mi padre, que presumió en cascaheleara una bellaquería o una ne nisteriai, y llegó hasta donde su amigo, mí, como hereditaria, la generosidad cedad, no tenía pelos en la lengua para que estaba pluma en ristre firmando los que le caracterizaba. Esa costumbre de espetar sus impresiones que le habría expedientes que untuoso amanuense ie mi padre de poner notas y apostillas en costado esfuerzo disimular o callar, y ponia delante. El tradicionista se acerlos libros que leía y de donarlos a la prefería hacer uso del derecho de te có al ministro y campechanamente ie Biblioteca, le concitó la enemistad de Rufino Blanco Fombona. Este escritor, ner cosas. Ciertos hombres por razón palmeó en el hombro, diciéndole. Hode características psicológicas anóma. 1a, mi don Fulano. cómo le va. Veo panfletario venezolano, indudablemente las, o por la conformación espiritual ad que se trabaja a conciencia. Eso está de mucho talento y sentido artístico, había escrito un libro de versos en el quirida en el estudio o en la dirección muy bien, mi amigo. El ministro ledada a su vida mental, no hacen ni di vantó la cabeza, arrugó el entrecejo y que tuvo el deplorable gusto de poner cen lo que todos, y en el contacto coti le contestó secamente. Tenga la bona guisa de prólogo o introducción un lidiano con las gentes tienen un pie en dad de sentarse y esperar el turno de belo fustigando brutalmente la vida púel mundo corriente y moliente de su su audiencia. Don Ricardo sentose, irablica y privada de Andrés Mata, otro plano de carácter. En ellos todo es per gando saliva, y pensó que todo ese apapoeta estimable, llevando la malignidad misible y disculpable: no tiene trascen Tato de gravedad era por el amanuense, hasta ultrajarle relatando ciertas o cadencia, son las cosas de Fulano. El ante el cual no quería el ministro prelumniosas desventuras conyugales, en vulgo grueso hace una leyenda hiperbó sentarse en son de familiaridad y con las que Mata quedaba cual digan duelica de estas cosas. atribuyendo a tí tianza. Diez minutos después salió el ñas. El tradicionista escribió una nota tulo de tales muchas sandeces. La leamanuense y quedaron solos. Bueno, reprochando la falta de decencia y de venda chabacana en España y en Amé mi qucrido Fulano, he venido para. hidalguía del libelista, y su irrespetuosirica atribuye a Quevedo innumerables Señor ministro, querrá usted decir, sedad al lector culto al hacérsele leer esc anécdotas eróticas y escatológicas, tor ñor Palma. le interrumpió, gravemente cúmulo de indecencias e infamias empo.
pes y desconectadas del picaresco y fi el personaje, y continuo: Puestas las tradas en un libro de poesías, algunas no ingenio del insigne español.
cosas en su sitio. en qué puedo servir al espirituales y hermosas. En 1912 el seReferiré una anécdota de las cosas señor director de la Biblioteca? El trañor don Manuel González Prada, que de Ricardo Palma. Después de las cinco dicionista se levantó y mirando de hisucedió a mi padre en la dirección de de la tarde, hora en que terminaba el to en hito al majestuoso funcionario, la Biblioteca Nacional y que por implaservicio del público en la Biblioteca Na. le contestó. Hola, hola. Con qué cable. e incomprensible odiosidad de cional de Lima, de la que Palma era esos cangilones tenemos en las sayas?
emulación trató de dañar y desmeritar director, acudían algunos amigos a char ¿Los humos del puestecito prestado y la obra de Ricardo Palma, envió a Blanlar con el tradicionista hasta las siete pegado con saliva se le han. subido así co Foinbona el ejemplar del libro o la de la noche. Uno de los infaltables a es a los cascos. Mire, Fulano: le sabía copia de la apostilla que pusiera el tratos sabrosos conservatorios era un ami un bonus vir. pero no le sabía candedicionista bibliotecario; por lo menos, go de la juventud, que había alcanzado lejón. Que en qué me puede servir?
así lo declaró Blanco Fombona en un en largos años de oficinista el cargo de En nada, hombre, en nada; los cándidos artículo en el que se lamentaba de haber oficial mayor de un Ministerio. La ofi de pelotilla para nada siryen. Abur. cedido a resquempres de amor propio cialía mayor, en la nomenclatura buro tomó su sombrero y salió del despacho. herido y estimulado por la delación de crática peruana, equivale al cargo de El inistro se incorporó violentamente a González Prada, para escribir apasionasubsecretario, o sea el más inmediato en la vez que tocó el timbre para hacer dos e injustos dicterios contra una de jerarquía al de ministro. Sucedió que arrestar al irreverente director de la Bi las más grandes figuras de las letras en uno de esos corrientes batifondos de blioteca. Pero optó por volverse a sen americanas, inventando fábulas denila política peruana fué censurado el Mi tar, murmurando con sonrisa de conejo: grantes para herirle, como las que es nisterio por el Congreso, y el presidente. Cosas de don Ricardo!
tampó en el prólogo de una edición de de la República no quiso nombrar nuevo Tenía. Ricardo Palma una cortesía las Páginas libres.
gabinete e invistió a los oficiales mayo epistolar exagerada y no dejaba sin res. Don Ricardo Palma había tenido siemres para el despacho de los asuntos pú puesta ni una tarjeta de recomendación. pre en alta estima a González Prada, y blicos con el carácter de ministros inte No había escritor de América que no le como un homenaje de aprecio de su tarinos. El que había sido asiduo conter enviara ejemplar de su obra con la coTento le dedicó un folletito conteniendo tulio de la Biblioteca dejó de concurrir, rrespondiente dedicatoria autógrafa y traducciones de las poesías de Heine, lo que era muy explicable. Don Ricardo la consiguiente carta solicitando un jui que se distribuyó entre los asistentes a Palma, que tenía un asunto pendiente cio. Invariablemente, contestaba. Leia la fiesta literaria de incorporación de en el Ministerio desempeñado por éste los libros y anotaba en los márgenes de González Prada al Ateneo de Lima. En y referente a menesteres de la oficina, las páginas sus observaciones, o, al fi 1887 preparo González Prada un discurpensó que la circunstancia de ser su nal de la obra, el juicio sintético que le so que tuvo gran repercusión porque era amigo el ministro le daba oportunidad merecía. si el libro no existía en la una reacción contra el pasado y se vili: para recabar su pronto despacho, y una Biblioteca Nacional, se lo obsequiaba. pendiaba en él la obra política de los tarde fué a visitarle con ese objeto, a Recuerdo que cuando en 1902 emprendí forjadores de la república; en esa vila vez que para congratularle por su viaje a Europa, no había llegado yo a brante pieza literaria se estampaba la pasajero ascenso. Como en el Ministe Panamá, cuando mi modesta biblioteca famosa frase de los viejos a la tumba Doctor JORGE MONTES DE OCA OPICINA: 175 varas al Sur del Gran Hotel Costa Rica TELEFONOS: Acina, 2950. Habitación 2740 Tratamiento eléctrico por ARSONVALIZACION DIRECTA de reconocida eficacia para Flujos e inflamaciones del vientre; ensiyelo.
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