268 REPERTORIO AMERICANO INVIERNO Glosas galaicas (Del MARQUÉS DE FIGUEROA. Segunda entrega. Ver la primera en la página 156 del núm. 11 del tomo en curso del Repertorio Americano y calca, en los reflejos de su luz, el árbol divino, la igoea figura que une al cielo y la tierra por la cruz.
SIN NOMBRE Caído el cuerpo, ya el calor se enfría; niuy agudo y sutil tiene el porte; en los miembros, dolidos, se adentra aunque el aire no empuje, no sople, pues que ni hay para guiarlo ya hojas en los árboles del bosque.
Hechas hielo las aguas del cauce, toda vida quedó como inmoble; ya en el río no cantan las ondas ni en las quentes murmullos se oyen. quién preguntar yo podría dónde es que se esconden los pájaros, que ya no se encuentran ni en los valles ni en los montes?
Solo voy, por el campo, viajante a quien todo lo vital se esconde; en vano pregunto a los desiertos que sólo con los ecos responden; voz humana que acompañe y guíe ni de cerca ni a lo lejos se oye: que arredrados por tantas tristezas cdebajo sus techosv se amparan los hombres.
CANTIGUIÑAS MONS SACER Todo el misterio de la vida tiene su esencia en el Calvario, en la Cruz, que en lo Alto se eleva y en Ella está Jesús clavado.
La Cruz es hecha del hombre, los hombres la levantaron; que los hombres pecadores del presente y del pasado asi han hecho: todos, todos, su Señor sacrificando; las manos, torpes, contra el estrujan los duros clavos, que siempre clavando están y que son. nuestros pecados. Quién pensara que así se abren los ríos del cielo, santos, los que por el sacrificio nos dan libres, sanos, salvos!
HABLARES MIÑOTOS Da silva os copreiros caladors de vino, son todos moceiros, alem o aquem Minho. Me llamaron emigrante y hubo engaño en el hablar, pues no llego a tierra extraña en llegando a Portugal, No era otra que la del Miño, en mis prados de Galicia la viña que he contemplado, que por siempre ya fué mía.
Baja el Támega Ourensan regando de Chaves tierras, y llega a las vides de oro y a las corrientes del Regoa.
Agua clara del Río Lima, yo la deseara coger. al pensar que la he bebido en Galicia, de donde es.
Otro hablar es la ribera del Lethes y es hablar mal. de que no puede olvidarse pero es causa de olvidar.
Más que el Douro y sus riquezas con su querer llama el Miño, así esté verde el viñedo o maduro y hay buen vino.
Del río Miño entre las frondas los pájaros brincan, saltan. cantando dulces canciones, mas tan solo un amor cantan.
Yo, Miñoto, de riberas cambio, y no cambio mi ser; la ribera no hace al río y a él va todo mi querer.
Qui mis andanzas nunca deje yo de estar, de Monção a Salvaterra, en Galicia o Portugal.
Siendo mozo cai en un sueño, hube ensueño, hube fiebre de amor; la visión de una imagen que, dulce, toda envuelta en un rojo arrebol, al surgir muy luciente, atractiva, encendió cuanto había alrededor.
Al luchar de la luz con las sombras. cuán la luz en las sombras brilló!
Siempre veo a lo lejos, muy lejos, la figura del sueño que huyó: el recuerdo me da la esperanza de que vuelva la hermosa visión; ay. la noche sin par, toda encanto, en dia triste, sin luz, despertó.
Como el sueño brillaba en lo oscuro, me adormezco, por verla mejor. las mejillas el sol le tostara, y, traspuesto bastante ya el sol, le dejara al moreno semblante reflejado el corazón. Aunque fuera de noche vestida y sus ojos también noche son, en el hondo mirar de sus ojos tenía un cierto indecible fulgor que desciende hasta mí, entre las nieblas, como un suave rayito de amor. Si amor me inspiro. no lo tenía. mi ver ese amor cierto fué. no sabré si fui yo el amor de ella, si siquiera sintió el amor mío, si hubo encuentro de amores sagrados?
Con mirar no nos viene el saber; con saber el sentir se perdiera: y yo de ella el sentir no he perdido. pues quedó fija en mi, en el recuerdo. Pura luz, que en las sombras se muestra; al incierto claror que ella tiene, cuando pasa, confusa, la imagen y me mira, no me habla de amor, buen amor por amor que se guarda sin perderse en un vano querer. Aunque oculta entre nieblas la inagen, mi rayito de amor la envolvió.
Yo la veo muy lejos del mundo.
Dios nos quiera juntar en los cielos: es la honda plegaria que en mi alma hacia Dios elevo!
El clavel que lleva Nena. morena, morenecida. es de un lindo galán rubio, flor de amor que el le brinda. Emblema de mal amor.
le dicen al clavel, clavo que hay que clavar en el pecho si se quiere enamorarlo.
Cuando la sangre asi brota le da realce a la rosa, la rosa del buen amor que con tales penas goza.
Rey de flores, el clavel luce bien en la morena, como en la rubia la rosa, de las flores siempre reina.
Por qué han de decirle clavo al clavel, del jardín rey, si es la reina la que clava, la rosa que espinas tiene?
No llaman clavel al clavo, sí llaman clavo al clavel, pues clava en el pecho el dardo que se sufre en el querer.
Enamorado abatido todo llanto y suspirar, dando sus quejas al viento así dice en su cantar. Oh abundantes claveles que da la morena tierra. Cómo lucen los desdenes. de la rapaza morena. Clavelito que ella dióme la mañana de Ascención, clavel negro, negro clavo que clavó en mi corazón. Espinas de rosa clavan y es un clavo el clavel: siempre flor y toda espinas para el hombre es la mujer.
Dios que HIC EST Hoc est, LA CRUZ La cruz no es en verdad de troncos secos; las ramas, en el árbol, forman cruz: también el cuerpo humano ha de ofrecerla, abriéndole sus brazos a Jesús; Jesús viene: renueva el sacrificio que hizo de muerte vida; su virtud, savia de amor, enciéndese en clarores Hace Jesús vino el agua y hace sangre suya el vino; da gracia a la levadura de la harina, flor del trigo; cuando el trigo es hecho pan hace al pan su cuerpo mismo, y es para esto que tomara cuerpo de honbre Dios en Cristol Lo divino humano se hace y hace a lo humano divino, y es milagro entre milagros que lo bajo torna altísimo.
Rafael Estrada San José, Costa Rica, 1932. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica