löð REPERTORIO AMERICANO sa sobre puente, puente antiguo, de tres tos de la peste! Hay prisa por enterrar ladas, que se ponen de rojo y de oro al grandes arcos romanos: Es de calicanto, los pronto.
Inarchitarse: Su fruto también es verde, colonial. Debajo del puente pasa el río, En el mercado hay un vacío ominoso. y rojo, y amarillo.
casi sin querer pasar, haciéndose muy Se oye ronco, clamoroso, el ruido de la derecha de quien desde el parancho y seco, y formando islitas de are campanas. Din don, din don, din que mire hacia Catedral, está el Palacio nilla barrosa: Por ahí, del Seminario, del don. Horror, señores, horror! del Obispo, que ocupa media cuadra, y Instituto, de las Escuelas graduadas, se el Cuartel que ocupa lo demás. Al lado van los chavalos, juidos de clase, a descu Aquí se canta: izquierdo está el Palacio del Ayuntabrir tiersas y a vivir, en la amplitud miento que los leoneses llamamos el Cay la intensidad de su imaginación, la Tribulación, tribulación: bildo. En el Cabildo ha habido, muy lección de las carabelas colombinas y de ¡La peste, vaho de dragón, temprano, Junta de Notables: Llegó, de las fechorías de Pedrarias Dávila.
sopió en las calles de León. enfrente, el obispo; llegó el Jefe Polítiesa ciudad!
Al final sur de la calle, en la cumbre co; presidió el alcalde; concurrieron rede la cuesta del otro lado del puente, Se gyó Cadejo en occidente, gidores, y asistieron veintena de vecinos está la iglesia de la Virgen de Juan Die vol6 Sirena por oriente: pudientes, de abolengo, entre comerciango, la trigueña del cerro de Tépeyac. De ¡En carne humana sacia el diente tes, dueños de haciendas, médicos y abotrás de esa iglesia a unas cuadras, está la Sin Piedad!
gados.
el Cementerio de Guadalupe: El CemenSe oyó la voz autorizada de los faculterio está dividido en patios: El de los ¡Cuánta conciencia ha despertado tativos, quienes dieron fe de que la pesmausoleos, con ángeles en camisón de arrepentida de pecado!
te procedía de los cerdos que, a sus anHoy como nunca se ha rezado dormir, apoyados en anclas o abrazados con devoción.
chas y en paz, eran dueños y señores de a cruz; con estatuas o bustos de señotransitar en la ciudad por dondequiera.
res de gran bigote; con jarrones en forMás que la frente, el alma suda: Un hombre de finca abogó por la lima de urna griega; todas tumbas presunDe vanidades se desnuda bertad de los animales. Con razones rotuosas: Luego, detrás de ese patio, el y en la fe primordial se escuda, bustas alegó ser absurda la noción de de Primera, rodeado de murallones anloco de miedo, el corazóa.
que el cerdo propagase la peste, y apeló chísimos llenos de nichos; aquí hay crua la autoridad de su Señoría Ilustrísima.
ces gruesas, de madera, lápidas de pie¡Din, don, din, don, din, don. Su Señoría prefirió parecer hundido dra del país, montículos sembrados de en meditación profunda.
zacate: Sigue el patio de Segunda, más Aquí se dice, se cuenta, se relata: Habló el Comercio, también en contra humilde, con cruces flacas, con monte Pasó León tarde llena de dolor. Luede los cerdos. Replicó con vehemencia crecido: Finalmente está el patio de Ulgo noche de angustia. Hubo función de el afincado. Siquiera por vanidad. tima: Pacen tranquilas mulas de ojos secine, pero sin espectadores casi. El par iedarguyó el Comercio. debiera León renos y colas cortas, colas locas, colas que se vio abandonado. El desvelo enquitarse de encima tánto chancho.
que no se dan abasto para sacudir mosvejeció los. rostros. Cuántos ojos no ;Todo se vuelve vanidad. exclamó cardones, porque les cortaron el pelo.
vieron ése ni ningún otro amanecer! el finquero. por eso nos morimos ¡Quién sabe qué rey cruel decretó ese los demás ojos, que el llanto enturbiaba, como animales. Diga usté, si no, señor estilo para las pobres mulas!
vieron la luz del día húmeda de vinagre, obispo!
Por la calle del Pantión pasa todo enapagada en hiel. Se trabajaba recio en El obispo entonces dijo palabra del tierro que va a ese cementerio. Para cada los cementerios, que además del de GuaEclesiastés: entierro, al pasar por Catedral, doblan dalupe deben contarse los de Subtiava y Una es la muerte de los hombres, y los grandes bronces sonoros del templo.
San Felipe. En el mercado no se habla de las bestias, e igual la condición de ende otra cosa. peso el doble. El campanero es sortrambos: Como muere el hombre, así do. Sordo como tapia. Los leoneses te. Ay mialma, si venís de casa apestambién aquellas mueren; del mismo monemos orgullo especial de esto.
No son tada, no me manosies la verdura!
do respiran todos, y nada tiene el homcampanas cualesquiera las que pueden. Que la Santísima Trinidad se apia bre más que la bestia: Todo está sujeto ensordecer tan perfectamente al que las de vos!
a vanidad. todas las cosas caminan toca. verdad. Los. nancites. Los nancites! a un lugar: De tierra fueron hechas, y Cuando el entierro es de gente del. No compren nancites porque dan la en tierra igualmente se vuelven otra vez.
centro, principal, detienen el féretro en peste. Quién sabe si el espíritu de los hijos una esquina de Catedral y allí, desde. La peste la da tu lengua, deslen de Adán subirá arriba, y si el espíritu de el elevado atrio, los oradores les hablan guada que sos!
las bestias descenderá abajo?
al muerto y a los que llevan al muerto. El cobrador del mercado iba dando El hombre de fincas calló. Bestias. Después de buen discurso de entierro se boletos y recogiendo centavos, hombre pensó, son sólo las de montar. Granapuede aspirar a diputado. Si el muerto odiado, infeliz empleado que el amo dino tenía que ser el tal obispo. Los del es muy principal, hay torneo de orato enseñó a enseñar dientes de perro y a Comercio no volvieron a abrir la boca.
ria. Hay discursos en todas las esqui hablar en gruñido, cuando le cogió desLos médicos, acallado el debate, acordanas, pero en la esquina de Catedral los mayo y cayó, atacado de la peste, arro ron, en nombre de todos, las siguientes de los oradores más famosos: El puesto jando vómito negro. Nadie lo levantó medidas: es peleado. Después de estos discursos, hasta que llegó la policía con las andas Primera, prohibir el destace de chanel cortejo sigue adelante, cuesta abajo. de San José que Lino Argüello, el poeta chos en todos los rastros y a domicilio Al llegar al puente, la mayoría de la con de León, cantó al son de macabra músi bajo pena de expulsión de la ciudad.
currencia se despide. Si han llevado al ca crujiente.
Segundo, prohibir la venta de carne muerto en hombros, allí lo meten en la Frente a Catedral, que mira al ponien de chancho y todos sus derivados, bajo carroza fúnebre: Hay pesada cuesta que te, está el parque. En el parque hay pena de multa de cien pesos fuertes.
subir.
céspedes. En cada esquina tiene fuente. Tercera, ordenar a la policía y al veHoy las campanas de Catedral no han. En el centro, kiosco de madera, en esti cindario dar muerte a todo animal pordejado de doblar. En todas las demás lo que quiere ser morisco, donde la ban quino que se viese en poblado.
iglesias también se ha estado doblando da se acomoda para tocar de vez en cuan Cuarta, publicar por bando solemne desde que amaneció. se ha tocado el do. Hay, aquí y allá, palmeras reales, y estas órdenes de salubridad pública, potoque de agonía interminablemente. To uno o dos cocos que se elevan pandos y licía y buen gobierno.
davía no ha muerto nadie principal por flacos y que tienen penacho de palmas Salió el pregón, con acompañamiento que no se ha detenido procesión ninguna atormentado por el viento. Dan somde marchas militares. Algunos creyea oír discursos. Ha pasado uno, han pa bra al paseo enladrillado que circunda ron que se trataba de general que había sado dos, cuatro, seis, trece entierros. esta manzana de jardín, bellos almen muerto y se preguntaban si sería Ortiz. Trece entierros en sólo la mañana! To dros, árboles de ramas en parasoles su o Godoy, o Chavarría, o Ramírez, los dos con poca concurrencia. Son muer perpuestos, de grandes hojas verdes, ova generales afamados de León. Otros, que Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica