Socialism

116 REPERTORIO AMERICANO Un gran francés internacional desaparecido De La Nación. Buenos Aires los repro Tivine Más quizá todavía que en París, la súbita muerte de Albert Thomas ha producido penosa sorpresa en el extranjero y dado lugar a condolencias sinceras.
Embargada a la sazón por el horror y la piedad que suscitaron el asesinato de Paul Doumer, el hombre de bien, el heroico padre de familia que presidía la República con tan alto sentido del deber, Francia no ha valorado tal vez en el acto lo que perdió el mismo día al perder al director de la Oficina Internacional dci.
Trabajo. También de él, como declaró el respetable y respetado Mahaim frente a la alcaldía de Champigny, pucde decirse que ſué un gran francés que puso al servicio de un ideal internacio.
nal, honrando con ello a su país, un conjunto de aptitudes y de tendencias en las que Francia tiene derechó a identificar lo mejor de sí misma.
Sabido es en qué trágicas circunstan.
TIT cias fué planteado al mundo ese ideal.
Terminaba la guerra. Se esbozaba la paz, pero mucha gente abrigaba el sentimiento íntimo de que la paz no habría de ser Albert Thomas duradera. Si no empezaban todos los paiVisto por Fresno ses por preocuparse más del pueblo, de la masa, si no se adoptaban todas las medidas necesarias para hacerle accesiesfuerzos en materia de protección del ble una vida más humana, si el cuidado solícito de la justicia social, en fin, no trabajo. Era importante que las naciones industriales se someticran a convenpasaba a ocupar el primer plano en el mundo de la postguerra, aquella paz cnciones análogas, que cada una de ellas estuviera al corriente de las cargas alic tre los pueblos no sería, cn efecto, duradera.
las demás se imponían en interés de los Visto decían las altas partes contratrabajadores, que todas se esforzaran en hacer converger sus tácticas en esa otra tantes en el preámbulo del tratado de guerra de todas las horas que es la lupaz que existen condiciones de trabajo que implican para gran número de percha contra las repercusiones del maqui.
sonas la injusticia, la miscria y las prinismo. Una política digna de tal noni.
vaciones, lo cual engendra un descontenbre tenía que ser internacional o no sería nada.
to tal que la paz y la armonía universal De esas reflexiones nació la idea de son puestas en peligro, y visto que es la Oficina Internacional del Trabajo, que urgente mejorar esas condiciones. se mencionaba como muestra de 19 no había de ser sólo una biblioteca, sino que había que hacer la reglamentación de las horas de trabajo, la determinación de una duración máxima de la jornada y la semana de trabajo, el reclutamiento de la mano de obra, la lucha contra la desocupación, la garantía de Se cura fácilmente usando un salario que asegurasc condiciones de existencia adecuadas, la protección de los trabajadores contra las enfermedades generales o profesionales y los acci.
dentes resultantes del trabajo, la protecen su dieta.
ción de los niños, los adolescentes y las AGRURAS. FLATULENCIA. MAL mujeres, las pensiones a la vejez y a la ALIENTO. DOLORES DE CABEZA invalidez, la defensa de los intereses de los trabajadores ocupados en el extran. Síntomas todos de que jero, la afirmación del principio de la libertad sindical, la organización de la su digestión anda mal.
enseñanza profesional y técnica, y otras medidas análogas.
Desaparecen RAPIDAMENTE con Pero los países que fuesen los primeel uso de la ros en adoptarlas y que se negaran a considerar el trabajo humano como una simple mercancia. no se expondrían a colocarse en situación de inferioridad con relación a otras naciones menos hu.
HERMANN ZELEDON manas?
De ahí la necesidad de coordinar los BOTICA FRANCESA un laboratorio, no solamente un centro de estudios, sino un curso preparatorio de la actuación.
Para dirigir el nuevo organismo, para orientar las investigaciones de sus funcionarios, para armonizar los criterios de entantes de los Estados, de los patrones, de los obreros, y transformarlos en convenciones, en recomendaciones susceptibles de generalización, estaba indicado un hombre a quien las experiencias de la guerra habían designado ya a la atención pública: un alumno de nuestra Escuela Normal Superior, auxiliar de historia, micmbro del Parti.
do Socialista y ministro de Armamentos durante la guerra: Albert Thomas.
No se ignora que nuestra vieia Escuela Normal es algo más que un vive.
ro de profesores. Proporciona a Francia no pocos hombres de letras o de ciencias, y también hombres políticos, entre los más famosos de los cuales figuran actualmente Paul Painlevé y Edouard Herriot. Pensando en ellos y en su actuación fué que a un editor se le ocurrió hace unos cuantos años estampar en la faia de un libro que trataba de lanzar. Es la Normal quien guía a Francia. Frase chistosa, exageración caricaturesca, desde luego. Pero no menos cierto también que muchos normalistas se han destacado brillantemente en el orden de las actividades internacionales. En el bangucte organizado por la Sociedad de Amigos de la Escuela Normal Superior, que preside Francois Poncet, embajador en Berlín, figuraba cerca de un centenar de normalistas internaciona.
les. en ese terreno nadie podía disputar la palma a Albert Thomas. De entre todos aquellos universitarios dedicados a otros menesteres, era el más notable, el más preparado para tender uri puente entre la investigación científica y, la acción social.
La Escuela Normal había contribuido a esa su preparación en ambos aspectos.
Cuando el hijo del modesto panadero de Champigny ingresó en ella tras de haber recibido en el curso de retórica superior del Liceo Louis le Grand los consejos de un profesor incomparable, Charles Lafont. dió la impresión de ser un trabajador encarnizado. La voluntad plebeya le prestaba ánimo. El gordo Tom. como sus compañeros lc decían, se abocó a una tarea formidablc.
Aprendió allí para siempre los buenos métodos: los que imprimen la costum, bre de informarse con precisión, de clasificar sistemáticamente, de exponer en forma lúcida. El normalista Albert Tho.
mas poseía en alto grado esas cualidades que los miembros de las reuniones internacionales aprecian de buen grado en las delegaciones francesas. halló algo más también en la vie.
ja escuela, conmovida entonces hasta las raíces por el asunto Dreyfus: el impul.
so moral. Experimentó el ascendiente de Lucien Herr, nuestro célebre bibliotecario, maestro silencioso de toda aquella Tiene Ud. Dispepsia?
SAL UVINA Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica