Bourgeoisie

98 REPERTORIO AMERICANO Desde allí, como un Dios, sobre de abandono, de Paul Claudel en presen se a los paisajes y al ambiente con todos su solio, espectador del teatro del mun cia del universo.
los sentidos a la vez y también con el mo.
do, absorto en profundas reflexiones, Dejada toda presentación personal, ce vimiento interior de la vida en toda su examino el relieve y las conformacio rrado todo retorno sobre sí mismo, no es profundidad.
ncs de la tierra circundante, la dispo. otra cosa en la luz del universo, que un he aquí por qué Paul Claudel en su sición de las pendientes y de las lla átomo danzante. sin duda, experi Connaissance de Est, donde se encuennuras; fija la mirada como la de un menta bien a menudo la amargura del tran casi todos los secretos de su genio, cuervo, escruto. la campaña dominada destierro, la angustia de esta irremedia nos habla tan a menudo de su propia acdesde mi atalaya, sigo con los ojos ble separación.
titud y de la condición de su cuerpo.
ese camino que apareciendo dos veces Pero en un mundo, donde el pecado consecutivas sobre las crestas de los ha destruído las primitivas armonías, la. Siempre, Ceilán, me acordaré de collados, va a perderse en el bosque. verdad se adquiere con el dolor que es ti! Cuando con lágrimas en los ojos. Nada encuentro sin interés: la di. cstímulo a la inteligencia.
bajo el peso de una desgracia, vagaba rección del humo, el contraste de som Se puede pensar que si Claudel no hu bajo tu cielo pluvioso, masticando una bras y luces, el regreso de las labores biese jamás abandonado su Champaña, hoja de canela; viandante extraviado, campesinas, cse carruaje que avanza o si hubiese seguida viviendo en París juez sagaz de la largura de las som por la carretera, los tiros de los caza entre los literatos, con gran placer de. bras, nada pierdo de la augusta ceredores.
una y otra parte, un velo cada vez más monia de la jornada; ebrio de ver, lo No siento, ni mucho menos, la fal impenetrable de palabras y de fórmulas comprendo todo.
ta de diarios o de escritos, en que no habría ensombrecido su maravilloso tem Este puente que traspongo en la leo sino el pasado; no tengo más que peramento de poeta.
paz de la hora vespertina, este cerro treparme a la rama y, traspuesta la Un fecundo aislamiento fué durante que escalo y desciendo, este valle que pared, veo ante mí todo el presente. largo tiempo su actitud preferida, entre atravieso entre tres ríos, esta roca arLa luna asciende, y yo vuelvo hacia los fríos puritanos de Boston e, inmedia. dua y prominente donde ocupo mi ella la cara, encerrado en este cajón de tamente después, entre las multitudes puesto para asistir al final de lo que frutas. Permanezco inmóvil y de cuan amarillas cuya alma nos está más cerra. ha sido el día. Sin pensar en otra do en cuando cae una manzana, como da aun que las fronteras de sus Estados. cosa camino, con la cabeza como aisun pensamiento maduro y grave. Una soledad en la que Paul Claudel, du lada del cuerpo, como un hombre rante años enteros ha vivido con Dios, aquietado por la acidez de un perfume Pero antes de enumerar tantas maracomo los antiguos patriarcas que anda demasiado fuerte.
villas, veamos el manantial.
ban de un extremo al otro del desierto. Con la palma acaricio estas granEl hombre no es nuevo. El niño misY el mundo se ha abierto ante él como des alfombras tejidas por los pinares ino, rodeado de tantos adultos, pierde un libro de estampas que conviene ir sobre los jacintos del valle, verifico con gran facilidad la originalidad de su poco a poco conociendo. Semejante in con los dedos estos detalles inmensos visión nativa. Bien pronto frías pintu vestigación exige al hombre todo ente en la trama y la bruma de este día inras convencionales, sin color y sin relic ro; no simplemente con la mirada, sino vernal, una fila de árboles, un caserío.
ve, se substituyen, como en las mutacio con toda su alma es que debe entregar.
nes del teatro, al espectáculo real. se a la contemplación. No se identifica Podrían multiplicarse indefinidamenY nosotros llevamos tristemente una a un hombre sencillamente por sus ojos, te las citas. Estas bastan para demosexistencia artificial en un mundo esquesino por todo su porte, por su manera de trar lo que he querido decir.
matizado.
ser, por los movimientos de la cabeza, Tantas precauciones han resultado inúSe precisa bastante más que cierta parpor el gesto del brazo, por el ritmo per tiles; he aquí la prometida recompensa.
ticular calidad física de los sentidos; se sonal, por todo el conjunto, en una pa De pronto hace explosión el entusiasprecisa una verdadera ingenuidad de eslabra. nos es dado oír un himno a la píritu para escapar a este universo ya De igual suerte, ningún objeto está tierra, al cielo, al mar.
definido. esta ingenuidad no se conaislado; hasta el más humilde de ellos No es solamente la embriaguez de la serva ciertamente sino merced a una es.
necesita, para manifestarse, del concurso belleza contemplada; es también el depecie de ascensión.
de todos los demás.
leite del conocimiento el esplendor de la La persona que todo a sí misma lo re Más aun; el que contempla debe unir luz, que es la imagen de la verdad.
fiere, como un avaro que va amontonanJacques Madaule do tesoros ante una posibilidad, bien lejana, tesoros que, por eso, jamás podrá utilizar, ese tal, repito, nunca conocerá Parábola de Animus.
ni siquiera el mundo que le rodea. Paul Claudel alude en algún pasaje a esta ex(Viene de la página anterior)
traña avaricia. Numerosos poetas han blar con una piedrecita en la boca y se expre. de ocurrir en el matimonio algo extraño: un deprecado la insensibilidad de la naturasa tan bien, que sus amigos, jamás fatigados dia que no se sabe si él entro de súbito o sezlcza que no se ocupa ni de nuestras alede oírle, aseguran que es imposible hablar teaba después de la comida, o estaba absorto grías ni de nuestros sufrimientos. Es mejor. Ahora Anima no tiene derecho a de en sus combinaciones, Anima, creyendose soposible imaginar un prejuicio tan gro cir una sola palabra; él se las quita de los 12 la, se puso a entonar en la habitación contitesco. Se pretende acaso que nuestras bios y sabe mucho mejor que ella misma lo gua una canción misteriosa y maravilloalegrías hagan reverdecer las plantas y que quiere decir, y merced a sus teorías y re sa cuya cadencia, cuyo sentido, le fué imminiscencias lo amasa tan bien, que la infc posible a el. entender, partir de ese día que nuestras lágrimas influyan sobre la liz, después, no reconoce su pensamiento. Ani. ha recurrido en vano a las más oblicuas incipresión barométrica? Como Chesterton mus no es fiel, lo cual no le impide ser celo taciones para hacérsele repetir; pero Anime lo ha dicho profundamente, la naturaso, pues en el fondo sabe que Anima es la se hace la desentendida, y calla. El Alma leza no es nuestra madre sino nuestra dueña única de la fortuna y él un parásito calla en cuanto la mira el Ingenio. Anihermana.
que vive a su costa. Para explotarla a su mus, para engañarla, sale, finge hablar ruiEvidentemente la naturaleza jamás ha antojo, trama tretas, la pellizca y fragua his dosamente con sus amigos, silba, tañe el laud, respondido a esos poetas. En cambio, torias sentimentales sonsacándole su opinión, sierra madera o canturrea cuplés sandio. Ena aquel que todo lo olvida, y a sí mismo que después cuenta a sus amigotes de cafs. tonces Anima mira en derredor, escucha honDurante esas salidas ella queda callada, dis damente, respira, se tranquiliza poco a poco antes que nada. siguiendo el dictado tribuyendo su actividad entre la cocina y la al creerse sola, y va a abrir la puerta a su evangélico, todo lo demás, es decir, el limpieza, esta última no fácil porque después divino amante, mundo entero, le es dado generosamente.
de las reuniones literarias de Animus todo Pero Animus, que tiene los ojos en la nuca, como una respuesta murmurada en huele a colilla cuando no a algo peor. En el según suele decirse, no ve nada.
voz baja, encuentra la relación secreta y fondo Animus es un burgués de costumbres necesaria entre la negrura del pino y el minúsculamente metódicas que gusta de co.
Paul Claudel verde del arce. Tal es la actitud, llena mer siempre los mismos platos. Pero acaba (Traducción de Hernández Cata. mo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica