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236 REPERTORIO AMERICANO ROGELIO SOTELA principio aristotélico, ajustando al clima, la tierra, las costumbres de los pueblos.
Sentía a la democracia, yo no sé si mejor o peor que los jacobinos, pero no era un jacobino, ni un demagogo, porABOGADO NOTARIO que consideraba divorciada a la licencia y el desorden de la vocación de América. si algún aporte extraño quería agregar a sus propias concepciones y su exTELEFONOS: periencia personal, no era otro que el que había recogido de su observación Casa de habitación 2208 directa; durante su gestión diplomática en la libre Inglaterra, y de aquí su fór Oficina, Pasaje Dent 3090 mula del Senado hereditario, de acuerdo con la que echaba las bases de la República conservadora, según la definición del profesor Belaunde. Esas ideas del del gobierno brasileño de los Braganza, marifiesto de Angostura y la presidencia garantía de la unidad nacional y la invitalicia, que estableció en su proyecto tegridad del territorio. las rechazaba, de constitución de Bolivia, contrapesada señores, por considerar, de acuerdo con con la organización tripartita del Poder una indeclinable convicción, que la moLegislativo, no tendían en su concepto, narquía era incompatible con el genio sino a conciliar las libertades cívicas con americano.
la autoridad gubernamental de los paíNo primaba en su propósito ecléctico ses todavía inorgánicos; prevenir el pede sistemas ningún propósito subalterno ligro de una democracia desbordada y o doctrinario, sino. el de conjurar la prácticamente imposible, instituyendo el anarquía, el caos oprobioso en el que se régimen de una oligarquía intelectual y precipitó América toda, inmediatamente patricia, que arrancara directamente de después de su muerte. El incisivo escrila estirpe de los libertadores.
tor colombiano que he citado nos descri¿Por qué quiso Bolívar realizar el mibe la saña con que devoraron las furias, lagro, acaso el absurdo de reunir las caterminada la lucha armada, a ese magracterísticas de todos los sistemas? Pornífico dispensador de gloria. Los muque conceptuaba que tales formas polítilatos tomaron en serio la igualdad, en cas, podrían avenirse con su tierra, su el sentido de ser todos presidentes, dice raza, sus hábitos, su historia. Tengacon sarcasmo. por eso lo llamaron timos presente, decia, que nuestro pueblo rano. Tirano él que los había arrancado a todos de la servidumbre. Dictador tres no es el europeo, ni ci americano del norte; que más bien es un compuesto de veces, efectivamente fué Bolívar, por la Africa y América.
clamorosa instancia de los que veían en Bien, señores; todas esas construcél al Predestinado, es el mismo Mitre ciones teóricas el Libertador se preci.
quien se ha refirido lealmente: a su pitaron estruendosamente en el vacío.
grandiosa y corta dictadura, porque no Para bien o para mal de América. No es era déspota, agrega, no quiso ser jamás este el momento de formular ociosas senun tirano.
tencias. En todo caso un siglo de vida ¿Tirano quien dirigíase, por último, a institucional ha demostrado que si el Lila Convención de Cúcuta, renunciando al bertador erraba, y con su error se ganó poder supremo, con este admirable menel destierro, la miseria y la muerte, los saje: vosotros, dignos representantes que le sucedieron, erraron a su vez, inde un pueblo libre, descartad toda idea clusive aquellos que se lanzaron con desde que yo sea imprescindible a la Reinterés y sacrificio, por las rutas más pública. Si un hombre fuera necesario limpias de la perfección.
para sostener al Estado, ese Estado no Pero, es fuerzı que aprovechemos esdebería existir.
tas oportunidades en que se exhibe su Los que atentaron contra su vida, los figura, de cuerpo entero, para desnatu. que consumaron ignominiosamente, una ralizar, cuando menos, tanta especie lia una, todas las segregaciones, los que lo viana y tanta estulticia solemne, que, en arrojaron, por último, de su patria, los compendios universitarios de historia que le confinaron en Santa Marta, esos americana y demnás libros que aspiran a y todos sus congéneres de todo el consalir de compendios, se ha escrito a pro.
pósito de las ideas políticas del Libertador. Afirmemos, entretanto, recordando su vida que, ni liberticida, ni monárquico, ni politiquelo de cuartel fué quien dijo una vez: desgraciado del pueblo cuando el hombre armado delibera. y otra vez: la continuación de la autoridad en un mismo individuo ha sido el término de los gobiernos democráticos. recordemos cuando a pesar de las instancias de gobiernos europeos y de sus mismos generales, rechaza las reiteradas insinuaciones monárquicas. Insinuaciones monárquicas que venían, unas veces de España: las de Aranda y Godoy, o las otras que invocaban el antecedente tinente, representaban, acaso, la democracia y la república. Oh, los anatemas al ilustre Dictador. De dónde partían entonces. De dónde podrían partir hoy mismo. Acaso del seno del despotismo; el de abajo o el de arriba; el del desenfreno del nú.
mero o el de las minorías o los indivi.
duos providenciales cuyo balance desta.
ca la quiebra democrática de América y el mundo.
Pero apartemos de tanta miseria a la memoria resplandeciente del Libertador!
Encumbrémoslo en nuestros espíritus y nuestra gratitud! Será el símbolo eterno de América! Todo lo previo; todo lo predijo. Abarcó su pupila la visión de la grandeza y la derrota.
Yo de mí sé decir, señores, que en toda ocasión se ha complicado mi espíri.
tu en seguir su augusta sombra, sobre todo cuando he peregrinado en tierras lejanas de América. En lo alto del Aventino escuchó mi corazón su juramento cumplido. En Madrid le sorprendió mi fantasía junto a su infortunada Teresa, y en Londres al flamante diplomático de un mundo nuevo y en París busqué a menudo sus huellas por los salones mundanos y literarios, donde su juventud, espléndida y melancólica, vibrara al con: tacto espiritual de los Humboldt, los Chateaubriand y las Mme. de Stael.
Fué así que el de mayo de 1927, con motivo de la inauguración de la Avenida Simón Bolívar, en la capital de Francia, hube de escuchar, de labios ilustres su nombre equiparado al rango de héroe de la humanidad. y en julio del año pasado quise confundirme con los estudiantes latinsamericanos que colocaron una lápida recordatoria en el frontispicio de la casa que habitara en 1804. fué entonces que frente a la inquictud actual de América y vibrante de sus terribles profecías, yo hube de repetir, bajo el cielo propicio de aquella patria de todos los hombres libres, la sentencia de José Martí: vigilante y ceñudo en el cielo de América, Bolívar está sentado aun en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a sus pies; asi está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.
iSentado aún en la roca de crear! Para repetirnos desde la inmortalidad unir.
se o morir. Para rehacer en la paz, la libertad y el progreso, el campamento de Junín, donde se fundieron en el fra다 EXPECTORANTE ORIENTAL Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica