354 REPERTORIO AMERICANO una unos propia tierra le llama, con un y luego vino a abrirle la puer le pidió cabo de vela para toria de Genoveva de Braban. exquisito eufemismo y cierta ta a media noche para matar encender un cigarro de hoja te. Indalecio, en la pronun fraternidad de armas: Los se con él, sable contra sable. iaquel cigarrillo envuelto en ciación del terruño, la llamaría empleados. Trae las onzas Afirma el doctor Gonzali la hoja del maíz, cuyo tufo seguramente: La Ginoveva.
de oro en la tripa del cintu tos sabio historiador de la trasciende, vago, por todas las Yo alcancé a oír los últimos rón, y los cartuchos revueltos región que por este nombre es calles de Monterrey. o bien toques de la fama de Indalecon el tabaco. Entre estos ta recordado que ya a fines del el Caballo Blanco, así llamado cio el ceceante. Fué en una garnos de blusas rojas Juan xviii sólo se encuentran por porque tenía un caballo blan molienda de caña, por el pueZuazua reclutó sus centauros; aquellos contornos blancos co que él dejaba suelto en las blo de San Jerónimo, adonde entre estos reclutó sus afama criollos o mestizos poco car noches para que le cuidara el en compañía del Cabo Matados rifleros el disidente Vi gados. Las grandes civiliza sueño, hasta que cierta vez los un ordenanza y de unos cuandaurre, a quien dos o tres des ciones indígenas no llegaron al empleados le echaron tos amigos, llegué en un gacuidos de Juárez envenenaron Norte. Allá los conquistadores yegua al bruto y sorprendie. lopc desde Monterrey, cierta el alma haciéndolo perro del españoles, capitaneados por ron al jinete dormido. to tarde que dejábamos correr sin mal.
cuantos portugueses. dos, al tipo de Roque Guinart, rumbo a los potros, levantanHermosos retoños ibéricos Carabajales y Montemayores rumbosos con el pobre y ami do del suelo el temblor de las plantados por la zona de Nue que todavía tienen vástagos, gos de pelear con muchos: palomas moradas y las zumbavo León y Cohuila, son, estir fundaban reductos y campadoras codornices. La gente repe sin mezcla y crecen en pu mentos que de noche en noche ¡Qué bonito, era Bernal posaba entre los peroles de reza de tradición y palabras.
en su caballo retinto, eran asolados por tribus trasmelaza el punto aromático Usan formas emparentadas con humantes. La población que con la pistola en la mano, donde el azúcar va concentranel leonés (por algo la antigua logró establecerse ofrece una peliando con treinta y cinco!
do sus dulzores y mezclaba provincia vino a llamarse Nue singular pureza, y se distin. con los tragos del mezcal em. Qué bonito era Bernal vo Reino de León. dicen ri gue do la gente del interior en borrachador aquellos vasos de en su caballito obscuro. yo por río. y en cambio, todos los órdenes de virtudes aguamiel tan golosa que con De miedo de la Acordada, dicen sía por silla. aun cívicas. Generosidad y lealtad tantas indigestiones marcaron se puso fumar un puro, que ellos prefieren el término son normas de su vida: entre los hitos de mi niñez, Quien. sieta. silleta. Siempre que ellos abundan el apellido Leal ¡Qué bonito era Bernal se propasa con el jugo de caello sea posible, declinan por y el nombre de pila Generoso. en su caballo Jovero. ña se empanza. dice la gengéneros los apellidos, de suer En tiempos menos urbanos, Nunca robaba a los pobres, te, como si, a lo avestruz, se te que, si el hombre es Juan se entregaban al matuteo por antes les daba dinero.
tragara un cuarterón de cas.
Cantú, la mujer es Juana Can el río, para darle sabor a la cajo. En el corro, uno acarituna; si él Pedro Orozco, ella vida y no morirse de aburri Eran hombres sentidos co ciaba su acordeón, y otro canPetra Orozca.
miento. De aquí provienen las mo el venado. que oían ve taba unas cosas de la tierra Traen en la sangre el hábi fortunas de algunas familias nir al enemigo pegando la ore. llenas de esos calambres rítmito hispano de la soberanía po ilustres. Cuando vieron cer. ja al suelo; ligeros para huir cos que vienen a ser los esdrúpular; el que, burlando insti nerse sobre su cabeza otro va y atacar, que andaban jugan julos de la música.
Era una tuciones, se hace por sí mismo lor más alto, se rindieron sin do con la muerte. Cuando des historia de batallas: se veía justicia en la Fuente Oveju condiciones, como suelen siem. cansaban, se les salían los ver entrar al General Jerónimo na de Lope de Vega; el que, pre los bravos. fueron des sos de la boca. y componían Treviño en la plaza fuerte de en El Alcalde de Zalamea. de entonces adictos en alma y canciones en que el amor va Monterrey. De pronto, apade Calderón de la Barca, deci vida y corazón. Fué tu pa revoloteando entre las balas. reció mi héroe en estas coplas de a lo hombre la causa pro dre quien nos hizo gente. Tenían suavidad de maneras, inolvidables: pia. Yo supe de los vecinos de solían decirme. yo quisiera mesura con las nujeres, co¡Ay Indalecio a la vuelta del riyo!
un rancho que dieron caza, sin tener fuerzas para darles aho medimiento en el hablar y has los empleados los redoto!
ayuda de la policía, a un mal ra la inmortalidad que me ta don de lágrimas. Pues no Iba Indalecio en caballo tordio, hechor fuereño que había aserecen.
encontré un día, sobre la mesa la fibra indómita en el corazón.
sinado a dos niños para robarHéroes de corridos popu de mi padre, un libro que le les el penco rucio. En tanto lares que vienen a ser nues. había obsequiado Indalecio? Grita Indalecio en la plaza con énfasis que proveía el gobierno, los tros romances de guapo, Decía la dedicatoria, que nunrancheros colgaron al criminal todavía se les evoca en las fe ca se me ha podido borrar. Mueran los gringos y el ferro caril!
de un árbol e hicieron bien rias, al lloro sabroso de las Lea cste libro mi Señor Gey la autoridad prefirió cerrar guitarras: el que dejaba a sus neral, para que vuelva a llorar ¡Viva que viva clen veces México.
los ojos. Yo supe de un Jefe hombres en campo raso y se un poco, porque a los hombres que defendiéndolo quiero morir!
Político que, ofendido en su iba a dormir a una cueva de como él y yo ya las lágrimas honra, encarceló al violador nadie conocida, donde una no se nos están olvidando. El Alfonso Royes Quebra Prascos. Teresópolis. 1982.
para evitar que se le escapara, che se le apareció el diablo y libro era, nada menos, la HisEstampas permitiera hablar para que los pueblos oyeran. Leeríamos pausadamente, sin toGente nueva es lo que los pueblos necesitan nos interpretativos, como si fuéramos el propio autor: Mas a la par, y, sobre Mientras no aparezcan nuevas unidades a dar la voz de combate, todo, y como fundamento para el porvela misma mentira y la misma desvergüenza seguirán dominando nir, hay que formar gente nueva por otro modo mejor que el que hemos logrado Colaboración directa en nuestro tiempo nosotros; y después la distancia de muchos miles de mi ha de asegurarles pequeñeces, se les avi agruparla en pequeños organismos hollas se está despertando el instinto gue va el instinto. De nada se van a redi mogéneos, libres de una tradición dolorrero de un pueblo. Lanzan al espacio mir. Pero el patriotismo los entontece y rosa y oscura. Nuestro deseo es ver si la onda que difunde la palabra sulfu adquieren fiereza marcial.
podemos entregar a la sociedad cada rada. Con lo cual la vuelven ubicua. Contrastamos la impresión que el dis año algunos hombres honrados, de insOímos cómo repite el alta voz el término curso aéreo nos deja con el profundo tintos nobles, cultos, intruídos hasta no patriotismo. pensamos en los pueblos, sentido de una pasaje de don Francisco serles extraños ningún elemento ni proen lo desorientados y miserables que Giner de los Ríos. Quisiéramos aquí jun. blema fundamental de la vida, laborioviven. Para que vayan a la guerra que to a sotros, la radiodifusora que nos BOS, varoniles de alma y cuerpo y ca. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica