356 REPERTORIO AMERICANO justicia, y llamar a confesión y penitencia a la que había sido acusadora falsa.
quien desde ese día en adelante llenó de buenas, obras los días de su vida; de lo cual debiéramos aprender a ser constantes en la oración y a reconocer su poder cuando se la ofrece a Dios con el hondo sentir del corazón entero.
Dios para ahora os desco narrar la excelente historia y el gran arrepentimiento de Thaís o Tahisis, bienaventurada mujer, porque hablar de ella es excelentísima cosa, llena de aliento y de penitencia del alma para quienes aman a Dios.
Esta mujer tenía madre quien, porque su hija era bella de rostro, la hizo to.
mar lugar en el mercado, y el rumor de su belleza se extendió a todas partes, y aun aquellos que vivían muy lejos grandemente desealan verla; y nadie que la veía, si era hoinbre, quedaba satisfecho con sólo verla el rostro, porque ella encendía una como llama de fuego en los corazones de quienes la miraban, y muchos, por razón de la locura del amor que la tenían, le vendían a los padres de la bella mujer cuanta propiedad poseían para poder gozar de esa belleza en comercio carnal. cuando Besarión, siervo de Dios, oyó contar estas cosas respecto de esta mujer, que por medio de su belleza arrastraba a tántos a la destrucción, se vistió con ropajes del mundo y tomó un dinar consigo y se lo dio a ella; y habiéndole tomado el dinar, ella le dijo: Vamos dentro. él a ella: Sí, sí, entremos. habiendo entrado, el bienaventurado Besarión via el lecho que estaba alli tendido, y era muy alto, y la mujer le dijo al anciano: Vamos, sube al lecho. le dijo él a ella: No tienen dentro de este cuarto una recámara? ella le respondió: Es cierto. él la dijo entonces: Vamos allá. Thaís le contestó diciéndole: Si es que tienes vergüenza de que haya hombres que te vean en esta cámara, no hay aquí hombre singuno; mas si es a Dios a Quien temés. El puede vernos no importa adonde entremos. el bienaventurado varón Besarión, al oír estas palabras, le dijo. Sabes, pues, hija mía, que Dios existe? ella le respondió: Si sé que hay Dios, y que será Su reino, y que habrá Su juicio. él la dijo: Pues sabes que hay Dios y que será su reino y que habrá Su juicio. por qué destruyes de este modo a los hombres? al momento la mujer se arrojó a sus pies, y díjole: Sé que hay arrepentimiento para quienes pecan. Te, ruego, maestro, esperaime tres horas, y lo que desees hacerme por causa de los muchos males qua han sido obrados por mí, haz10. habiéndule dicho en qué lugar la esperaría, él la dejó y se fué. en aquella misma hora la mujer tomó todo cuanto había ganado en fornificación y lo quemó en una hoguera en medio de la ciudad, y decía. Venid, cuantos habéis tenido comercio conmigo y ved con vuestros ojos cómo quemo cuanta posesión alcancé por el pecado! las cosas que dio al fuego valían trescientas mil libras de oro, y había bienes y artículos de lujo, y ropas, de parado de mi contemplación arrepentida toda clase; y cuando hubo quemado cuan mis pecados, hasta esta hora.
to poseía, llegó donde el bienaventurado el bienaventurado Besarión le dijo: varón Besarion. Dios no te ha perdonado tus pecados Cuando Besalión la vio la tomó de la por premio de tu arrepentimiento sino mano y la condujo y llevó a una casa por razón del pensamiento que tenías, religiosa de hermanas, y la encerró en de que te entregarías a Cristo.
una pequeña celda que tenía sólo una después de su arrepentimiento esta ventanilla, en el muro, por la que una bienaventurada mujer Thaís hizo quince mujer le pas la alimento. el bien días más de vida, y partió en la paz del aventurado Besarión le dijo a la cabeza Señor. Tal fue la coronación de la biende la casa: Dadle una libra de pan al aventurada Thaís, la que se perdió y día, y el agua que haya menester. fue hallada, la que murió y revivió por la bienaventura la mujer Thaís le dijo al gracia de Cristo. Cuyos son el honor y venerable Besarión. Con qué petición la compasión y la gloria por los siglos ms ordenas que le ruegue a de los siglos. Amén.
que me perdone mis pecados?
El bienaventurado Besarión le dijo: Había cierto hombre del mundo que No eres digna de rogarle a Dios, ni deseaba hacerse monje, y tenía una hijide pronunciar con tus labios Su Nom ta que le rogaba la llevase consigo al bre, ni de alargar la mano hacia El; pormonasterio; y era ella doncella, y él la que tus labios están sucios y polutos, y suplicaba, diciéndole: Si quieres hacerte tus manos contaminadas de impureza. monja, déjame llevarte a una casa de Sólo, pues, te sentarás mirando hacia el vírgenes. pero ella le dijo: No puedo Oriente, y. no dirás sino iOh, Tú que separarme de ti. su padre, muy preme creaste, ten compasión de mí! ocupado viéndola llorar noche y día y. habiendo vivido en la celda por cooyéndole pedirle que no se apartase él sa de tres años, el bienaventurado Bede ella, se decidió a llevarla consigo, y sarión se apiadó de ella, y el santo vale cambió el nombre para que no se corón fue donde el Abba Antonio para sanociese que era mujer. su nombre haber de él si Dios había perdonado o no bía sido María, pero su padre la dio el sus pecados de clla. habiéndole hablade Mariano como si hubiera nacido vado de ella a Antonio, ese bendito varón rón; y puso el éxito de ello encomendallamó a sus discípulos, y les dijo: Endo a Dios, y la tomó consigo y la llevó ciérrese cada uno de nosotros en su cela un monasterio sin que nadie percibiese da toda esta noche y ruéguele a Dios que Mariano era muchacha, y al cabo de varios años el padre de Mariano murió que veamos a quién ha de serle revelatras de haber hecho excelentes obras de do aquello respecto de lo cual ha venido vida monástica. el archimandrita, vienhoy donde nusotros el bienaventurado Besarión.
do que Mariano trabajaba esforzadamente y que sobresalía en excelencias cuando todos habían hecho según espirituales, se alegró en él y, sin saber se les había ordenado, y cuando un larque no era muchacho, ordenó que no se go tiempo hubo pasado, el bienaventurale enviase a mendigar en los caminos do Paulo, principal de los discípulos de por ser tan niño; y los hermanos tuvieMar Antonio, miró abiertos los cielos ron envidia de Mariano porque no los y vió allí que tendían un lecho muy esacompañaba cuando salían a pedir por pléndido, y tres ángeles, que llevaban el amor de Dios.
tres lámparas, hacían guarda frente al cuando el archimandrita vio que los lecho y sobre el lecho resplandecía coro hermanos teníar, envidia de Mariano porna de gloria. habiendo tenido esta vique no salía a mendigar en los caminos sión gloriosa, dijo: Este lecho no puede como ellos hacían, llamó a Mariano y ser sino para mi padre Antonio.
le dijo: Puesto que los hermanos te entonces una voz vino del cielo dienvidian porque no haces como ellos, te ciéndole: Este lecho no es para Anto ordeno que lo hagas. Mariano se posnio, tu padre, sino para Thaís la prosti tró delante del archimandrita y le dijo: tuta. y temprano en la mañana el bien Cuanto tú me mandes lo haré con aleaventurado Paulo se levantó y relató la gría. oh, padre! los hermanos del visión que había tenido.
monasterio en que vivía Mariano, siemY el bienaventurado Mar Besarión re pre que salían pedir por el amor de gresó de donde el Abba Antonio con Dios en los caminos, solían visitar la cagran júbilo y fue a la casa religiosa de sa de cierto creyente, para descansar allí las hermanas, y abrió la puerta de la un poquito y refrigerarse, y habiendo celda para ver que saliera de ahí la mu Mariano salido cn obediencia de la orden jer que estaba recluída; mas ella le rogó del archimandrita, este creyente a quien diciéndole. Déjame aquí hasta que los hermanos solían visitar lo vio (que muera porque son muchos mis pecados! bien conocía a todos los hermanos, pues Entonces el santo varón le dijo: He tenía costumbre de ir amenudo al moaquí que el misericordioso Dios se ha nasterio. y cuando el creyente vio a apiadado de ti y ha aceptado tu arra Mariano era la hora en que ya anochepentimiento. entonces sí quiso salir cía, y lo tomó consigo, y lo llevó a su ella de la celda. y le dijo a él: Créeme, casa para que descansase allí la noche.
padre, que desde el día en que entré el creyente tenía una hija doncella, en esta celda, he hecho de todos mis y esa noche en que Mariano se hospedó pecados una fuerte carga y la he puesto en su casa cierto hombre la sedujo, y el delante de mis ojos de tal modo que, que se había echado sobre ella y la había así como el aliento que respiro no se ha seducido la ordenó diciéndola. Si tú paseparado de mí, así tampoco se han se dre te dice ¿Quién te ha seducido? Le Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica