REPERTORIO AMERICANO 143 Nostalgia Instantáneas de la tarde playera común con alguno de la multitud cambiante que nos rodea.
En esta variedad de emociones, de una Envío de la autora cosa sí estamos seguros: Que nuestro pensamiento y corazón se alargan. se Froylán Turcios, porque ama a nuestra. patria como a la propia.
alargan. hasta el hogar distante, y su No hay vocablo preciso que defina el visto. Sin conexión con nada, hay en centro sensible está muy más allá de los ansia de volver a la patria. No en el dicmares.
nuestra mente evocaciones simpáticas: Gris cionario de la lengua sino en el idioma recordamos a alguien que tenga rasgo Plattekill, 1932, del corazón, existe la expresión de ese anhelo que se asoma a los ojos en luces extrañas, que los entrecierra para percibir mejor a la distancia la visión de seres amados, o de retazos de vida en que De Vivir. San Salvador tantas veces prendimos la ilusión, como Son, a la luz que se aletarga, mariposa de luz.
tras la jornada amarga y larga, Este añorar extraño, que nos picotea FRENTE AL MAR bueyes de carga sobre el mar, como cuervo el corazón, tórnase a veA Francisco Gavidia ΤΙΙ ces en garra afilada que tortura incesante.
El mar, el mar, el mar,, el mar.
Vientre del mundo, arca, baul LOS CIRROS Nostalgia! Cuán diferentes emociodonde el Sol hundese a guardar Salarrué nes componen este dolor de la patria tesoros de vida y de luz.
El viejo Sol llega a la playa, lejana. En alguna hora se convierte en Playa del mar en pleamar: a la playa crepuscular. inquietante ansiedad. Vacío que nada circo de inmenso aplauso azul.
y tira alegre su atarraya puede llenar, otras. Anhelo indefinido, En verónicas de azahar hasta el propio seno del mar.
las más.
mil toros alzan el testuz.
Con su carota de pitahaya Ese afán constante de buscar en lo Sueño gris de la lejanía: riese radiante al sacar presente, los, detalles lejanos. Parecerán opio del mar cuya folía celentéreos de linda laya pueriles algunos de los momentos en que de una emoción de más allá.
y crespones de espumamar.
el ser extranjero nos pesa, como un griYo senti siempre y siento ahora El vieja Sol alza la pesca: llo, en el alma. Es tan. variado el disun loco afán de hacerme prora frota las piezas en su yesca fraz de la nostalgia! Hoy, al despertar, hacia el confin crepuscular.
y de luz viva las satura.
ha sido la necesidad urgente de posar II Ya en el confin, al dar la vuelta, nuestra vista en la hermosa curva de diciéndonos adiós las suelta montañas de azul puro, que se tienden LOS LANCHONES y de cirros llena la anchura.
como peana, para que descanse Dios el Alberto Masferrer IV cielo su pie azul también. Qué esfuerzo el de la vista para gozar, a la distancia, Bostezos de melancolia ese paisaje que vive varios días en la calanza el azul, Duermen los vientos.
EL CREPUSCULO mara de los recuerdos. Ese sentimiento Arría su baadera el día. Alberto Guerra Trigueros Suaviza el calor sus tormentos.
no cesa su palpitación. Mañana tomará Muerto de sueño, haciendo cruces la forma de un capricho: Oir el canto doEntre el ojo y la lejanía, los torpes pies al caminar, liente del gallo que, como un reloj, precomo rumiando aburrimientos, el viejo Sol se fué a acostar los lanchones de la bahia y en el mar cayó de bruces.
gonara las horas largas de una madruvan cabeceando macilentos.
gada en vela. Simple deseo, más inten.
Fué ua gran escándalo de luces.
samente sentirnental; otra vez cambiaMansos, sin sexo, tristes, lentos, sobre el mar ríamos todas las maravillas de la civili. andan chafando, soñolientos, era el continuo disparar zación por oír aquí, bajo nuestra ventala pradera crepuscular.
de policromos arcabuces.
na, o en la esquinita del cuarto, la queja Enjambres de raras avispas monótona de un grillo; escarbaríamos eran los arco iris de chispas hasta el centro de la tierra en la espe.
La muerte en aquel naufragio mayúsculo.
ranza de encontrar al músico doliente y Hizo de paje un arrebol familiar.
de Masferrer que anunció en rojo: Otra vez ese dolor latente encuentra. Ha muerto el Sol, su expresión en las cosas más triviales: Al cerrar esta edición de Repertorio, nos viva el Crepúsculo!
Aflige el no haber reconocido una simha venido a abrumar la noticia dolorosiple hoja al lado del camino. Hasta las sima de la muerte de Alberto Masferrer.
plantas nos son extrañas, cuando en la No sólo su patria nativa, El Salvador, LAS CONCHAS sino la América Latina foda, pierden con propia nos era familiar la más diminuta Claudia Lars su desaparición a uno de los hombres hoja de brizna.
más importantes de la época que vivi Por no olvidarse el buen Jesús En otra ocasión es instrumento de tormos: un honrado servidor de allos de su antigua carpintería, tura el olfato: ese olor a selva tropical, ideales, a un esforzado luchador por suele ir al taller del día a aire puro, a vida exhuberante, que se buenas causas, a un generoso director de a garlopar tablas de luz.
cuela hasta la médula. aquel a tierra juventudes. En Centro América los varoCon ojo avaro el mar 19 espía; nes de su falla son contados. Les corres.
mojada, tras el fertilizante aguacero.
y sin decir ni tus ni mus ponde a quienes quedan, la tarea de estira bajo el cielo sus Ese sentirse extraño, desligado de tocontinuar la obra de Masferrer, perpeluar grises carpas de lejanía.
do y de todos: no encontrar nada de cosu espíritu, mantener vivo su recuerdo.
mún con lo nuestro, ni la expresión de anhelo de todos los que al grande lueven en todas las rutas los semblantes; ni un pensamiento que hombre conocieron y admiraron ha de lascas, virutas y volutas vibre al unísono con el de una raza en ser en estos momentos que El Salvador en estupendo meteoro.
que el sentimiento está atrofiado porque se honre repatriando los restos del más El astuto mar se aprovecha. ilustre de sus hijos de esta época, a ha concedido excesivo interés a la mani quien le tocó morir en el destierro, agoy a su playa echa la cosecha azul de las conchas de oro.
festación de la materia.
biado por muchas penas, víctima de sus, Ese constante buscar semejanza de seconstantes sacrificios por la patria, Adolfo Ortega Díaz res ausentes en caras que jamás hemos Puerto La Libertad, el Salvador. Octubre del 31. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica