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REPERTORIO AMERICANO 157 Esta mpas La invasión de las sierpes aladas Los ibis de combate no se ven y los adamados, sobran Colaboración directa las llanuras, el pinar, las laderas, que los cogen, muy lejos los llevarán.
Más que turbación de espiritu ficción del ensueño da la penumbra, como encanto de los bosques de Dumbrians; pronto pasa el viento suave, mas no pasa el suspirar.
de las brisas en el bosque; el ramaje florestal llena corazón y ojos, y el susurro al murmurar regala nuestros oldos para dicha del mortal.
y qué importa el viento zumbe en lo que arrail está?
En el bosque, el sentimiento de encanto y misterio, va de tal modo, que lo vago por lo incierto cunde más, en el temblor de los árboles y en el dulce abanicar del ramaje, cuyos ecos repitiendo al aire están cantos que de lejos vienen, quejas que a muy lejos van.
Leyendo los cancioneros.
Ve imagino subir a las cumbres, a los altos picachos enhiestos, y al buen Pedro Meogo pedirle que me indique el camino más cierto. aunque fuese el camino un atajo. para ir al picacho secreto donde el prado a frescas corrientes da repasto y holganza a los ciervos. Cuáles son de Meogo las rutas. Como vá, y qué valdrá su consejo?
Sin saber el camino, en los montes muchas tierras anduve, no lejos, y de tanto que vi, ya no guardo ni siquiera memoria para tanto recuerdo: pues trepando a los picos más altos, viendo tanto, tanta cosa aprendiendo, no lograron hallar mis quereres tras gastar los mejores anhelos, ni las «frescas corrientes» ni el monte de los ciervos.
Rafael Estrada San José, 1932.
En los caminos, en las calles, en todas las vías por donde discurre el tráfico humano sicnte el espectador reflexivo que haya leído a Herodoto acudir a su recuerdo el pasaje de las sierpes aladas.
iQuién sabe si ci historiador queriendo hablar de hombres sintió vedada su expresión y trajo a cuento los reptiles! En los confines del Egipto y la Arabia en.
contró Herodoto tal copia de huesos y de espinas de serpientes cual no alcanzó a ponderar. Este sitio, osario de tantos esqueletos, es una especie de quebrada estrecha de los montes. Aquella carnicería se explica diciendo que al abrirse la primavera acuden las serpientes aladas desde la Arabia al Egipto, y que las aves que llaman ibis les salen al encuentro desde luego a la entrada del país, negándoles el paso y acaban con todas ellas. En qué población urbana o rural no sorprende el espectador la misma invasión venenosa? Sólo que falta el ibis, el ave que pelea con las serpientes.
Es decir, falta el ser vigilante de gran espíritu para la lucha contra el miserable. La invasión de las sierpes aladas no espera el cambio de estaciones. Todos los tiempos son buenos para que el malvado haga su estrago.
Deténgase el espectador reflexivo a la entrada de un sitio público y verá, desde el país más pequeño hasta el más grande, ir y venir en culebreos ostensibles toda la casta de estos reptiles. Adueñada de las profesiones y de los oficios ha tenido una cadena de dominio. No pueden los países quebrantarla. Descuidaron el ibis, que es la vigilancia y desde entonces el paso ha estado abierto a la invasión. qué no ha quedado invadido? Dígase con franqueza y valor que los Congresos, que los dos, que las cortes, que las presidencias, que toda la estructura política y social de los paises ha sido penetrada por esa casta. también la Prensa, el gran Poder orientador de los pueblos. Quizá el mal mayor ha sido este de la entrega de la hoja impresa a la casta devastadora. Se ha matado la gran voz que clama siempre por la redención de los pueblos. De manantial de luz se volvió tiniebla y miasma. No han podido las naciones asignar a la Prensa su función creadora. Desalojados de ella los espíritus de grandes aspiraciones se la ha esterilizado, se la ha convertido en difundidora de males. Ibsen reflejó en su drama eterno el estado maldito de una Prensa poseída por las serpientes aladas. Cuando el doctor Stockmann necesita decir a una población ignorante que unos hombres protervos la están envenenando con aguas podridas, busca el diario de la localidad. Sus columnas de ben apretarse con la enseñanza clara no quedará un habitante sin el convencimiento de que las aguas deben desaparecer y dejar limpia la salud de la ciudad. Pero la Prensa no tiene ya función educadora. Es papel impreso, papel higiénico deslizado cada mañana por las puertas de los hogares. Los artículos del médico que cuida de la salud de su gente no pueden publicarse en la Prensa hecha a imagen y semejanza de las serpientes aladas. es que las aguas son propiedad de un sindicato poderoso, de otras serpientes con alas metidas en la cntraña de un pueblo explotado e ignorante. Cuando ese sindicato comprende que el doctor Stockmann puede matarle el negocio le sale pass y le amarga la vida. Es así como entonces con ayuda de una Prensa canalla se mata la salud de una inmensa población. Ibsen observó lo que sucedía en su país, pero con haberlo dado en su drama profundo reveló posiblemente lo que sucede con la Prensa de todos los países en donde la serpiente alada ha llegado invasora e incontenible.
Por eso decimos que el mal capital es el desalojamiento de las mentes honradas de la Prensa de los pueblos, que es la que tiene originariamente funciones orientadoras. Reducida a dominio de los incapaces y de las maldades, sirve de instrumento a esa casta alborotada en el empeño de volver esclavos a los pueblos, de hacerlos miserables. Cuando una organización de adentro o de afuera necesita imponer la concesión, necesita imponer el pacto, lo primero que hace es contratar al plumaris. el plumario está dentro de las redacciones de la propia Prensa, es el que la nutre día a día de estupideces y de maldades. El ambiente se hace a todos aquellos asuntos que han de pesar como maldiciones sobre los pueblos, desde la Prensa. Quién no lo sabe. En qué país no es corriente ei suceso? Conviértese así un factor de cultura en una agencia funesta de esclavitud.
Asoman, pues, en todos los sitios públicos, los hombres que son como las sernientes aladas de que habla Herodoto.
Pero no asoman los ibis que las destruyen y forman con su matanza saludable grandes osarios a la entrada de los países. La queja constante de todos los que aspiran a crear patrias de libertad es contra la propagación de los malvados que las dañan desde los congresos, desde las cortes, desde las presidencias, desde la Prensa. No se alza también demoledora la palabra contra los que, obliga.
dos a vigilar, prefieren vivir en paz.
Constituyen estos hombres otra casta igualmente funesta. Inspirados en una conducta de comodidad, no riñen con nadie. Son seres adamados, que no se alían con las serpientes, pero que siguen crevéndose ibis. olvidan los tales que el ibis que, según Herodoto, les salía al encuentro a las serpientes era ave negra dor extremo en su color, con el nirn sumamente encorvado. Es decir, era figura de combate, totalmente diferente del reptil invasor. El adamado que en INDICE senaENTERESE ESCOJA: 00 Erasnio: Elogio de la Locura. Pasta. 2. 50 Ladislao Reymont: El Vampiro. Pasta. 50 Fedor Dostoiewski: Obras completas. Un pequeño héroe. Un france dificil. Pasta. 50 Gogol, Dostoiewski, Tolstoi, etc. 14 cuenlos rusos 50 Andersen: El Cuento de mi vida 50 Czech Jochberg: Hitler. Un movimiento alemán.
Alejando Kolontay: La mujer nueva y la moral sexual. 50 Ellen Key: Amor y matrimonio. tonos 00 Salvador de Madariaga: Arceval y los ingleses 50 Juan José Morato: Pablo Iglesias, educador de muchedumbres 50 André Maurois: La Conversación 00 William Boyd: Hacia una nueva educación 00 Jules Renard: La Linterna Sorda. 3:50 edro Henriquez Ureña: Seis ensayos en busca de nuestra expresión. 00 Alberto Samain: Cuentos. 00 Gotteland: Hacia la educación integra fisica, intelectual y moral 50 Solicitelos al Adr. de Rep. Am. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica