REPERTORIO AMERICANO 355 Hechos y hazañas triunfantes de santas Por Paladio, Obispo de la ciudad de Helenópolis, santo varón. gálata que floreció a fines del siglo iv y principios del de Nuestro Señor y que escribió en griego, en Constantinopla, en el año 420. Versión de de la para Rep. Americano Ahora es necesario que recordemos a es virgen. el Obispo así lo hizo conlas escogidas y poderosas mujeres a quiesiderando que el antiguo lector estaba nes Dios también dio una igual medida cautivo de amor por pensar en la mude fuerza de voluntad que a los varojer y no podía libertarse.
nes, para que no pudieran tener causa cuando el lector recibió a la que ya de debilidad en el cumplimiento de la no era virgen, derechamente la llevó a obra de excelencia ascética.
ponerla en una casa religiosa para muHabía cierta virgen que era monja y jeres, y le rogó a la que servía a las que vivía con otras dos monjas, y había hermanas que, desde ese instante, hullevado vida de abstinencia y de volunbiese gran cuidado de ella. Ahora, a potaria negación de todo deseo por espaco tiempo de eso, le llegó su hora a la cio de nueve o diez años. habiendo simujer de dar a luz el fruto que había do seducida y descarriada por cierto concebido, mas la pobrecilla no podía cantador de saimos, tropezó, y cayó, y echar fuera a su criatura, y aunque a duconcibió, y dio a luz criatura; y ahora ras penas soportaba los fuertes y violonodiaba con pienísimo odio a aquel que tos dolores del parto que la llevaban, la había seducidu. Arrepintiose con arrecada vez, más cerca de la casa de la pentimiento perfecto y siguió arrepinmuerte, la criatura no le salía. pasatiéndose con ta! vigor que se excedió de ron uno y dos y tres días, hasta el séplos límites de lo que era bello en eso; timo, cuando, por razón de sus intensos y observaba talcs ayunos con tal severiy frecuentes sufrimientos, la mujer esdad, que bien cerca estuvo de morir de taba al borde de Sheol, que es la perdihambre.
ción; y ni comía, ni bebía, ni dormía, En sus oraciones acostumbraba suplisino sólo lloraba a gritos, diciendo. Ay car diciendo. Oh, Dios, Tú que sode mí, porque muero e hice acusación portas y sostienes entera la creación, y falsa de paternidad contra tal y cual no deseas la muerte ni la destrucción de lector!
aquellos que yerran y cometen pecado, Las mujeres que estaban a su redor si deseas que viva en Tu presencia, bien la oyeron, y fueron adonde el pamuéstrame señal maravillosa a ese resVE VEF dre de ella y lo informaron de este asunpecto, y recógeme esta fruta de pecado to; mas el mayor, temeroso de haber inque he parido, no sea que, porque no currido en grave castigo por haber sido puedo alcanzar la castidad de nuevo, me acusador del lector, decidió guardarse de mate a reproches y vergüenza.
Madera de Laporte decir palabra, y así estuvo, haciéndose habiendo hecho semejante súplica, el desentendido, dos días más; y mienfué oída y el que había nacido de ella tras tanto la joven parturienta ni se alino duró mucho espacio con vida. des lector de la iglesia de la ciudad. ha viaba de sus dolores, ni moría. De made el día en que hubo caído en adelan biendo llegado el tiempo cuando su con nera que las monjas ya no pudieron más te, no volvió a ver jamás a quien la se cepción se sups, y habiéndola llamado con el dolor que les daba oír los terridujo y llevó cautiva, ni volvió a conversar su padre a que confesase la cuestión, bles alaridos y fueron donde el Obispo con él, sino que se dio a ayunos frecuen ella acusó al lector, y el anciano mayor. y le informaron diciéndole: Tal y cual tes y a servir a mujeres atacadas de en su padre, al oír eso y como quien creía mujer ya tiene nueve días de gritar y fermedad; y esto por un período de implícitamente en ella, puso al Obispo de confesar qué falsamente acusó al lectreinta años.
al tanto del asunto. Por cuanto el Obis tor de paternidad. al fin Dios aceptó su arrepenti po tocó el altar con sus manos y ordenó habiéndolas oído, el Obispo envió miento y le hizo revelación a cierto santo que el lector fuese llamado, y éste, vien diáconos al lector para decirle: Ruega.
respecto de ella. diciéndole: Tal y tal do que se le investigaba, se negó a con que la mujer que te acusó tenga alivio.
mujer me es más grata por su peniten fesar que él ſuese el culpable; pues ¿có Pero el lector no respondió palabra. cia que por su virginidad.
mo sería posible que se acusase a sí mis es de saber que, desde aquel día en que Ahora bien, escribo estas cosas para ma de lo que no había cometido? el fue acusado, no había abierto su puerque si alguien observa alguna regla de Obispo, enojado, díjole: No habrás de ta, y. pasaba el tiempo entregado sólo a vida que le plazca al Señor, haya cui confesar, desgraciado y sucio hombre, rogarle a Dios suplicándole que ordenadado de no caer, y para que, así cayere, lleno de culpa y de inmundicia?
se que de algún modo se manifestase la tropezando en lazo tendido y cayendo el lector le contestó diciéndole: verdad de esta cuesión.
en trampa, no desespere y quede caído, Maestro, respecto de esta cuestión no el padre de la joven fue donde el sino más bien se apoye en el cayado tengo ni conccimiento ni sentimiento, Obispo, y en la iglesia se hicieron rogade la Misericordia Divina y revistiéndo pues de todo ello están el alma y la tivas, pero ni aún así recibía alivio la se por medio del arrepentimiento con mente mías limpias, y pensamiento nin que estaba penando. En vista de lo cual las ropas de la sencillez y de la humil guno acerca de esta mujer jamás ha pe levantóse el Obispo y fue donde el lecdad, recobre fuerzas bastantes para le netrado en mi mente. Mas si es tu vo tot, y llamó golpeándole la puerta, y el vantarse de blevo, pues no debemos luntad oír lo que jamás ha sucedido, di lector le abrió en persona y el Obispo despreciar a quienes verdaderamente se ré que he cometido esa ofensa.
entró y le dijo: Eustacio, levántate y arrepienten. habiéndole oído expresarse así, el desata lo que ataste. al instante cl Obispo inmediatamente echó al lector de lector se arrodilló junto al Obispo y amY cierta virgen, hija de uno de los. su puesto. el lector se acercó al pre bos le rezaron a Dios y en el mismo mayores de la iglesia de Cesarea de Pa lado entonces y le dijo: Maestro, pues momento la mujer daba a luz.
lestina, habiendo sido seducida y desca to que he tropezado y caído, ordena que Así, por la séplica de este hombre y rriada por un hombre, cayó, y su seduc la mujer me sea dada como esposa, pues. su constante persistencia en la oración, tor la instruyó que acusara a cierto to que ya no soy clérigo y ella ya no se pudo averiguar la verdad de una in Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica