Bourgeoisie

REPERTORIO AMERICANO Tomo XXV SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1932 Sábado 16 de Julio Año XIV. No. 594 Núm. Pedro Prado, escritor chileno.
Esto valle de lágrimu Coro del Edipo en Colono Playa de Dóver.
De un lado los que llenan sólo un puño y del otro los que usan ambos Biblioteca Minima Cubana (2)
SUMARIO Gabriela Mistral El Capital en castellano Enrique Alejandro de Normann Persiles Poesias Pilar Laña Santillana Sofoules Rumbo Goethe (2)
Alfonso Reyes Mathew Arnold La Humanidad y el Dinero Wells Declaraciones de Wells.
Juan del Camino Bibliografia titular.
Elias Eniralgo y Antonio Iraizoz Jaime Torres Bodet y lo subconsciente en la poesia Piero Pillepich Pedro Prado, escritor chileno De La Nación. Buenos Aires ser DESDEN DE LA PUBLICIDAD cias hambreadas. y meses de tiritar en. la extranjería, cuando yo busco ese coCuando me hablan en el extranjero de loquio perdido lo mismo que buscan los la literatura chilena, dándome algunos ojos ilusos la cordillera.
nombres para probarmc el conocimiento, yo les suelo decir: Lástima grande que BURGUESIA ARISTOCRACIA les falte a ustedes, al lado de Eduardo Barrios, de Pablo Neruda y de Edwards Su clasificación de burgués se la ha Bello, nada menos que. Pedro Prado.
dado su repugnancia de bohemias pestiVoluntad de Pedro Padro es esta igferas y ociosas, su equilibrio de araucanorancia de los extraños, con la cual disria firme por la norma y por la masa, minuye acaso en una mitad el tamaño y su vida de hidalgo rural, que adquiere de nuestra producción literaria; volun. unos sesgos patriarcales por los nueve tad de no mandar libros a ninguna parhijos que se le cierran en torno.
te, porque el goce de producir le basta Cuando nuesíros mozos dejen de llaal austero y el de ser escuchado Te somar burgués al obrero de puños blancos bra; voluntad de hacerse publicar en el que trabaja tanto como el obrero que país por editoriales de radio limitado, po.
no los lleva, Pedro Prado tomará para niendo en eso de imprimir una obra la ellos su verdadera estampa de trabajapura intención de. traspaso de un mador doblado sobre la artesanía o endenuscrito borroneado a un impreso claro.
rezado para avizorar las electricidades Esta es la explicación del caso de Pedro del ambiente, activo siempre, dador y Prado, escritor grande y disfrutado sórespondedor siempre, lo menos burgués lo por unos cuantos más allá de nuestra de este mundo. Burgués: criatura de cordillera.
vacaciones rentistas o de deportivo traA la ignorancia de los extraños cobajo ocasional y hombre calcáreo. No rresponde un conocimiento efusivo de es el colmo de la sociabilidad la de la los propios que tienen conciencia de la esponja que se satura entera y el colmo primogenitura de su escritor, y, mejor Pedro Prado de la rehusa a la atmósfera la de la cal que eso todavía, del ejemplar humano apagada. fascinante que ha salido de su carne.
Demasiado sensato, dicen de él, alguEl comerciante que enfila en su trosal chileno. Ningún rasgo español ni innos locos de mentirijilla; ordenado, le trador diez clases de cristales, las va dígena le confiesa la raza, y más bien añaden, y a la palabra señora le ponen diciendo una por una, y en la última deel abuelo inglés le habla en el cuerpo también su dejo de sospecha. El podría clara: Este es el que no se raya y el musculado y ágil. Su cabeza, como la de contestar: Ordenado como las estrellas, que dura. se parece al del chileno co. Paul Claudel, es una de las mejores que mún que hablando de su Pedro Prado ha hecho la casta, dentro de una ges. para el cumplido trabajo del cielo; y como las estaciones, fieles a los campos.
con el mismo tono definitivo dice: Esmetría tan vigorosa como suave. La úniEn nuestra América, donde la vida te es varias veces bueno. ca marca criolla que yo le he alcanzado social le come al escritor su tiempo, ne.
persiguiéndosela por la fisonomía, es su cesita de mucha disciplina el que quiere CASI RETRATO sonrisa, medio campechana, medio burpasar de los diez libros.
ladora, que acerca y aleja, en un juego Pedro Prado va rebalsando sus cua que le divierte, a su interlocutor y a su EL POETA EL PROSISTA renta hacia sus cincuenta años; una vi. amigos La piel sana, más de niño que da bien cargada de trabajo, pero no de de adulto, y los ojos claros, le aligeran Pedro Prado comenzó su carrera litetrabajos. bien empleada, y no gasta con una sugestión de infancia la cabe. raria, como la mayoría de los sudamerida, en hacerse a sí mismo y en hacer za, tan adulta.
canos, con un volumen de poemas, Flouna cara entera de la literatura nuestra; La conversación habrá que decirla co res de cardo. compuesto en verso libre una vida bien provista de la vitalidad mo la más enjundiosa de Chile, que a un allá por los tiempos en que no granaque garantiza en cualquier orden la obra tiempo es sesuda y traviesa; tan medu ban todavía los trigos de las emancipalarga, y rematada, ya se trate del obre larmente original esta charla y tan va ciones: fué, pues, un precursor de la gcro de piedras en el Miguel Angel que ronil en las virtudeas reales de la varonía neración garrida de versolibristas que supo durar, o del obrero verbal en el (de crear, de enseñar y de esclarecer. vendría luego. La estrofa de la castidad Paul Claudel, que también sesentanea. que quien la disfrutó ha comido el buey austera, exenta de la sensualidad mari.
En cuanto a bulto físico, es un hom de Ulises espolvoreado con especias y tornesca de la consonante y de la geobre mediano de talla, en desacuerdo con buscará toda su vida una conversación metría ya empalagosa de la cuarteta, lela estampa de gigantones que se regala semejante. Días hay, días de las poten vantó la extrañeza de la clientela literaria Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica