REPERTORIO AMERICANO 171 EL CONFLICTO DEL CHACO La balcanización de Hispanoamérica De La Libertad. Madrid, de agosto de 1932 En iarnia Maume Bolivia y Chile Recapitulemos un período histórico que hemos vivido personalmente y acerca de cuyas consecuencias formulamos vaticinios que hoy parece ratificar la realidad. Estamos en Washington; es el mes de diciembre de 1928.
En la capital federal rcúnese la Comisión panamericana de conciliación y arbitraje; esa Asamblea tiene lugar en virtud de acuerdos votados en la VI Conferencia internacional panamericana. Cuando los delegados de América inician sus tareas llegan noticias que producen alarma; trátase de dos Repúblicas hermanas que recurren a las armas para solventar sus diferencias: Paraguay y Bolivia. Aquella realidad sudamericana contrastaha acusadamente con el propósito de los delegados reunidos con fines de conciliación; para eliminar el contraste, del seno de la Conferencia surgió una ini.
ciativa: ofrecer a Bolivia y Paraguay los buenos oficios de la Conferencia pan americana de conciliación y arbitraje.
La iniciativa obtiene pleno éxito; las diferencias, manifestadas en forma sangrienta, se aquietan. El desenlace satis.
fizo a todos los amantes de la paz. Para otros exegetas menos objetivos quisieron arrimar el ascua boliviano paraguaya a la sardina panamericana, y les faltó tiempo para cantar las excelencias de!
panamericanismo que de modo tan eficiente había contribuido a restablecer la paz entre dos Repúblicas hispanoamericanas. Mas esto, al parecer, no bastaba a los exaltadores de la tendencia panamericana. Por cntonces se habló también de una posibilidad: la de que en el conflicto, en sent mediador, actuase la Sociedad de Naciones. Aquella coyuntura inquietaba a los panamericanistas.
Por eso se decía en la prensa de Washington que la acción de la Sociedad de Naciones era a la vez contraria a la doctrina de Monroe e improcedente. Así se limitaban las jurisdicciones, intentando excluir al organismo ginebrino de toda actividad interamericana. Para ser veraces hemos de añadir que en aquel coro de exaltaciones panamericanas desentonaba una voz: la del profesor Juan Stefanich paraguayo. el cual, en un folleto todo enjundia jurídica, sostenía la única tesis defendible, a saber: que la doctrina de Monroe, aun admitiéndoia como un principio de política interamericana, en nada se oponía a la acción de la Sociedad de Naciones. Ello no obstante, primaba la inclinación vinculada a esta aspiración: América, para los americanos; dicho en otros términos: el Nuevo Mundo ha de resolver sus diferencias sin necesidad de que organismos europeos, o tachados de tales, tengan para qué terciar en las disputas del Nuevo Mundo. Así se cerró la polémi.
ca, y del proceso de la misma deducían los cantores del panamericanismo dos consecuencias igualmente optimistas: aquietamiento en las relaciones de BoIA GUERRE PATRIOTIQUE.
livia y Paraguay y demostración de la eficacia de la acción panamericana. Maltrecho en La Habana, tambaleante, precisaba el panamericanismo de un podsroso reconstituyente, y el parco y episó.
dico triunfo en el conflicto del Chaco boreal, desproporcionadamente descripto, deparaba la coyuntura para llevar un poco de consuelo al espíritu atribulado y encogido de los panamericanistas.
Eso acontecía en 1928; han transciirrido desde entonces cuatro años, y en ese sucederse del tiempo el conflicto del Chaco se agravó en forma tal que en estos momentos todo hace presumir que LE PETROLE DU CHACO bolivianos y paraguayos estarán dirimiendo sus diferencias, por medio de las armas. Cómo explicar este triste desenlace tras cuatro años de intervalo, en el curso de los cuales pudo actuar el Izvestia. Moscú) panamericanismo en forma encauzadora? Intentemos proyectar un poco de luz sobre este angustioso problema.
Quien piense que todo el mal de América en la hora presente puede vincular De La Nación. Santiago, º, agosto, 1932 se a la tirantez de relaciones bolivianoPor primera vez tras de muchos años el paraguayas no enfoca objetivamente la nombre de Chile se pronuncia con entusiasmo realidad del Nuevo Mundo. Hispanoy cariño en La Paz. Este enérgico signo de américa atraviesa por una crisis espirirenovación en las prácticas diplomáticas esta tual que puede ser salvadora o condudemostrando que no es vana palabrería la decirla a insospechadas y dolorosas consemocracia.
cuencias. La raíz del mal no está en el Cuarenta años de desorientacića, de agreChaco, conflicto al fin y a la postre episividad, de falso concepto del progreso nos sódico, sino en la crisis de solidaridad habían conducido por rutas peligrosas, a tal punto que nuestra República se destacaba en porque América atraviesa; siempre ha el mapa de América en calidad de isla, ausensido ése el tremendo mal de aquellas te por su terca voluntad de las inimaginables Repúblicas, pese a cuarenta años de panventajas de tener vecinos opulentos como Ar americanismo artificialmente mantenido gentina, Perú y Bolivia.
Por absurdo que y que con sus cxaltaciones periódicas ni ello parezca, se había encasillado en los caresiquiera tenía eficiencia bastante para bros populares, mediante la prensa y la infra ocultar la realidad trasatlántica. En aqueliteratura patriotera, la idea de que un vellas tierras prima el localismo; lugares cindario próspero es funesto.
donde prendió el caudillaje, donde el La conciencia de solidaridad iberoameric hombre no se encontró a sí mismo sino cana en el sentido de progreso general cumenzó a formarse en este diario, bajo la frente a los demás hombres; donde faltó sombra fecunda de don Eliodoro Yáñez, incontenido ideal y se destacó monstruofluyendo de manera decisiva en la médula samente el fulanismo. Si alguien atripopular, aniquilando el arcaico lema de ma buyese a exceso de pesimismo nuestro tamoros y espadachines: por la razón o la diagnóstico, deténgase a contemplar con fuerza. veces sin razón y con poca fuer mirada serena y procurando ahondar za, El primer vuelo del nacionalismo conti friamente en la realidad del Nuevo Munnental fué el arreglo de la cuestión de Tacna do sobre cuál es el panorama de aquey Arica, despeñadero de millones, constanta llas tierras de estirpe hispánica. Las Reamenaza de la paz americana.
públicas americanas, ni colaboran de maLo mismo que Stresemann y Briand, sacrifica: do cada cual resabios de orgullo injusnera eficiente an Ginebra, mediante una tificado, nuestros diplomáticos se entendieron participación que en definitiva se traduproduciendo la armonía de Perú y Chile, tan jese en una afirmación de su solidari.
sólida que actualmente vibramos en conso dad, ni encuentran en el panamericanisnancias que asombrarían a cualquier viejo mo un sucedáneo a ese apartamiento de político del 1909, si resucitara.
la Sociedad de Naciones, ni han logrado El monstruo de la agresividad, del confuarticular aquella tendencia de solidar:sionismo y el obstruccionismo, el monstruo dad americana que Baltasar Brum prodel orgullo y la indolencia que algunos llapugnara con insistencia. Nada tan fatal man tradición. no puede resolverze a admirar lo que se ha conseguido en el terreno para un continente como su desvinculainternacional y vuelve de vez en cuando ción del resto del mundo. Así situado, la carga pretendiendo pulverizar la gloria de cuando un conflicto se plantea, sólo ac.
los hombres que nos dieron paz y prepara.
ciones aisladas actúan en sentido encauron el camino para un descanso gradual de zador; voces de concordia que por aunuestro presupuesto defensivo.
sencia de solidaridad prestablecida fraInconcebible parece que haya detractores casan. De ese modo se posibilita el que (Pasa a la página 172)
conflictos tan claramente fratricidas co Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica