REPERTORIO AMERICANO Tomo XXV SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1932 Sábado de Agosto Año XIV. No. 597 Núm. SUMARIO El niño.
Almafuerte, león de Dios.
El fracaso de la conferencia del petróleo.
Guillény Ballagas.
Canto negro y Negro bembón De La vida de San Adefesio Tablero Arturo Capdevila Rómulo Betancourt Castañeda Ledón Nicolds Guillén Salomón de la Selva Almafuerte Guillermo Valencia Emilio Souvestre Alberto Masferrer Los dos niños.
El poeta y el campesino Dios protege a los niños Caudillos que se deshacen y bandos organizados para la codicia y el medro.
Goethe y los hermanos Humboldt Juan del Camino Almafuerte, león de Dios De La Prensa, Buenos Aires sucedió hacia el año XIV, urbis mismo había fabricado. Vivían a su conditae, que apareció un león en La vera dulces niños, que lejos de temerPlata, un genuino león de imponenle, amábanle grandemente; porque tes rugidos, el cual andaba en el 20este león era con ellos de una manseveno lustro de su edad. era su nomdumbre infinita. Con ellos, y con toda bre Almafuerte. no se había visto la columna de los inenesterosos. Como nunca un león tan sabio y tan valienque en su corazón moraba una estre te, ni tan obedecido de los elementos.
mecida paloma celestial, toda amores.
Rugía, y era el huracán. Pestañeaba. Acaso tenía puerta su cubil? Ni de y era el relámpago. Callaba, y era casi día ni de noche. Faltaba el llamador una amenaza de Dios. Este león maly carecía de cerrojo. Se entraba, y decía a los poderosos y daba testimo. cada uno se llevaba lo que bien quenio por los pobres. Rugía santos, sariría: que era su grave pobreza una ritísimos odios de su alma fiera; odios queza inexhausta. Otro carisma de que eran sólo inmensos amores. Pues la divina gracia. De esta suerte, sienen viendo una llaga, luego se acercado a la vez aquel varón de la Biblia ba como para lamerla y acariciarla en un león y una paloma, corrían a su el nombre del Señor, a quien perte respecto unas y otras anécdotas. Anécnecía en definitiva este león de ense.
dotas de león: cosas de zarpazos, de ñamiento. Era así un león del Señor, desgarramientos, de fieras justicias un hermano león, hermano de leche del páramo. Anécdotas de paloma: de San Francisco. tenía su cubil historias de arrullos, de trémolos, de en La Plata, ya que Dios lo había increíbles compasiones del bosque.
destinado a los términos de aquella Muchas veces las fieras de verdad tierra nueva y llana, para que rugien las selváticas, las dantescas venían do mucho conjurase los peligros del a husmear en su vecindad. Se daban horizonte y pusiese como un círculo de llamas en todo el contorno.
Pedro Palacios (Almafuerte)
citas para devorar aquella paloma que había en su corazón. Rondaban, hushabía de caber en su voz, por especiai meaban, olfateaban en la proximidad concesión de los cielos, la adoración y de su pecho; mas al primer movila blasfemia, mas con tal arte concerta Entretanto causaba espanto y terror. miento de su guedeja, volvían grupas atedas que en tales plegarias imprecatorias Los injustos se preguntaban. Qué aqui morížadas hacia las selvas y los desierse exacerbara el ansia de los reinos de lón es éste? los mendigos se junta tos sin ley. yo personalmente creo que justicia y amor que un día se asentarán, ban a los mendigos para anunciarse: esto se supo de fiera en fiera hasta en y fuesen así como un consuelo fuerte Algo pasa. hasta se iniraban los unos lo recóndito del Africa y del Indostán.
para los oprimidos y los débiles. es a los otros con un mirar muy extraño Decíamos que este león, cual si fuese taba paterte, mucho, mucho, en todo esto como imaginando para sus adentros: el protagonista de un poema de Hugo, la bondad infinita de Dios que se deja Nuestro reino está próximo.
conocía multitud de artes humanas. Di. blasfemar para consuelo del hombre. todo esto seguía rugiendo el león, gamos ahora que también sabía dialogar Ahora bien: este león fué como amu y se oían, las noches y las noches, aque y que su verbo ejemplarizaba a las genrallando con sus terribles y santos rugi llos sus lamentos sobrehumanos contra tes. Hombres y mujeres venían para didos el circuito de la ciudad. La gente, el Mal y aun contra el Bien; aquellos sus rigirle arduas preguntas que él satisfaa decir verdad, entendía mucho más de pavorosos apóstrofes contra todos los cía con evidencias de inspirado. Pero rugidos que de palabras. Por consiguien dioses. por entre bosques de versos antes lo contemplaban largamente como te, aquel hombre hizo bien de elegirse un pasaba hipando el hálito del terror. queriendo llevarse para siempre su imaavatar de león. El día de la fundación gen. él se dejaba contemplar humade la ciudad llovieron demasiadas medanizándose totalmente siquiera por aquellas conmemorativas sobre las muchcllos instantes. Picado de viruelas, como dumbres. Había que olvidarse de aqueAdemás, esto león, como aquellos leo le sucedería a cualquier otro león que de lla frívola lluvia. Como gotas de la real nes de los poemas de Hugo, fuera de la pronto se hiciera hombre, su semblante sangre del Cristo siempre vivo era lo que ciencia de los tempestuosos versos, co avanzaba todo ojos hacia el prójimo. se debía derramar más bien sobre las ca nocía multitud de artes humanas. Po estos ojos eran pardos, chicuelos y trisbezas para bautizarlas de amor. Así pen seía un jardín, pequeñito, que él mismo tes. Capaces de ser tristes hasta en la cuidaba. Mueblecitos, también, que él, risa. Fina. csponjosa la melena lacia.
saba el león. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica