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186 REPERTORIO AMERICANO su prosa, es el primer escritor español tras ordeno estas líneas sobre el papel, del siglo xix. Larra y a Juan Valera cerca le esta ventana por donde se ve con quienes se le puede comparar un cielo gris, horadado de chimeneas, y les supera en conocimiento de las hu una mucheduinbre de casas agrupadas manidades clásicas y en laicismo. sin la gracia de esos puñados de casu Siento nostalgias de mitimae escri cas sencillas que se encuentran por toda bió una vez don Juan Montalvo en el la anchura de nuestra Sierra, en medio destierro. ese mismo sentimiento de de vastas extensiones incultas que aguaraborigen arrancado del suelo natal, es el dan la cirujía heroica de la esteva para que me aprieta ahora la garganta, mien dar a luz.
Jorge Carrera Andrade Barcelona, 1932.
azules, la Puerta Delfina y el Arco de la Estrella, plantado como un gigantesco imán hacia el cual se precipitaban en ríos presurosos hombres y vehículos. La lección que quiero darte, prosiguió el maestro, es una lección de soledad, de constancia, de rectitud moral y fidelidad a las ideas. De rebeldía y resistencia al sufrimiento. La soledad en sus mágicas retortas sublima nuestro dolor, en sus alambiques destila nuestro concepto del mundo y engrandece nuestro espíritu con su maravillosa alquimia. Te aconsejo el trato de la soledad porque ella hará madurar tu inteligencia y te señalará los ocultos senderos interiores, mientras llega la hora de la acción. Está bien, le contesté. Soledad, ilustración, rebeldía, rectitud. el genio, mi señor don Juan, y el genio?
Miré hacia ini derecha y no ví sino la noche donde se había fundido su negra vestidura. Una puerta sonó en la soinbra.
Las casas, en doble hilera, con los fusiles de sus chimeneas, iban a prender a un reverbero lejano. Me encontraba en la calle Legelbach, paradero de don Juan Montalvo durante su estada en París.
Todo esto había sido visto con los ojos de la mente, al terminar la lectura del Espectador montalvino. La sugestión que la obra del grande hombre ejerce sobre nuestro espíritu es inmensa. Nos auxilia y nos conforta. Fué Montalvo ciudadano del mundo, a caballo sobre la geografía. como dice Alfonso Reyes hablando de Groussac. Hombre libre, amigo de todos los hombres libres de la tierra, ejercitó sus limpias armas en defensa de generosos ideales humanos. Mente audaz y elevada, se propuso igualar y poner segundas partes a las obras maestras de la literatura universal: el Quijote, Childe Harold, Don Juan Tenorio. Viajero cosmopolita, vió todo lo que había que ver con ojos antiguos y la mente lastrada de Historia. Conoció Francia, Alemania, España, Italia, Inglaterra y Grecia y purificó su espíritu en las aguas de las culturas pasadas y presentes.
Juan Montalvo llegó a Europa en la época del duelo de espada y en los comienzos de la lucha de clases. Postrimerías del romanticismo. Chistera y suicidio de amor a 15 Larra. En la plaza de la Concordia fué casi atropellado el heinbre libre, por el caballo de un guardia, en el curso de una manifestación popular. De ese episodio guardó siempre una imagen coloreada de violencia. Tenía gustos aristocráticos y era, dicen sus contemporáneos, presumido en el vestir.
No conoció el reverso de Europa, la fisonomía pobre de Europa desde un vagón de tercera clase. No realizó trabajos manuales por el pan de cada día, como lo hemos hecho quienes vivimos en medio del proletariado. Fué un hombre contemplativo, la flor de nuestra clase media, que no tuvo que remar en la dura galera del trabajo y que tenía, eso sí, un gran amor a los humildes. Su alerta y su grito en defensa de los indios todavía no encuentran eco de igual magnitud en nuestro rapado e infeliz agro.
Una chispa indígena había en su manara de escribir: el gusto del primor, el amor de lo ornamental. Sin embargo, por LAS NIÑAS DEL EXAMEN (Viene de la página anterior)
de caligrafía, dibujos mal hechos, y gracio cia, rubor y aniriación tal, que en viéndole, sas travesuras de niñas que hoy son la flor todo es simpat! a. Pues digamos que le faly nata de las señoritas y señoras de mi pue tar valor y donzire para repetir su discurblo. Iba a decir mi villa; pero será mejor de so. Pronúncialo como si ella lo estuviera imcir ciudad, ahora que está a un paso de ser provisando, y siente, y pone en relieve los como Versalles. No hay para que nombrar principios que ha prestado a sus labios el heaquí a las dianas infantiles que en junta de reje abominable, que así tiene por costummi sobrinita Lucila han dado hartas carre. bre corromper la sociedad humana. Oidla ras por mi cuarto y me han voiteado no po sino.
cos tinteros. Hoy son otras mis amigas: hoy es una Merceditas Quiro! a, muchacha la más Señores: linda que uno puede imaginar. Si el arcángel Gabriel tomara forma humana cuando el Dicen que os hombres dan las leyes, y Todopoderoso le envía con sus embajadas a las mujeres forman las costumbres. Por donde la tierra, esa carita tomara, no me cabe duse puede ver cuanta y cuán grande es la rarda. Pues ésta es ia del examen, ésta la de la te que el sexo femenino tiene en la conrepetición. Me la pidió con ojos tan llenos de servación y el adelanto de las humanas solágrimas y boca tan cargada de sonrisas, que ciedades. Si las mujeres forman las coshubiera sido herejia negarle tan poca cosa.
tumbres, preciso es que sepan formarlas; y Aprendiola con facilidad, y con gentil despara formarlas buenas, la sabiduría de la envoltura la pronunció de esta manera: virtud es indispensable. Hay una virtud natural que practican hasta los pueblos barbaros, y una virtud que dimana del estuDe agua, señores, necesita el árbol, dio y el conocimiento de las cosas. La disEl aire es su alimento: necesita tinción del bien y el mal, de lo justo y lo La planta luz para crecer hermosa, injusto, con ciertas irregularidades, es copara dar fruto sin calor no hay vida.
mún a todos los hombres, bien así a esos que con el título de civilizados componen las flores que son si por acaso las grandes naciones de las cuales tomamos Nacieron a la suinbra? La propicia, ejemplo, como los que viven encerrados en La necesaria protección les falta la profundidad de las selvas, luchando sin Del sol, y muertas vivirán un día.
saberlo con esa negra opresora que llamamos ignorancia. Los deberes para con los Capullos sin olor, plantas sin fuerza, padres, con los hijos; la fidelidad de la esPero con esperanza son las niñas: Que el sol les faite, crecen tarde y poco; posa; el respeto inaveriguado y profundo por la causa cuyos efectos llenan el espíriQue les falte la luz, mueren de prisa.
tu y los sentidos del género humano, éstas y otras son virtudes en las cuales tuviéraLa educación, señores, será el agua, mos mucho que sprender de los salvajes los La humedad bienhechora con que activa que presumimos de civilizados o lo somos El alma crezca, y floreciendo en grande verdaderament. Pero este noble y continuo Produzca las virludes y a Dios sirva.
esfuerzo que nosotros hacemos por conocer lo desconocido, perfeccionar lo imperfecto, Benéficas lecciones, ejemplares reducir a un blando yugo a la bravia natuDe ésos que el tierno corazón animan raleza; estos vuelos sublimes de las almas al bien le predisponen, son el puro delicadas hacia Dios; estas investigaciones de Calor con que el buen maestro nos abriga.
los filósofos, estos descubrimientos de los sabios, estas maravillas de los artistas, en meDe las cosas de Dios, de las humanas dio de los cuales el mundo va girando enTener conocimiento, dar noticia vuelto en llamas saludables; este conjunto, De este misterio universal que forma decimos, sorprendente y grandioso de cosas La creación le convendrá a la niña.
físicas y morales que constituyen la civilización, abriga en su seno muchas virtudes adNo estudiar, no aprender, no saber nada quiridas con voluntad y trabajo por los pueEs vivir a la scinbra, estar marchita: blos que van buscando a Dios por las resVive y no vive la ignorancia y muere petables oscuridades de la sabiduria.
Sin el contacto de la luz divina.
Las costumbres, señores, las buenas costumbres, son la sabiduría práctica del munNo os dije ya que la mujer es planta do: un pueblo sibio y corrompido valdría En esta edad en que la llaman niña!
menos, sin duda, que un ignorante y virtuoVosotros los mayores, si os importa so, si lo hubiese. Mas por dicha viene a suVuestro deber, cuidad estas plantitas.
ceder que la ignorancia y la virtud son promesas encontradas, de cuya mutua ojeriza El corazón de as niñas es una sustancia provienen hartas malas obras; y por esto delicada, fina, celestia. en ella se imprinen hemos dicho antes que los civilizados sabían fácilmente las virtudes: la educación es la y practicaban cosas grandes que les acercamaga bienhechora de cuyo palacio encanta ban a la Divinidad. Qué harían los hon bres de sa! en buenas hijas, esposas fieles, madres con sus leyes, si no tuviesen quienes les forapasionadas.
masen las costuinbres. Nosotros tenemos Maclovia Herlias es lin conjunto de gra cuenta con las buenas; y ojalá no hubiera Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica