130 REPERTORIO AMERICANO río gotas de agua para llorarlo. Oh!
repuso el río, cuando todas mis gotas de agua se conviertan en lágrimas, no tendré suficientes para llorar yo mismo a Narciso: yo lo quería. Oh! repusieron las flores campestres. cómo no habías de querer a Narciso? Era bello. Era bello? dijo el río. quién podría saberlo mejor que tú? Diariamente inclinado en tus orillas, contuinplaba en tus aguas su belleza.
Wilde detuvose un instante. Si lo quería, repuso el río, es porque veia el reflejo de mis aguas en sus ojos, cuando él en ellas se inclinaba.
Luego Wilde, carcajeándose, añadió. Eso se llama El Discípulo.
Habíamos llegado a la puerta de su casa y lo dejamos. Me invitó para que volviera a verlo. Ese año y el siguiente lo ví a menudo y por doquiera.
He dicho que delante de los otros Wilde presentaba una máscara de ostentación, a propósito para sorprender, divertir o exasperar a veces. Jamás escuchaba y poco se cuidaba del pensamiento ajeno. Tan pronto como dejaba de brillar él solo; se esfumaba, Volvía a hallársele cuando uno se hallaba a solas con él.
Pero así que estábamos solos, comenzaba. Qué ha hecho desde ayer? como entonces mi vida transcurría sin tropiezos, el relato que de ella podía hacer no ofrecía ningún interés. Repetía dócilmente sucesos menudos, y en tanto que yo hablaba, miraba oscurecerse la frente de Wilde. es cierto eso que ha hecho. Sí, respondía. es cierto lo que Ud. dice. Sí, muy cierto. entonces para qué repetirlo? Ud.
bien comprende: eso no interesa en absoluto. Entienda que hay dos mundos: el que existe, sin que de él se hable; se le llama el mundo real, porque no hay necesidad de hablar de él para verlo. el otro, es el mundo del arte; del que.
es necesario hablar, porque sin eilo no existiría. Había una vez un hombre, querido en su aldea porque contaba cuentos. Por las mañanas salía de la aldea, y a la tarde, de regreso, todos los aldeanos, después de haber trabajado el día entero, se agrupaban en torno suyo y decían. Vamos! cuenta. Qué es lo que hoy has visto? El contaba: En el bosque vi un fauno que tocaba la flauta, y hacía danzar a una ronda de silvanos chicos.
Cuenta más. qué has visto? decían los hombres. Cuando llegué a la orilla del mar, vi tres sirenas, junto a las olas, y se peinaban los cabellos verdes con peines de oro. las gentes lo querían porque les contaba cuentos. Una mañana, como todas las mañanas, se alejó de su aldea pero cuando llegó a la orilla del mar, divisó en eso tres sirenas, tres sirenas junto a las olas, y que se peinaban los cabellos verdes con peines de oro. como él siguiera en su paseo, al llegar al bosque, vió un fauno que tocaba la flauta a una ronda de silvanos. Esa tarde, cuando volvió a su aldea y le preguntaron como otras tardes. Vamos! cuenta. Qué has visto? él repuso :No he visto nada. una casa de mármol blanco. El Cristo enWilde se detenía un momento, deja tró en la casa, y en el fondo de una ba que el relato produjera en mi suis sala de jaspe, acostado en un lecho de efectos, y proseguía luego: púrpura, vió a un hombre cuyos cabe No me gustan sus labios; son rec ilos sueltos se confundían con las rosas tos como los del que nunca ha inenti rojas y cuyos labios estaban enrojecido. Quiero enseñarlo a mentir, para que dos por el vino. Se le acercó el Cristo, sus labios se hagan bonitos y sinuosos le tocó la espalda y le dijo. Por qué como los de una máscara antigua. llevas esa vida? El hombre se volvió. Sabe Ud. lo que constituye la obra lo reconoció y repuso. Era leproso; tú de arte y lo que constituye la obra de me has curado. Por qué había de hala naturaleza. Sabe Ud. lo que las di cer otra vida?
ferencia? Pues al fin la flor del narciso El Cristo salió de esta casa. on eso es tan bella como una obra de arte y vió en la calle, a una mujer con la calo que las distingue no puede ser la be ra y los vestidos pintados, y los pies callleza. Sabe Ud. lo que las diferencia? zados de perlas; en pos de ella, cami la. obra de arte siempre es única. La naba un hombre con un traje de dos conaturaleza que no hace nada durable, lores y de miradas lascivas. Acercóse el sier. pre se repite, con el objeto de que Cristo, le tocó la espalda y le dijo: pada se pierda de lo que ella nace. Hay ¿Por qué sigues a esa mujer y la miras muchas flores de narciso; por eso viven así? El hombre se volvió y reconociénun día tan sólo. Siempre que la natu dolo, le respondió: Era ciego; tú me raleza inventa una nueva forma ia re has curado. Qué otra cosa podia yo pite en seguida Un monstruo marino en hacer de mi vista?
un mar sabe que en otro mar hay un el Cristo acercóse a la mujer. monstruo niarino, su semejante. Cuan Ese camino que sigues, le dijo, es el do Dios crea un Nerón, un Borgia o del pecado. por qué sigues? Lo reun Napoleón en la historia, pone a la conoció la mujer y le dijo riéndose :par otro de ellos; poco importa que se El camino que sigo es agradable y tú le ignore; lo importante es que uno tenme has perdonado todos mis pecados.
ga éxito; pues Dios inventa al hombre. Entonces el isto se puso muy trisy éste inventa la obra de arte. te y quiso dejar la ciudad. al salir de Sí, yo sé. cierto día ocurrió en la ella, vió por fin, junto a los fosos, a tierra un gran malestar, como si la na un joven que lloraba. El Cristo acercóturaleza por fin fuera a crear algo, algo sele y tocándole los bucles de la cabelleverdaderamente único y el Cristo nació ra, le dijo. Amigo mío. por qué en la tierra. Sí, yo bien sé. pero es.
lloras?
cuche. El joven alzó los ojos, lo reconoció Cuando José de Arimatea, al anoche y ropuso :Había muerto y tú me has cer, bajó del monte Calvario en donde nesucitado. qué otra cosa podía lacer acababa de expirar Jesús, vió sentado de mi vida?
en una piedra blanca a un joven que. Quiere que le diga un secreto?
lloraba. José se le acercó y le dijo. comenzaba Wilde, otro día en casa de Comprendo que tu pena sea grande, Heredia; me llamó aparte en medio del pues ciertamente aquel hombre era un salón atestado de concurrencia un sėjusto. Pero el joven le respondió. creto. pero prométame que no se lo di¡Oh. yo no lloro por eso. Lloro por rá a nadie. Sabe Ud. por qué el Cristo que también yo he hecho milagros! Tan no quiso a su madre? Esto me lo dijo bién yo he devuelto la vista a los cieal oído, en voz baja y como avergonzagos, he curado a los paralíticos y he redo. Se detuvo, me asió del brazo, retrosucitado a los muertos. Yo también he cedió, y carcajeándose luego, repentinasecado la higuera estéril y he trocado mente: el agua en vino. los hombres no me iPorque era virgen. han crucificado. quie. Oscar Wilde estaba persuadido Permítaseme todavía citar este cuende su misión representativa, es algo que to, uno de los más extraños con que en más de una ocasión me lo pareció. se pudiera tropezar el espíritu y compréndase lo que puede la contradicción El Evangelio inquietaba y atormen que Wilde apenas parece inventar: taba al pagano Wilde. No le perdona. Hubo luego un silencio muy granba sus milagros. El milagro pagano, es de en la Corte de la Justicia de Dios. la obra de arte: el Cristianismo se arro el alma del pecador enteramente desgaba ese derecho. Todo robusto irrea nuda se adelantó hasta Dios.
lismo artístico, exige un realismo con Dios abrió el libro de la vida del vencido en la vida.
pecador: Los más ingeniosos de sus apólogos. Ciertamente tu vida ha sido muy sus más inquietantes ironías eran para mala: Tu has. y seguía una prodigioconfrontar las dos morales, quiero decir sa, maravillosa lista de pecados. 1)
el naturalismo pagano y el idealismo Como todo esto has hecho, de veras te cristiano, y despojar a éste de todo sen voy a mandar al Infierno.
tido. No me puedes mandar al Infierno. Cuando Jesús quiso volver a Na. por qué no puedo mandarțc al zaret, contaba, Nazaret había cambiado Infierno?
tanto que ya no la reconoció. El Naza Porque en él he vivido toila mi ret en que había vivido, estaba lleno de vida.
lamentos y lágrimas; ahora era una ciu Hubo entonces mucho silencio en la dad llena de carcajadas y de cantos. Corte de la Justicia de Dios, el Cristo, al entrar en ella, vió esclavos cargados de flores que se dirigían pre (1) Por lo extraordinaria, es excelente la redacsurosos hacia la escalera de mármol de ción que él más tarde le dió a este cuento. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica