REPERTORIO AMERICANO 137 Echegaray, dramaturgo De Boletin de la Academia Española. Madrid. Envío del Lic. Alejandro Alvarado Quirós un Señores académicos: menos, perdió la fuerza necesaria para La figura literaria de Echegaray ha quedar grabada en forma de recuerdo.
sido siempre para nosotros objeto de la ¿Quién sabe si de aquella primera inmás pura admiración, Así, el participar presión han podido nacer mis aficiones hoy en este solemne homenaje a su meal teatro! Pero la impresión debió ser moria, al cumplirse los cien años de su enérgica, porque muchos años han panacimiento, nos proporciona la noble sasado, que yo no quiero contar porque tisfacción de rendirle públicamente una nadie me los cuente, y aún hoy mismo vez más nuestro incansable aplauso.
veo, con asombrosa claridad, la barandi.
De niños, en los días triunfales de su lla, el escenario y la mujer alta y esbelmayor exaltación como autor dramátita, y vestida de negro, que cruza por el co, llevados de nuestra afición a la esfondo.
cena e impulsados por el aura popular Nótese que estas últimas palabras esde su gloria, leíamos con deleite infinito tán subrayadas por Echegaray. Lo neaquellas, obras de tan vivo y poderoso cesitaban acaso? Leyéndolas atentamenaliento, que ofrecían a nuestra imagite. no se ve en ellas como la simbólinación infantil la visión de un mundo exca expresión de su obra teatral? Fuese traordinario lleno de negruras y resdeseo suyo el sugerir esto al subrayarplandores, atrayente y bello como las, sea interpretación que les damos abismo. nos aprendíamos de memonosotros, el teatro de Echegaray es eso, ria, en fuerza de leerlos, y recitábamos en puridad: una dama atrayente, esbelentusiasmados fragmentos y pasajes, suta, vestida de negro, que cruza la escena pliendo con el ardor primero las deficienespañola.
cias de la garganta y de la voz. con qué bizarría. con qué segui.
Don José Echegaray ridad en sus pasos. con qué fuerza Llegamos esta mañana; fascinadora! El fondo ante que cruza, y tomamos tierra en el puerto; cracia artística, acabará por no admirarsobre el cual se destaca vigorosamente, pentré solo en las calles, se más que a sí mismo perpetuamente. ya puede ser el muro almenado de un c: mi airosa capa envuelto. esto, sobre ser muy pobre y muy tris castillo roquero, ya las encrucijadas de te, debe ser muy aburrido.
una vieja ciudad española, con algún re¿Quién de vosotros no sabrá terminar tablo que las ilumine, ya un salón eleel gallardo romance que concluye con gante y moderno. El sol poniente, mula feliz imagen de los gavilanes, de la Don José Echegaray, en su delicioso riendo entre cárdenas nubes e incendianespada enganchándose en el velo de una libro de Recuerdos, en esas charlas endo con sus últimos rayos las almenas; mujer?
cantadoras en que nos va narrando los acla luz del retablo, trémula y mortecina. Que siempre van gavilanes cidentes de su vida con aquella atracti como parpadeo de unos ojos velados por de palomas en acecho!
va amenidad tan sencilla, tan jugosa!
lágrimas o como carraspeo de una gar.
tan sabia, en tantas horas desbordada en ganta que quiere sollozar, y las luminaDe mozos, más conscientes ya de la Cacharrería del antiguo Ateneo y en rias cristalinas de las arañas del salón nuestro sentimiento admirativo, asistía el Saloncillo del antiguo Español, dice, fastuoso, prestarán a la negra figura de mos en Sevilla, y luego en Madrid, a los al aludir a lo temprano de su vocación la dama reflejos azulados, rojizos, moviestrenos de sus dramas, y nuestras palde dramaturgo: bles tornasoles, que realza bellamenmas sonaban siempre al unísono de las Evocando recuerdos antiguos, el prite su silueta romántica, su prestigio de arte.
del público, que frenéticamente las ba mero con que tropiezo, entre todos los Por misterio y homenaje de la tía en honor del autor insigne, lo mismo de mi existencia, se refiere al teatro.
luz, detrás de su cuerpo irá su sombra; en los rotundos y vibrantes finales de ¿A qué teatro? No lo sé. Pero era un y delante de él, por turbaciones de su los actos, que en medio de cualquier esteatro de Madrid, porque en Madrid nací espíritu, irá otra sombra: la de su concena, sacudido por algún inesperado efec y en él estuve hasta los tres años. ciencia.
to teatral o por alguna expresión hirien. qué función, comedia o drama, se enla¿Es hermosa la dama. Hermosísima!
za esta memoria? Tampoco lo sé. Quién lo duda? Pero su te, certera y luminosa.
hermosura, después, pocos años más tarde, cul Imagínese una noche negra, muy necomo su porte, es sorprendente, singu.
tivando ya nosotros nuestro huerto, el gra: toda igual, toda oscura. de relar, extraña: tiene el raro incentivo de aplauso que otorgábamos a Echegaray pente, un punto de luz. después, la lo imperfecto.
se hizo todavía más sincero, más des misma sombra de antes.
Es pálida como una imagen de mar.
interesado y más noble. Por qué? Por. En las tinieblas de lo inconsciente apafil, como una alucinada o como una enferma de amor.
que aquel teatro, que nos reció un instante una estrellita, que lueNo es una diosa ni una avasallaba, como entonces a todo el mundo; como go se apagó. Es que la conciencia broVenus cuya contemplación nos deje ex.
siempre a todo aquel que libre de pre taba por vez primera; y como fatigada táticos y mudos: es una mujer que nos juicios lo oiga y lo vea, abriendo el alma. del esfuerzo, se extinguía luego por musubyuga, que nos absorbe el ánimo, lleal placer estético, y a la llama creado cho tiempo; no sé cuánto. Yo me vi, vándonos ciegamente tras ella; una mura, y a la luz del talento ajeno; aquel que apenas tendría tres años, como he jer que vive, que se agita, que tiembla, teatro pugnaba esencialmente, por den dicho, en los brazos de una mujer; deque padece, que llora, y que se hermosea tro y por fuera, con el que a nosotros lante de mí, a poca distancia, una bacon el llanto; una mujer que nos hace grinos cantaba en el alma. Tendencia, prorandilla; más lejos, un escenario; y, por tar a su paso con asombro y angustia. pósito, medio, forma. todo era disel fondo del escenario, cruzaba una acuna mujer de encantos físicos inefables, tinto! Y, sin embargo, nos vencía. triz vestida de negro.
enloquecedores, pero deformados por las al vencernos, tocando en lo vivo de nues Me desprendí de los brazos de la ni.
contracciones del tormento. Su alma y tra conciencia, conturbando nuestra na ñera porque supongo que lo sería la su cuerpo viven en continuo sobresalto ciente fe. y nuestros ensueños creado que en los suyos me llevaba. pugné res, nos daba la medida de su irresistible por acercarme a la barandilla, y miré a (1) Trabajo leído en la sesión solemne y pública de poder y de su grandeza. Porque quien la figura vestida de negro que atravesadicada a enaltecer la memoria del excelentisimo señor!
don José Echegaray, con motivo del primer centenario sólo sepa reconocer el mérito de lo coin ba el foro.
de su nacimiento, y celebrada en esta Academia el 29 cidente con su espíritu y con su idiosini nada más. Cesó la sensación o, al de abril del corriente año, de acuerdo con la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y con su colaboración. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica