ist REPERTORIO AMERICANO El tore a dor de la virtud. De El Sol. Madrid. Agosto de 1932.
Séneca El siglo xvii de España es la batalla de Rocroi. Todavía Campanella fantaseaba su loor, alrededor de nuestra espada, aunque ya iban a abandonarnos los triunfos castramentales y a prevalecer con lo barroco la teologal milicia de Jesús. Entonces se escribió por Martín Rizo una vida de Séneca. Precisamente entonces, cuando el Imperio se desvanecía en la Contrarreforma y.
el catolicismo era de seda y de cilicio, también Gracián y Quevedo, Saavedra Fajardo y otros españoles de la edad, comentaron, vertieron y trataron sobre Lucio Anneo. Quien había proclamado desde la Roma cesariana, y con su concisión cordobesa: Vivere militare est.
Al apagarse los combates, reverberaba esta divisa de bélica dinamicidad luchar es vivir para tejer la entraña del activismo ético. Corazón de Trento. Ir a la salvación tras de las buenas obra3 y la pugna y la lidia de cada minuto, más allá de la gracia o los méritos de Cristo. Entusiasmando así con Dios al mundo y al hombre.
Después se lo tragó Versalles y no lo digirieron las Constituciones democráticas. Séneca reaparece del brazo de un suicida, de Angel Ganivet, cuyo Idearium es un alarde senequista, y donde casi nos propone la canonización de un medio santo. Unamuno coloca su filoso.
fía encima del vivismo, como una filosofía nacional. Valle Inclán le ha heredado el ceceo y un poco de su gesto. hasta Pío Baroja utilizó siete libros de Séneca traducidos por Navarrete, para templar, emocionado, en el Pico de Urbión, una madrugada húmeda de cellisca.
Parece ser que Séneca fué posterior al senequismo. Per lo menos, aquí la doctrina y la actitud son tan remotas como el olivo y el Mediterráneo. Si el estoico es la sierpe que morderá su cola; porque la razón la única razón del estoico es la cosa mental e instrumental que se retuerce sin la fe; España, y dentro de su sombra todo Séneca ésmórica. El pretendía religar con un vínculo teológico a los seres de carne y alma, fuera del humanitarismo filantrópico y cosmopolita. Fué un gran amigo de la amistad y un sapiente que creyó en Dios: Dispositor mundi, formator universi, auctor, custos y conditor.
Su sed metafísica de unidad y de simplicidad, que le condujo a una ley cósmica universal, a una divinidad solitaria y paterna y un único Estado semidespótico, no decapita los resortes parciales y amenos de la vida. El cuerpo recupera su ímpetu, y un soplo vitalista estremece los términos barbudos de la razón. Los genii. los lares y lo; inferi nuestros santos patronos interceden y milagrean ante la plegaria del oblato. El individuo ponderará su libre arbitrio, y, como pedazo de la paPor Velázquez tria, se hará respetable. Pues sanctae partes sunt, si universum venerabile est.
te, en sí, no fué estoico, y, lejos de si Los españoles debemos aún el aforis.
mismo, siguió a epicureos, platónicos y mo reconcentrado de su muerte. Fué la pitagóricos, han toreado y, a veces, re última medalla que troqueló su espíritu matado la virtud por amor de Dios a proverbial. El obispo Alonso de Cartala agonía, Símbolo de la sangre fluyengena había alabado y reverenciado su fi.
te, fluyente, fluyente. Aquí está la ranura. Puso tan menudas y juntas las zón de la sin razón de nuestra historia.
reglas de la virtud. esos pases ceHubo fechas de devoción a Séneca, ñidos de torero valiente cristiano.
próximas a los momentos de crisis de Menudas y juntas fueron cayendo las la patria. El ritmo nos traerá contemgotas purpúreas de sus venas. Antes de poráneamente otro apogeo senequista, adormecerse en lo infinito, recordaba donde emerja y ejemplarice su persona.
unos versos antiguos de su Medea. Pero. no fué Séneca un bribón. Tiempo vendrá, después de muchos.
Sus negocios de usura, sus compaaños, en que el océano rompa los estordrazgos entre el Emperador Claudio y bos que lo impiden, y deje ver un gran Agripina, su fortuna de quinientos micontinente, y descubra el mar otros nuellones de sestercios, acaso su demasiado vos mundos. no sea Thule la tierra hablar de la virtud, podrían sugerirnos postrera. Su legado para nosotros era la imagen de un pícaro meridional, cual una profecía. El plus ultra de la isla tantos tuvo luego la corte de los Borde Thule ha sido nuestra América.
gias. Un señorito andaluz cetrino y refranero, garboso y marchoso, que seduJuan Aparicio jo a Julia, la hija de Germánico, preparaba zancadillas a Nerón. 1) Marino Gentile: fondamenti metafisici della moEspaña también tiene su leyenda nerale de Séneca. Socleta Vita e Pensiero. Milano. 1932.
gra. Cuando perdiamos la hacienda popular, comenzó la leyenda del Norte, Y, según Lucio Anneo: Facere docet phiOCTAVIC JIMENEZ losophia, non dicere. Nuestra filosofía enseñará a hacer o a padecer. Nunca Abogado y Notario la lectura, ni la leyenda, fueron afanes comunes de nosotros, de las gentes moOFICINA: Mientras vivió fué Séneca un aristocrata y un sabio. Un noble que supo 125 varas al Este del Almacén más que nadie de la intima organicidad Robert, frente a Reimers.
del Imperio y la consintió orgulloso de Tel. 4184 Apdo. 338 esa dilatación de la polis y de la civitas hacia el Tigris y la lejana ArROGELIO SOTELA ABOGADO NOTARIO renas.
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