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30 REPERTORIO AMERICANO Antonio Heras V:su obra Colaboración directa a Antonio Heras es un hombre absur de Antonio es lírico, y se llama De las jada; pica y no saca sangre. He aquí.
do y sentimental. Yo sé que existe por Horas Vividas. No nie consta que An lo que ve en un tren: que he devanado con él el ovillo gris de tonio haya vivido estas horas afuera, nuestros sueños junto a los lagos bur pero sí adentro, a raíz de alma. Por en De tiempo en tiempo, el traingueses de Minnesota, en el Campus de tor. ces leía a Juan Ramón y su cielo boy nos ofrece diarios, revistas, liChicago, en el Prado de Madrid y en estaba florido de lunas, su jardín de bros, frutas, helados, bombones.
las soleadas playas de los Angeles. An violetas, su crepúsculo de campanas: En el fumador unos señores de asitonio nació en Ciudad Real y es descenpecto clerical dialogan misteriosa.
diente de Alonso Quijano, o QuiEn el cielo de violeta mente, mientras en la plataformajada, y como te señor se le ha se abre la luna dorada, observatorio se oye la charla incemetido en la cabeza que todavía hay se abre la luna y sonrie Dulcineas por el mundo y que basta la sobre las aguas.
sante de unas maestritas, que van bondad y el ideal para solucionar los La brisa empuja una lenta a estudiar, durante los meses de procesión de velas blancas estío, a la Universidad de Chirago.
problemas arduos de la vida. Siempre que Antonio me habla de estas cosas yo en un mar loco de ritmos, El portero, un negrazo enorme, de florido de espumas. Pasa, aspecto bonachón, va y viene solisonrío con un espanto indecible y me dulce, suave, un arom2 cito de un lado para otro; resuelpregunto por qué milagro del destino de recuerdos por mi alma.
ve la consulta de aquella dama que puede andar este hombre tan campante En la torre del poblacho acaba de hacer sonar el timbre; y tan limpio por lodazales, municipios; con la tarde que desmaya, avisa al viajero que ha de bajar en trepar hasta un vigésimo piso en un frío languidece la oración!
la estación próxima, le cepilla de ascensor, comer waffles en una cafetede las campanas.
alto a bajo y carga con su equiparía, subir a un tranvía lleno de polvo je; recoge los abrigos de estas sev de negros, capear automóviles, ense En Andanzas y divagaciones está la ñoras que acaban de entrar, y guarñar la complicada sinrazón de los subFinhres, de los pies españoles de todos da sus sombreros, cuidadosamenjuntivos. Porque Antonio Heras tiene la los tiernos andarines. desorbitados, late, en grandes bolsas de papel.
camisa tan limpia como el alma y sezarillos. La poesía de Ins caminos se le diría que entrega todas las tardes sus clava a Antonio en el alma como espina con esta maestría humilde sigue pensares a esos chinos fantásticos para de rosa y sale a andar por ellos, atento describiendo personas, hoteles, calles.
que los pasen por legías y lavazas de el ojo detrás de los lentes nensando: tiendas, ciudades y cuanto Dios crio. encantamiento. Şi yo fuese noeta, escrihiría el elogio de aunque de vez en cuando su sonrisa boAntonio usa unos lentes enormes y. estos caminitos humildes, estrechos, si nachona se torna aguja fina, los ame ombrero calañés. Detrás de los crista nuosos. Ja ola del mar le atrne como ricanos leen sus impresiones y se deleiles los ojos grandes, negros, redondos, la piinila azul de la mujer desnues. de tan con ellas traduciéndolas al inglés dicen mansedumbres azorinescas y abren describirnos con cierta melancolía a la comentándolas en revistas como Litede vez en cuando paréntesis de interro dama cija mira al mar, se sienta junto. rary Digest cuya tirada alcanza a vagación. Son ojos arábigo andaluces. a éste, con un libro entre las manos: Le rios millones.
Las ceias se las hizo un pintor trucu. interesan las cosas. el paisaie los hom La Sombra de la Ciudad es la prilento. La nariz, parece obra de escultor bres, las mujeres más bien, Así es comera novela de nuestro autor. Novela ser:siblemente exagerado. Antonio po mo nos hahla de Marv Wood, ensueño de poeta antes, que de novelista. Bien ne tanto esmero en su limpieza que en toto, trizado cristal de emoción, hada escrita. Jírica, romántica en el fondo.
estos últimos años el cabello se le ha de cuentos en brutal realidad de la mu Se trata de un joven español que en su puesto más blanco y los zapatos más jer dei tranecio. que hemos admirado neregrinaje otra vez los caminos nor negros Como buen español mira con todos, siendo niños: de Malon y Pau Europa se detiene un año en el cole.
osadía de timidez y tiene un liviano y Jette; de las benedictinas; de la vecina gio de Clairmont, en Normandía. Allí temeroso andar. De vez en cuando re del balcón.
conoce a una joven francesa y se ena. trocede treinta años y da unos saltitos Desfile de sombras es un libro de mora de ella. Los remordimientos le ágiles por esas calles; luego se detiene, cuentos vigorosos. Anotamos entre turhian la pureza de este amor. dues alza los brazos y descabeza una frase ntong Manroba, tremenda figura de banha deiado novia en su cidad natal, en cordial.
dido disfrazada bain la capa de la deEsnaña. Por motivos ajenos a su volunLe conocí en Minneapolis hace ya voción picaresca; El señor Fiscal, en tad vuelve a la patria. Renace el viein diez años. Daba entonces él unas confe che se nos presenta al hombre que aseamor; la novia española enferma de un rencias sobre escritores españoles del sinó sii vida, pero que tiene el valor esmal incurable y decide retirarse a siglo xix; dividía sus conferencias en tudando de aceptar su destino; Carmen. convento. Listo ya para volver a Frantres partes: el ambiente, el hombre, el cita, lleno de tristeza provinciana, de cia, en plena guerra europea, le traen poeta. Tomaba notas en pedacitos de Villatediosa. Carmencita es víctima de una carta. Viene fechada en París, y papel. Hablaba bien de Pereda, la Par dos desalmados, su padre y su novio, y es de René Lautier. En ella le informa do Bazán y Baroja, cosa que nunca he de la tradición bárbara de nuestros lacónicamente de que su hermana Blancomprendido bien. Por las tardes salía. pueblos.
ca la novia francesa. murió, hace va mos a vagar por la orilla del río y ya De la vida nor! eainericana constitucerca de dos meses, en un hospital próde noche Antonio se encerraba en su ve una especie de paréntesis en la obra ximo a la línea de fuego. El héroecuarto a escribir cuentos y novelas. Aho literaria de Antonio Heras. Es de todos con él Antonio Heras. culpa de todo ra vive en los Angeles; es una especie suis libros el que ha alcanzado más por esto a la ciudad, a la sombra de la ciu.
de potentado de la pedagogía; come pularidad tanto en España como en dad. En verdad no vemos por qué rábien, anda en taxímetro, no se ha caAmérica. Hay mucha verdad en la des zón. Nosotros culparíamos a la vida, a sado todavía.
cripción de la vida de este país y au la fatalidad de la vida. Antonio s: aproAntonio Heras ha escrito ya siete lique no sofistica al modo de Maurois ni vecha de esta trama romántica para bros; todos publicados en Madrid; y en de Camba, sale de las cosas y de la gen darnos fieles cuadros de paisajes norEspaña casi no se le conoce. veces se te, no de la interpretación del autor, mandos, de calles parisinas, de ciudaoueja Antonio: Mis libros no se venun humorismo simpático. Heras ha viades españolas. La Sombra de la Ciudad den. yo le digo. Por qué se hajado mucho por los Estados Unidos; ha encaja muy bien en la concepción de bían de vender, amigo Antonio? yo vivido aquí quince años; ha dictado cur.
novela contemporánea, un tanto inorpienso que para vender libros en nues sos en diez Universidades; usa lentes bigánica, un tanto autobiográfica, un tantros países hay que ser panadero, tarconvexos. Su espíritu de observación to discursiva. tamudo, mujer o judío. El primer libro es fino y se expresa en forma cegociLas Huellas de los días se titula el enun Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica