REPERTORIU AMERICANO 293 La Iglesia Iglesia y la guerra malditos arden fieramente otra vez. Prusia dicen hay que debilitarla y deshonrarla. No se le cumple la palabra El Problema Metafisico y Moral que le ha sido empeñada. Hacia donde (Véans e los números 12, 14. 16 y 17)
quiera que miremos en Alemania, nos veremos rodeados de enemigos cuyo grito El concepto corriente en que se tiene la máxima que nos dice no hacer a otro de guerra es la humillación de Prusia.
el honor nacional no toma en cuenta lo que no queramos que nos hagan a Hasta el último momento he procurado los resultados de la guerra. El sentido nosotros. Si ha habido verdadero in la paz y he dejado abierta la senda de común y la moral, que difieren grande sulto, le corresponde al injuriado pro una solución pacífica, pero Austria no mente de ese concepto, sí los toman en testar de manera justa y viril, pero no la quiere.
cuenta y dcclaran que el juego de azar: ofendida. Si esto no tiene resultado, El Emperador Francisco José, el mismo que se ilania guerra es inmoral y, por debe hacerse pública la causay abogarse día de esa proclana lanzó a su vez esta consiguiente, está prohibido aun cuan ante una Corte de Naciones. Posible otra: Los últimos acontecimientos dedo el honor nacional haya sido insulta mente resulte de esto que la injuria se muestran inequívocamente que Prusia do y el cnemigo se niegue a dar satissatisfaga. Si no, habrá llegado el tiem coloca la Fuerza por encima del Derefacciones. Los intereses divinos y los po cuando medidas necesarias y de ayu cho; y, por tanto, esta guerra, nada sanhumanos son más. imnortantes que el da propia sean de rigor. El primer paso ta, de alemán contra alemán, se hace ineinterés del Estado individual.
a aar entonces sera tomar represalias; vitable. Llamo, al responsable de esta Esa es, entera, la diferencia entre el el último, la guerra.
lucha, ante el Trono de Justicia de Dios, criterio mediceval y el moderno. Antes Por lo que respecta a la justa causa, a que responda por toda esta miseria que de que las comunidades occidentales se los viejos moralistas prohiben la guerra les acarrea a la naciones y a los indiindividualizaran haciéndose trizas, los si se puede hallar que el injustamente viduos.
intereses de la comunidad ocupaban po acusado na dado gran provocación. Si ¿De qué lacio estaba la justa causa?
sición primordial. El egoísmo nacional. los tomistas no reconocen que una gueSi hoy surgiese guerra entre Francia y que no piensa más que en sí mismo, era rra sea justa respecto de ambas partes, Alemania, ambas naciones estarían concondenado cuando el mantenimiento de no sigue de ello que no reconozcan que vencidas de tener cada una la razón. Por ese ideal exigia fuerte sacrificio. Des haya causa de lucha justificable, desde tanto podemos tener seguridad de que pués de que el individuo y también el cualquiera de los puntos de vista contrasólo la historia. esto es, las generacioEstado individual se emancipó de la rios, y lo único en que insisten es en que nes futuras. puede posiblemente juzgar superior obligación para con la comuni ningún caso dudoso lleve a la guerra. La con justicia sobre quién sea el respondad, el interés nacional individual adqui injusticia y la justicia pueden ser de tal sable de una guerra. En medio a la exrió primacía, y el interés sobrenatural modo compartidas por ambas partes que, citación del conflicto político sería imde la comunidad toda se volvió secun hurr. anamente hablando, sea imposible posible comprobar la culpabilidad del dario. Esto no significa que antes no pesar la culpabilidad de cada quien. contrario en forma tal que no quedase hubiera egoísmo inescrupuloso ávido. La justicia. dice Lammasch, no ninguna duda al respecto, y sin embary marullero en la vida nacional en siempre está de una parte y la falsedad, go, decimos que una seguridad absoluta la conducta de la guerra; significa y la mera pretensión inflada, de la otra. es necesaria para justificar la guerra.
sólo que esa actitud carecía de princi Con frecuencia no es cuestión más que La tercera condición de una guerra pio moral en que pudiera hallar justifi de forzar la causa original de la guerra justa que Santo Tomás impone es la de cación. La nueva moi alidad individua lo bastante adentro en el pasado. Una que se tenga una recta intención (inten, lista, en oposición a la vieja moral de so guerra puede ser justificable si sólo mi. tio recta. Su definición reza así: La lidaridad, es precisamente el proton ramos lo inmediato, y absolutamente in intención de promover el Bien y evitar Pseudos de la falsa cultura moderna. justificable si estudiamos los orígenes el Mal. Porque, dice San Agustín, en El segundo rasgo de la justa causa es de su causa. menos que podamos de De verbis Dainini, obran los verdaderos el conocimiento ciertísimo que se debe senredar los orígenes o causas originasirvientes de Dios de manera que hasta tener de la culpabilidad moral del adverles, no podemos achacar definitivamente las guerras traen paz, pues no las emsario. aquí precisa que recordemos la culpa. El Estado ha agraviado al prenden por avaricia ni crueldad sino que, aparte dei punto a discusión, hay Estado en siglos pasados. La amarpor arnar de la paz, esto es, para que los que tomar en cuenta el factor psicológi gura provocada por ello y el odio así na malos sean refrenados y los buenos tenco: Con demasiada frecuencia la culpa cido, han venido madurando en el curso gan protección. Por tanto, puede ser existe sólo en la imaginación de quien de muchos años, hasta que llega un mo que una guerra haya sido declarada por acusa y procede de su arrogancia, ya se mento cuando el Estado hace algo, en la debida autoridad y tenga una causa trate de individuo o de Estado.
su rencor, que el Estado considera justa, sin ser, ello no obstante, justifi Nos es fácil ver la paja en el ojo del justa causa de guerra (1. cable, por ser torcida la intención de prójimo y no la viga en el propio nues Cabe perfectamente decir que el Es. aquellos que la emprenden. Pues lo que tro. Este hecho de peso es tan digno de tado que hace guerra nunca ha creído en Agustín con sobrada razón condena en consideración respecto de la justicia de su propia culpabilidad y en la rectitud una guerra es el deseo de hacer daño, la la guerra como lo son las circunstancias de su adversario. Siempre ha conside crueldad de tomar venganza, el espíritu externas que provoquen el conflicto. El rado que había razones amplias y sufi vengativo, la furia de la defensa propia, Profesor católico de teología moral, Juan cientes de sii parte para atacar o defen la codicia del poderío y pasiones semeBautista von Hirscher, hace gran hincaderse.
Por ejemplo, los mahometanos jantes (1. pié en esto. El primer punto dice, estaban convencidos de la justicia que les Es difícil en verdad justificar la gueen si capítulo sobre la guerra. es si asistía al hacer sus guerras religiosas, rra, pues no sólo ha de ser justa sino ha habido verdadero insulto inmerecido. y los cristianos tenían convencimiento que ha de estar libre de toda mala inEl orgullo, la avaricia, la pretensión cx. igualmente fuerte y firme de que esas tención y de todas las pasiones feas. Ha cesiva, la altivez, al amor al poder, con guerras de los mahometanos eran injus habido alguna vez guerra sin el deseo de frecuencia se sienten lastimados, pero tas. En los tiempos modernos, recorda hacer daño (nocendi cupiditas) o sin el ello no quiere decir que necesariamente mos las reales proclamas de ambas par desco de dominio (libido dominandi)
haya habido insulto a la justicia en la tes. El Rey Guillermo, en el 1886, de y otros deseos semejantes?
supuesta ofensa, sino al contrario, puede clara que Austria no olvidará que sus LA MANERA RECTA que haya habido más bien oposición a Príncipes rigieron a Alemania antaño, y la opresión, a la avaricia de posesión, a por tanto sólo verá en la joven Prusia Suárez y Belarmino añaden una cuarla anexión injusta, etc. Las naciones una rival enemiga más bien que una ta condición a las tres de Santo Tomás, poderosas, además, son frecuentemente aliada, y juzgará que debe oponerse en a saber: El debitus modus: La manera dominantes y miran con desprecio a sus todo a Prusia pues lo que a ésta benefi recta de conducir la guerra.
vecinas y pretenden ultrajarlas si éstas cie dañará a Austria. Celos antiguos y Víctor Cathrein, define esa conles hacen oposición alguna. Nadie está libre de culpa y todos debieran recordar (1) Volkermond oder Volkerbund, Haya, 1920 (1. 11. Hae, 40, Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica