EDITOR: REPERTORIO AMERICANO García Monge Suscrición mensual. C2. 00 EXTERIOR. El semestre, 25 (Elano, 36. 000. am.
Giro bancario sobre Nueva York.
Correos: Letra SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA.
يهدر له. می Recuerdo que cuando Anatole FranRecuerdo corregible; la dulce y romántica instituce cumplió los ochenta años de su vivir, un diario parisien Paris Soir reco: de Anatole France no Bara, épico e inmortal; la cocinera triz señorita Merelle; el joven republicagió las voces más preclaias de los traba De El Sol. Madrid Radegunda, crédula y zatia como Tomás jadores de la pluma en torno a su figuel apóstol; el señor Devas, vendedor de ra gloriosa y venerable. Abundancia de libros viejos y moralizador empedernielogios y ditirambos. Es demasiado do, nuevo Simón de Mantua; Alicia. comentó el festejado, con esa viva suaFontanet, su entrañable compañero Fon.
vidad que él sabía poner en el tono metanet. Recuerdos familiares; vagas y surado de sus palabras y de sus actos.
sedeñas imágenes remotas, nítidamente Dos años antes había lanzado su libro reflejadas en escs volúmenes de una lipostrero, fresco y donoso como los anteratura todavía con la pátina del romanteriores: La vida en flor. Cuando ticismo y de la ilusión.
cumplió los setenta y cinco, aquel otro Acaso lo más atrayente de este pasacuaderno de impresiones lejanas que llado inmarcesible fueron las aventuras esmó Le petite Pierre. Adosemos a la colares de Pedrín Nociere, Camina, bajo pareja de volúmenes evocativos El lilas doradas hojas del jardín del Luxembro de mi amigo y Pedro Nociere paburgo, las manos en los bolsillos y la ra tener inventariado sus recuerdos incartera a la espalda. Sc dirige a aque!
fantiles: finos, delicados, inmarcesibles.
colegio, algo monacal y poco renomPorque la obra de Anatole France es brado. Los viejos profesores no le comla obra depurada del genio galo. Clara prenden. El frabaja poco por la gloria; de pensamiento, sencilla de indumento.
pero trabaja mucho porque le divertía.
Irónica. Un luminoso y apacible remanPocas veces figuró en el cuadro de hoso de tranquilo epicureisino, acotado por nor. Se distraía persiguiendo su imagialambradas de mente aguda y sentimiennación a los personajes de Tito Livio to sonriente. Los discipulos de Pirron Horacio. Quedaba con frecuencia ensiencuentran en ella su manjar exquisito: mismado. Llegó un día que pudo comla frase limpia con la precisa palabra prender el espíritu griego, y entonces justa, el pensamiento en sutilidad, la eru.
se le reveló en su magnífica sencillez la dición selecta, matizada la belleza, el Belleza. Se apartaba de los juegos de dulce orden, la ecuanimidad, la mesura, Anatole France la corrección. Y, sobre todo, la inquietud Por Antoine Bourdelle los compañeros para recluírse en su enscñación, que le oprimía y embobaba.
espiritual y la ironía. Ni alecciona ni conturba: simplemente invita a reposartiendecillas de estampas y libros viejos, Saboreó otros ratos con delicia a Sófo el sitio más hermoso del mundo. cles y a Virgilio. El trato con los clásise en la corriente turbia del vivir.
Rezuma la obra de France un agriComenzó a latir su corazoncito bajo el cos le dieron esa nobleza, esa elegandulce escepticismo y una ironía clemenauspicio de dos constelaciones que ya se cia, esa distinción, que fueron las note, piadosa y melancólica. Ha llegado apagaban: Chateaubriand y Beranguer. tas que ornaron su vida y sus escritos.
Corrían los años de la revolución del 48. los clásicos le regalaroti su prosa fácil, a esta desolada conclusión el autor de Crainquebille. la vida es una farsa, Es derrocado Luis Felipe por la frágil clara, breve, precisa, jugosa, humana.
necia y cruel, y a medida que los homrepública democrática fácilmente bres se creen posesionados de un paplantada por Luis Napoieon Bonaparte, Ya no leemos a Anatole France, Paso pel más trascendental resultan más pe el loro melancólico. De la rugosa maal desdén y al olvido. La generación dantescos, farsantes y odiosos. Se ha no suave de su anciana niñera Melania francesa ni le estima ni le respeta. En sonreído Anatole France de todo. Pero pasea el pequeño Pedro Nociere por el España también se alzaron coces contra no con la risa detonante y sardónica de muelle Malaquais, en el cual reinaba su excesiva madurez. Elegías hostiles.
Rabelais, ni con la ingenua hilaridad una placidez absoluta, una familiaridad Ahora corren otros vientos. Pero comentre los seres y las cosas, una gracia batiendo su ideología corrosiva y su decervantina, ni con la sañuda intención acerada de Eca de Queirós, ni con la carprofunda que ya no existe. Otros días, solado escepticismo, quedémonos con escajada satánica de Voitaire, ni con la en el Jardín de Aclimatación, triste y tas palabras de Garrés. Todo lo que irritación judaica de Enrique Heine, ni abandonado, donde se diluyen sus juegos se quiera. pero, desde luego, Anatole con la mueca desesperada de Larra. Se y sus ensueños de gloria.
France ha mantenido la lengua franceha sonreído.
sa. el estilo, y el gusto, y el espíriSe ha sonreído con una Pedrín es hijo único. Niño mimado y sutil fruición galante y pulcra, tierna y consentido, hace vida recogida en aquel tu francés, añade otro hostilizante a sus ideas: Charles Maurras.
saudosa. Derramando una lágrima de hogar donde su madre sensibilidad y delicadeza de azucena descubría, con su Hermoso, patético y sublime será el amor y esperanza. Amor para los hucombate del huracán con las olas encresmildes, para los vencidos en la vida, para olfato finísimo, el lugar donde había relos niños, para los románticos borrachos tozado su hijo. Su padre, el doctor Nopadas sobre la ingente nave acorazada o sobre el bravo acantilado de rocas de ideal, para las mujeres con el corazón ciere, preocupado con sus colecciones etdesgraciado. Esperanza en un futuro nológicas, apenas repara en el niño rubio titánicas; pero yo prefiero la suavidad rizosa del lago azul y briñido de sol, más lleno de promesas de paz, de jusy ensoñador. Allí conoce todas las persurcado por las blancas velas inmóticia, de belleza y de amor.
sonas que han dejado una estela de meMolancolía en su tierna imaginación: su maviles de las barcas pesqueras.
drina Marcela, con sus ojos de oro, que zart al teuton Wagner. Muset a Hugo. Pedrín Nociere! Nació en el propio había nacido para agradar y para queMi norma estética es ua anciano jardín corazón de París: en la orilla izquierda romántico en el ocaso, dorado por el otorer. su padrino Marc Robert, de barba del Sena, en una casa próxima al muelle mefistofélica y ño, olvidado y saudoso. mientras oscuras paradojas; la así sea, tú serás, dulce Anatole France, Malaquais, el río por medio de las Tu princesa María Bargontión; Belarguet, la sombra de chopal rumorosa bajo la Ilerías, el Louvre y el palacio Mazarino, el casero pulcro y amable; el señor Mo región de elegancia y de gloria. con que observará mi vida limpia claridad de rin, que había salvado del furor de la emoción inútil.
sus tristes muelles, grisáceos y polvo plebe al conde de París el 24 de febrerientos, donde los libreros colocaban sus ro del 1848; el tio Jacinto, jaranero in.
Francisco Valdés Impranta LA TRIBUNA SU. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica