REPERTORIO AMERICANO Persiflage cense. Cito como ejemplo en este difícil es no es insidiosos de la publicidad; la vel moreno y yo. Gissing propuso que género, la relación titulada El secretario confianza del autor para salir con bien, vertiéramos las primicias del vino de la de los amantes (1. es decir, para alcanzar el favor aleatorio fiesta para humedecer los labios de aquel.
Ahora es Carlos Jinesta quien con un de la crítica, no descansa seguramente otro viejillo vigoroso e ilustre que fue volumen de cuentos en el estadio de las en el soporte que acaso le prestaria mi tan rico en personalidades y a quien le letras patrias comparece ante el públi humilde dictamen; él goza ya de un amargaron tantas veces la vida queriénco; de este brillante escritor tuve opor bien ganado prestigio, realzado oficial dole obligar a una única e ingrima persotunidad de decir lo siguiente en 1918: mente, diríamos, por los premios que su nalidad: Don Justo Facio. como el Carlos Jinesta es un estudioso joven labor de artífice ha conquistado, en dife rito sencillo y primitivo le pusiera dos que ha iniciado su carrera literaria con rentes certámenes públicos; como veréis grandes lágrimas en los ojos al clavel, la publicación de cuentos y fantasías, en en las páginas que siguen, el cuentista rccordé que alguna vez tuve celos de los cuales, como en Antón, Lidy, El exorna con esos gajos de frescos laudon Justo. abuelo y otros, sé advierte la labor aún reles el libro que hoy os presenta. O1. la dije. nunca dc veras te no del todo maestra, pero que ya tiene Con el nombre de Cromos ha bauti halló en playa de plata, sirena įmpúber muy felices aciertos. Diez años des zado Jinesta su colección; me parece a vos, sirenita morena, y él Proteo mismo, pués, al referirme en El Maestro, publi mí que el nombre dice bien no sólo con el Viejo del Mar?
cación docente que dirigí, a la Guía de la brevedad sino también con la índole El clavel se echó a reír. Bebimos todos Juntas Escolares, obra también de Tines de estas amables lecturas, porque, sobre y comenzó la fiesta. Habíamos bebido ta, me expresé de este modo: Conocía ser obra de cuidadoso primor, aparece mucho cuando el viejillo Gissing abrió mos a este joven escritor. nuestro an en ellas la realidad imaginaria en que sus libros e hizo su discurso. Dijo así: tiguo alumno en los escaños del Liceo. se trasluce un aspecto de la vida que, Sería grave falta de cortesía si, hapor las producciones literarias, de suave con todo y presentarse como un aspecto, biendo invitado huésped, en lo mejor de y sutil delicadeza, con que nos había ha surgido de allá, de lo hondo: esto la fiesta le olvidáramos. Justo es nuestro revelado su puro temperamento de ar hace que los cuentos de Jinesta no sean huésped hoy. Permitid que ocupe el centista: ahí están para atestiguar victorio un simple juguete literario, con lo cual tro de este regocijo y que yo haga su samente nuestro juicio, los cuentos, des. ennoblece su difícil oficio de cuentis elogio.
provistos de complicaciones episódicas, ta, porque, después de todo, lo que im El viejillo Gissing aprendió a los disen que relata casos de simple y candoro porta grandemente en las letras, si se cursos en los banquetes, en el propio sa psicologia,. cuyo encanto proviene de quiere efectuar labor útil, consiste, an Platón. Por demás está decir que hasta una simplicidad en que no hay nada de poner el arte al servicio del pensamien los benditos Rotarios tienen la misma artificioso, así como de la ligereza alada to. Así, pues, quien lea estos sencillos costumbre. Quién va a banquete de con que discurre la narración.
cuentos espere saborear en su lectura, Rotarios sino a oír discursos? Ahora, que No otra cosa cabe decir en refirién juntamente, lo ameno y lo provechoso.
en banquete de Rotarios lo que se oye dome al volumen de cuentos que aquí generalmente no vale la pena. o da mu somete hoy Jinesta a los halagos un si Justo Facio cha pena. El discurso de Gissing, en cambio, fue notable. Los viejos liberales. dijo, han celebrado su fortaleza de ánimo demöstrada al rechazar con entereza varonil a la vez que con aquella cortesía incomparable Defensa de don Justo Facio que fue su mejor adorno, el ministerio del confesor. Esa última lección del maes Colaboracion directa tro no debe pasar desapercibida. mi juicio, probó la pureza de su alma. Sy Para el egregio humanista Doctor don Pedro Henriquez Urend, admirador del poeta Justo Facio, con la seguridad de que el hombre era también admi pecado alguno hubiera pesado sobre él, rable y uno de los pocos individuos a quienes debemos estudiar a fondo. tened por cierto que Justo hubiera descargado su conciencia. Eso, en cuanto a Recuerdo haber hecho el elogio de la efectividad del seudónimo estriba en que él toca. En cuanto a nosotros que fuimáscara. Ahora digo que, sin dejar de esconda personalidad. Pero máscara comos, en cierto modo, sus discípulos, nos ser cierta ni una silaba de aquel persi mo Persiles tiene su virtud es exacta ha enseñado que es posible haber liberaflage, conviene que de cuando en vez mente lo contrario, puesto que, en vez ción de una de las más crueles cadenas quienes somos en nascarados confese de ocultar, revela. Cada uno de nosotros que la Edad Media forjó para los hommos el rostro verdadero que nos dió la lleva dentro multitudes. El egoísmo ambres.
vida. No para que nos conozcan mejor biente, la necesidad que es multiforme y Durante la Edad Media, y aún en. a quién le importa conocer a nadie? todopoderosa, las convenciones sociales tiempos de los griegos y romanos, era Mi proposición es para que no se llegue, que son engendro de la necesidad y del escasa, o del todo no existía, la noción como con las caras verdaderas, a detes egoísmo, nos obligan a escoger una perde progreso que hoy tenemos. Podría tar a las que son invención pura y sosonalidad sola de entre las muchas que haber mejoras, en detalle. Podían los.
bre las que no debe recaer odiosidad nin individualmente somos, enmudeciendo, hombres llegar a ser más sabios y bueguna. Quiero decir que Persiles, yo. cegando, ensordeciendo y entumiendo nos, o más ignorantes y perversos; pero ficción integra, no puede en forma algua las demás. De ese odo nos volvemos todo sobre la base de que, en lo general, na justa ser juzgado culpable de los pe raquíticos de espíritu como a hermosa el orden, en lo social, en lo económico y cados de la carne, puesto que Persiles planta de jazmín a la que se le arrancaen lo religioso, no podría cambiar nunca.
es incarnal; y aquella lectora que tanto ran todos los troncos, menos uno. Y, Especialmente fue ello así en la Edad pudo haber aprendido de mí pero, que peor aún que volvernos raquíticos, re Media. Durante aquellos siglos la finalinada aprenderá pues no me lee, habién negamos de Dios. Es curioso que, a la dad única del hombre era asegurarse el dome acusado y condenado de inmoral, vei que proclamamos ser creados a ima cielo y huir del infierno. La vida era reerró grandemente. Pecó, me atrevería a. gen y semejanza del Creador, insistamos voltoso río en el que los hombres habían decir, el pecado imperdonable, que es en ser una sola persona quienes bien en sido arrojados, y alcanzar, con la ayuda contra el Espíritu Santo.
señados liemos aprendido a creer en la. de Dios. la ribera segura, era el único No defiendo el seudónimo. La másca Santísima Trinidad. Lo que llamo la fin de la vida que era dado concebir.
ra es enteramente distinta. En el uso del máscara, pues, es el misterio santo de. No había tiempo en aquel entonces en seudónimo no hay misterio, aún cuan nuestra multiplicidad manifestada en que se vivía, dígase lo que se quiera, do con frecuencia exista el secreto. La símbolo.
más aprisa que ahora. digo se vivía, Me parecía necesario el pequeño pró no se movía, para ponerse nadie a conlogo a comienzos del nuevo año y movi. siderar si era posible, desviando las (1) La epica inexhauste y proteiforme de nuestro fic nou es do como estoy a contar que nos hemos aguas de su lecho por concertado esla novela, orbe maravilloso donde cabe todo el infinito de la ima. vuelto a reunir, la última noche del año fuerzo social, hacer amable y útil la coginación y todo lo infinito de la realidad, con su abreviada imagen triste que pasó, el viejillo Gissing, su rriente que nos arrastraba a todos.
el cuento, que es una novela mcoor, más alada, mis leve, mis pri.
mprou. José ENRIQUE Rodo.
fiel desdentada Maruxa Castro, el cla El mundo era lugar, Valle de. Lá1. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica