REPERTORIO AMERICANO 203 Esta mpas Un cuento de Pushkin. Aguilas y cuervos Colaboración directa Es de un viejo calmuco esta historia horizonte inmediato la atracción que cienarrada en un cuento de Pushkin: Diga. No perciben la señal grande, la que jo un día el águila al cuervo: Dime, da rumbo y pulsación sana. Una ilusión cuervo; por qué vives tú trescientos engañosa es la que se posesiona de estos años en este mundo luminoso y yo sola emuladores de los comedores de carro.
mente treinta y tres? Porque, padre ña. No nacieron con la digestión de escito, contestó el cuervo, tú bebes sangre tas aves de rapiña. Apenas sí tienen un viva, y yo vivo de carroña. Reflexionó estómago hecho de digestiones livianas.
un instante el águila y dijo luego: Pro. Lo recargan, le llevan la hediondez de bemos los dos y vivamos del mismo ali un alimento pesado y les pudre la vida.
mento. Magnífico. de acuerdo!
Por esto vemos tanto náufrago de la Volaron águila y cuervo.
De pronto carroña ir y venir en medio de una exisvislumbran un caballo tendido y des tencia infeliz. La suerte no se les pegó.
cienden sobre el cadáver. El cuervo em mientras ensayaban desde la institución pezó a picotear la carne y la encontró de un país el modo de acaudalarse para muy buena. El águila la probó una vez, vivir como los que con fortuna hicieron luego otra y sacudió enseguida las alas un agosto fecundo. De pronto son desy dijo al cuervo: No, hermano cuervo; cubiertos y la cadena de la infamia les mejor que vivir de carroña trescientos marca recio la frente. Quedan sepultaaños, prefiero beber sangre viva una so dos, porque es grande el peso que se desla vez y confió a Dios lo demás.
carga contra el que no tiene poder. No Ha estimulado esa historia nuestra puede detener el bloque que lo aplasta.
meditación y por servicio tan grande he Conoce la historia de aquel que ha tramos agradecido a Maurice Baring que tado de emular y sabe por ella que tamnos trajera a la lectura de Pushkin. bién contra él hubo la conjuración para Pushkin lo destaca el juicio de Baring abatirlo. Pero descartó en esa historia no solamente como al más grande, sino el factor tacto. Con el tacto consiguen como al más típico de los escritores ru los hombres que lo tienen y lo usan hásos. Nada conocíamos de él y cuando bilmente, poner sobre los obstáculos y supimos que en la literatura de su pue las persecusiones el ácido corrosivo que blo ocupaba esa dignidad, pedimos la vuelve éxito lo que era ya fracaso. Por versión inglesa de sus cuentos. Este que eso el que no lo tuvo y le llega la difivamos leyendo nos ha detenido en la his cultad mientras devora carroña, cae ventoria del águila y del cuervo.
Es una cido. De estos vencidos está el mundo historia admirable por todas las filoso cundido. Preguntaron un día no cómo fías que el pensamiento meditativo pue se podía vivir trescientos años, sino code hacer alrededor de ella. Sorprende mo podía hacerse una existencia cómoda mos al buscarle aplicación al hombre, y con poderes. Obtuvieron la respuesta que no sería el ansia de vivir trescientos y practicándola se envilecieron y fueron años lo que a éste haría inquirir acerca despreciados.
de la longevidad del prójimo. No quiere ¿El viejo calmuco que hizo su historia el hombre volverse Matusalem. Pesa el del cuervo y el águila pensó en armar al tiempo en su vida. Disipela o nútrala de hombre contra la emulación nociva? Casabiduría, al cabo de cierta jornada lo da cual encuentre la enseñanza y teja exaspera. Pero sí quiere cuando le fal su filosofía. En nuestra meditación se ta oriente seguro disfrutar de una exis vuelve grande la brevedad de esa histotencia cómoda y placentera. Por con ria. No podemos separarla de lo que vaquistarla hace de su vida un continuo mos viendo. Cuervos y águilas para el punto de contraste con aquellos que han viejo calmuco. Para nosotros hombres logrado colmarse de bienes. simplemente. La diferencia consiste en Es decir, con aquellos que devoran la que unos han tenido ya el desarrollo plecarroña en que se convierte el logro de o. Otros empiezan el desarrollo. Los prebendas. Hay un hombre en el dis mayores. socarronamente llaman padrefrute de grandes riquezas, o de grandes cito a los menores, cuando éstos los conpoderes y a él vuelven codiciosos el pensultan y quieren perdurar para una existencia de samiento el ejército de miserables sin miserias y de iniquidades.
sentido superior de la vida. Saben que Dándoles trato zalamero los conquistan ese disfrute le llegó después de haber enpara el vuelo que otea la miseria tendida vilecido la vida, de seguirla envileciendo en medio de los caminos que son tránsien un torbellino rojo. como lo saben to y vivienda de la humanidad. Desde quieren experimentar tạmbién la transel punto que da el panorama inmundo formación infame. Comen de la carrolanzan los mayores a los menores y es ña y saborean la sustancia podrida. Estan seguro el descendimiento, que la caperan el cambio y comen y comen sin desocuparse un momento. Están sirviendo en las instituciones de un país. En Lic. MANUEL GRILLO hijo ellas tienen campo para la absorción. No (De la Universidad de Loyola, EE. UU. piensan en que toda institución perdura Atiende toda clase de análisis médicos: ORINA, SANGRE, HECES, ESPUTOS, como fuerza de bien según la sirvan los PUS, JUGO GASTRICO, Etc.
hombres. Para estos canallas lo imporen su LABORATORIO CLINICO tante es el medro personal. Por conse. de a 11 a. y de a p.
guirlo se enloquecen y sólo ven en el rroña reciba esponjada el diente y la uña del maestro y del discípulo.
Vuelta la historia al plano humano no se encuentra la repugnancia de los menores por el bocado pestilente. No hay sacrificio alguno en la transformación que impone la enseñanza. La gente menor sorbę líquida su nutrición, pero tiene diente fuerte para la masticación que impone el cambio de alimento. No se extraña del cambio. El viejo calmuco situando entre aves de presa su historia pudo creer que el águila renunciaba a la longevidad antes que someterse a engullir perpétuamente carroña. Entre los animales existe una nobleza que falta por completo en el hombre. Desde que éste se resuelve a transformarse para adquirir la comodidad y el poder no hay repug.
nancia que pueda atormentarlo. Prueba todas las iniquidades y en cada una encuentra el zumo que lo ata más al envilecimiento. Por envilecerse es que lucha y sabe que usará de poderes que le darán una dignidad muy temida.
Si en alguna forma nos interesa la historia del viejo calmuco no será de segu. ro para teorizar y desnaturalizarla. Veamos, lo repetimos, al hombre con todas sus miserias. Es natural que exista también otro tipo de hombre en quien las carroñas no provoquen hambres insaciables. Pero no es necesario hablar de él.
Lo urgente es acabar con el voraz que se eriza de todas las armas de conquista y se echa sobre un país. Es una casta poderosa, con vitalidad fuerte, con la horrible resistencia que da al hombre una alimentación de cuervos. Los que no padecen el hambre de la carroña se encuentran siempre en minoría. Pero es por ellos por los que se salvan los paí. ses. Jamás se abaten ni llega a tentarlos el espíritu siniestro del cuervo. Qué decimos! Podrá revolotear cerca de estas vidas el envilecido, mas no hará presa de ellas. La condenación severa. le llega siempre de ellas.
No las reducirá a su sumisión, porque no tiene grandeza para una tarea noble.
En cambio, cuando la condenación lo sigue y lo acosa desata su ponzoña. Conocida es el arma. por conocida hay que despreciarla. Cuando en un país se vea perseguir a la inteligencia, busquen el brazo que tira el azote en uno de esos devoradores de carroña. Es decir, sitúen la persecución en aquel que vive del latrocinio y del crimen. Para eliminar estorbos es que se persigue a la inteligencia. La inteligencia vigila, la inteligencia está despierta en un país y no permite, sin dar su voz tenaz, que entren a saco. Mejor dicho, no permite que entren a saco, porque habla y pide condenación. Esta actitud vigilante y activa es la que no toleran ios canallas que pudren el alma de un país para devorarse la pudrición acosados por un hambre insaciable. Naturalezas de cuervo que no tienen sosiego y se apegan a la entraña que genera la vida y dejan allí la fetidez que cunde. Matan cuanto creci.
miento libre muestran los países, porque son sombras que no toleran la luz.
Juan del Camino Costa Rica y setiembre de 1932. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica