Individualism

120 REPERTORIO AMERICANO La Francia eterna, la dulce Francia, la Francia misteriosa De El Tiempo. Bogotá.
mo ¿Es posible pintar en algunos trazos el carácter de un gran país? Sobre este particular, todo es falso, todo es verdadero.
Madariaga define al inglés como hombre de acción, al español cohombre de pasión. Pero Lyautey y Lesseps, franceses, son hombres de acción; Pascal y Rimbaud, franceses, son hombres de pasión. Siegfried encomia al francés por ser indivi. dualista; Brownell lamenta su ausencia de individualismo. El francés, según el autor, consultado, aparece como conservador o radical, frívolo o serio, avaro o generoso. El alemán y el ruso lo juzgan antimoderno; empero, la pintura y la música modernas nacieron en Francia. El inglés y el escandinavo le reprochan de no pensar europeo; sin embargo, los únicos proyectos realistas de sociedad internacional fueron redactados por franceses. El francés no da la vuelta al mundo. escribe Paul Morand, pero escribc mientras da la vuelta al mundo. Puedo describir bien tal francés. pero cómo describir al francés?
sus pasiones. La revolución de 1789 dividió la Francia provincial en dos grandes partidos que, desde entonces, cambian de nombre sin cambiar de campo. En Inglaterra, una ola sentimental puede barrer las masas y arrujarlas de un partido al otro. En Francia, sólo las alianzas electorales transforman las mayorias. París tiene sus familias como Florencia tuvo las suyas. escribe Daniel Halévy. Todavía Paris es relativamente móvil. En la campaña, ioexpertos pueden predecir con leves variantes de cifra el resultado de una vota.
ción. La política es s, una religión. Que la tierra te sea ligera! Ella es siempre ligera para los buelos republicanos. Tal fué la oración fúnebre de un alcalde de aldea francesa.
en No obstante los pueblos existen. Transportado en avión, los ojos vendados, depositado en una aldea de Turena, de Gascuña, desde el primer vistazo nombraría: Francia; no Inglaterra, no Alemania. Por la lectura de un informe, adivinaría, creo yo, que su autor es francés. El presente ensayo lo es.
cribo muy lejos de Francia, en una casa de Ismailia. Aquí, hace un siglo, se extendía un desierto; por mi. ventana, distingo, muy cercanas, las dilatadas dunas de arena ardiente. Un francés vino; en línea recta horadó la soledad; la llenó de lagos y la corto de los continentes.
Luego, habiendo resucitado por una inyección de agua del Nilo estas tierras muertas, levantó en medio de la verdura fresca y abundante una pequeña ciudad de provincia francesa. En el jardín público, cruzado de alamedas que recuerdan Versalles, las madres francesas que hacen pasear sus niños. Sobre estas dunas, en donde antaño erraban a lomo de camello los beduinos nómadas, los ingenieros franceses van a la oficina, consultan los anuarios, suputan los años de antigüedad, dicen orgullosamente. Tengo 33 años de Canal. y esperan las órdenes de París que ellos critican, ejecutan y veneran. Pues un francés rehace por todas partes Francia, como un inglés, Inglaterra. Tierra: antigua, misteriosa. escribe Curtius, y llena de una augusta madurez. Verdad es que las líneas esenciales de Francia están fijadas desde mucho más atrás que las de Alemania o de Italia. La unidad de la nación francesa, preparada desde los Capetos, se En Francia, el radical es casi siempre un conservador, el jacoKino siempre un patriota. Enoste país de pequeños propietarios, la tierra es lo que hay de más sagrado. Si he halla amenazada, todo el país se levanta. Si La France sus productos se venden mai, Por Bourdelle Francia murmura. Ningún pueblo hace más bravamente el sacrificio de la vida; ninguno esperfeccionó en tiempos de Luis XIV. La tá menos sometido a las leyes, a los reidea de un poder central, transmitida glamentos. Sin duda porque durante lar. por Roma, ha sido consolidada por to go tiempo los impuestos fueron percibidos los regímenes.
dos en nombre de un gobierno en el La convención, matadora de reyes, ne. cual el pueblo no tenía parte alguna, la reda de sus víctimas esa necesidad de administración permanece siendo la eneunidad, esa voluntad de mantener el te miga. El elector pide ante todo a su dirritorio nacional. Bonaparte, espíritu ro putado que lo defienda contra el Estado, mano, da a Francia un código, un gran que se le dispense de un pago, que lo maestro de la Universidad, y esa insti. salve de una sumaria, que le obtenga tución tan esencialmente abstracta y una prorrogación ilegal. De la suma de francesa: la escuela politécnica. Al mis estas injusticias, nace, dicen los radicamo tiempo, mediante la legión de honor, les Alaín y Siegfried, una justicia coja reemplaza las jerarquías del antiguo ré aunque sólida. El señor Bergeret, pobre, gimen, que se hallaban moribundas. Esc incorruptible, erudito, escéptico, heroigusto de orden y de unidad no es me co, es la imagen del ciudadano erguido nos visible en los monumentos como en contra los poderes.
las instituciones. La monarquía había construído la plaza de los Vosgos, la Toda nación posee una capital, pero plaza Vendome, el Palacio Real; e! Im en ninguna de entre ellas la capital es perio trazó la calle de Rivoli, concibe en la nación lo que París es para Franla Estrella y el Arco del Triunfo. París cia, Alemania ostenta al lado de Berlín conviértese de 1660 a 1932 en la ciudad capitales literarias, musicales, políticas.
más inteligible del mundo.
Florencia, Milán, Nápoles pueden dar gloria a los artistas. La campaña inglesa Esta permanencia de las voluntades akriga millares de gentileshombres culexplica la paradoja aparente de un país tos que desdeñan ir a Londres. Pero sotradicionalista que ha hecho más revo bre un mapa de Francia, todos los ca. luciones que cualquier otro. El exceso minos convergen hacia París. Para ir de mismo de la estabilidad, la falta de vál Burdeos a Ruán, es más cómodo dirigirvulas son causas de explosiones. En li se, a despecho de la geometría, de Burteratura y en arte, como en política, su deos a París, y luego de París a Ruán.
cede que la juventud francesa, oprimi Los libros publicados fuera de París, no da, casi siempre por la edad madura, se tienen lectores. Los grandes hombres de subleva. Pero después de cada revolu provincia vienen a hacerse consagrar a ción, el país se vuelve a encontrar. In París. En desquite, casi todo grande glaterra respeta sus tradiciones en las hombre de París llega de provincia. Es pequeñas cosas, en los gastos, en el ce de ahí, escribe Curtius, que saca lo meremonial; Francia conserva sus ideas y (Pasa a la página 127. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica