REPERTORIO AMERICANO 115 Envio del autor. Palabras dichas recientemente por el Sr. Subsecretario de Educación Pública en la Escuela Normal de Costa Rica, en Asamblea de Inspectores y Visitadores de Escuelas Señoras, señoritas, señores: debéis los presentes, porque aún los Al inaugurar sus funciones el Jefe que no le conocisteis, seguís siendo sus Técnico de Educación Primaria, ha que discípulos, porque el espíritu del Maesrido que la primera reunión de Visitatro flota en el ambiente y santifica esta dores e Inspectores se verificase bajo el sala con lenguas de fuego. En otra ocadombo sin mancilla de la Escuela Nor sión os hablaré de él porque él me quimal. Bien lo ha pensado, porque la Es so mucho y yo también y vosotros sacuela Normal debe ser el laboratorio béis que en una amistad noble está la pedagógico del país, la estación mete comprensión superior y verdadera.
reológica donde se perciban las más sui En una ocasión se le dijo al Maestro tiles corrientes del espíritu, donde se que la escuela costarricense debía tenanuncien y prevean las tempestades, don der a formar hombres prácticos, y cl de se recojan las observaciones e inquies Maestro se indignó. La pequeñez del tudes del noble magisterio costarricel país y un carácter cazurro y aldeano nos se, y de donde se dé a cada maestro que ha hecho efectivamente tan prácticos que la visita, el gajo de luz de una suges. si vemos a la ganancia lejana decimos tión útil o de un atinado consejo.
que la pérdida está cerca y a ratos la Tiempos son estos de pobreza y, de mi costumbre del cálculo y la aritmética de seria, de dificultades y de universal des. las ventajas personales mata los empeconcierto, pero, señores, vaciad el agua ños más generosos. Horror a las respons toda que contienen los mares, y llenad sabilidades, miedo al riesgo: tales han la vastedad de sus abismos vacíos, sido los grandes males de la educación monstruosas cuencas de donde se hubie nacional, sen arrancado las inmensas pupilas con Hombres que aparecen a la hora del todo el oro del mundo; derramad, en elogio o de la recompensa que se esellos los tesoros de la realidad y los te fuman a la hora de las responsabilidasoros de la fantasía; no habréis acumu. des; mucho pesar el pro y el contra, inJado nada; nada de todo eso tiene el sodecisión, duda, y no resolver nada por berbio dinamismo de una chispa de en no asumir los riesgos, con singulares tusiasmo. El entusiasmo es la gran fuer excepciones, han sido las características za, la maravillosa fuerza de la Humade nuestro temperamento. Si ese fuera nidad.
el ideal de la Escuela, convengamos en La crisis que azota al mundo no es que sonó otra hora, y bendigamos la mesino una fase de la hecatombe que se ini moria del Maestro que deshizo la leyenció en un oscuro día para la historia, al da del hombre práctico que dominó dudesencadenarse la guerra más sangrien. rante tanto tiempo en los medios vulta que ha azotado al mundo; no tiene gares y aun en los que no debían serlo.
precedentes, pero mientras no dominen Juventud entusiasta y llena de ideales los valores del espíritu no será sino un como aquella de que nos hablaba Rodó, obstáculo que estimule el anhelo del congregada bajo los olivos de Jonia, reatriunfo y una ccasión de prueba para lizó las más esforzadas empresas y goel ej de las más excelsas virtudes bierna aun el pensamiento humano, y del hombre.
juventud que contabilizó la vida al perAsí es, señores, que la juventud que derla desapareció para siempre en el hoy se congrega en esta sala debe con olvido.
siderar la hora presente como una hora La fórmula de los hombres que han singularmente propicia para luchar y pa. triunfado ha sido idealidad superior en ra triunfar, cuanto a los fines y espíritu práctico en Temed las crisis del entusiasmo, que cuanto a los medios.
son mortales, y no temáis las crisis eco Un campesino soñó un día que sobre nómicas cuyos desequilibrios, por hon el torrente desencadenado que venía desdos que sean, harán desaparecer los de las altas cimas podía tenderse un hombres de cuyas almas no desaparepuente que dominase la muerte y el abisció el entusiasmo.
mo, y fué idealista. Se trajo el material, Cuando acepté el puesto que otros se construyeron los bastiones y el puenhan honrado y que yo inmerecidamente te se construyó; estos eran los medios ocupo, pensé que si las arcas nacionaprácticos. Nada se hubiera hecho con les estaban exhaustas, no estaban ex ellos sin una concepción superior, pero haustas las reservas de energía y de en nada se habría hecho con una conceptusiasmo del maestro costarricense, y ción ideal sin medios prácticos para reapor eso no vacilé en aceptar el cargo, lizarla. El alma de la escuela costarrimás confiado en vosotros mismos que cense debe palpitar con los más grandes en mí mismo, porque juntos no habre ideales, pero para la realización de ellos mos de dejar que se apaguen las lum debemos buscar los medios prácticos en bres que varones puros y nobles, cuyas memorias veneramos, encendieron alentaron.
Lic. MANUEL GRILLO hijo Grato me es venir a la Escuela Nor.
mal porque su recuerdo se asocia al de (De la Universidad de Loyola, La. EE. UU. Atiende toda clase de análisis médicos: un hombre cuya visión de maestro y de ORINA, SANGRE, HECES, ESPUTOS, apóstol fué el resplando de una estrella PUS, JUGO GASTRICO, Etc.
que no apagan ni las brumas más den.
en su LABORATORIO CLINICO, sas. Mucho le debo a Omar y mucho le de a 11 a. y de a p.
un programa que descanse en el ci. miento de la verdad y no sobre la nube.
fugitiva de un falso sueño. para trabajar debemos perderle el miedo a la posibilidad de la equivocación. El hombre vive en un error constante y no debe temerlo pensando que no habrá de realizar una obra perfecta.
Ninguna palabra quizá ha anulado más energías que la palabra perfección. La obra del hombre jamás puede ser perfecta porque si lo fuera pondría un límite a la evolución y desaparecería la posibilidad del progreso. El mundo es de los que aman el peligro y no temen perecer en él, conforme a la sentencia bíblica. La juventud costarricense debe asumir las responsabilidades de su destino y la inevitable posibilidad del error.
La lucha por la cultura patria debe ser la preocupación de todo costarricense. Esa es la campaña política más dig.
na de nuestras devociones.
El político se encuentra generalmente con situaciones que las circunstancias crearon y su habilidad consiste en esquivarlas o en aprovecharse de ellas. En cambio, el educador en su política altísima, modifica el alma humana silenciosa y noblemente.
Las circunstancias determinan las actividades del político y en cambio el educador, con el concurso del tiempo, llega a dominar las circunstancias y se realizará el sueño del pensador norteamericano que le auguraba al mundo la hora, quizá todavía muy lejana, en que la política sería sustituída por la educación, pero sin que esa hora haya llegado, podemos decir que el maestro al formar el corazón de sus discípulos forma la conciencia pública del futuro.
Uno de los más firmes empeños de la escuela costarricense debe ser conocer a Costa Rica. Nuestra geografía, nuestra historia, la penetración de nuestra música y filosofía populares, el estudio de nuestras ciencias naturales deben ser propósitos esenciales de investigación para el maestro costarricense. Cómo es posible que los secretos de nuestra naturaleza nos los revelen sabios extranjeros sin apego al país; có.
mo es posible que sigamos tolerando la explotación bárbara de nuestros tesoros arqueológicos, que ya no toleran ni los chinoś ni los egipcios; cómo es posible que nuestra juventud, al llegar de los veranos no se desparrame sobre nuestras montañas, y nuestras playas, a la vera de los cráteres de los volcanes, que no naveguen sobre nuestros ríos, que son en las noches de luna, ríos de ensueño y de misterio, que no reciban en nuestros campos las inspiraciones vigo.
rosas de una Costa Rica sana y austera que no debemos dejar irse, y que a su vez, den a la patria el fruto de sus investigaciones y estudios, para llegar a realizar con la contribución de todos, el milagro de conocer nuestro prodigioso país?
Señores, estas palabras se prolongan demasiado. Escribamos en la bandera de la escuela costarricense estas palabras: orden, disciplina y entusiasmo.
Teodoro Picado Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica