56 REPERTORIO AMERICANO La unidad de la cultura Discurso pronunciado recientemente por Gabriela Mistral, en la Universidad de Guatemala, al conferirsele el doctorado «honoris causa. De El Tiempo. Bogotá Incorporada a la Universidad de Guatemala sin haber hecho méritos para ello, sin que me valga como justificación para aceptar la honra del doctorado honoris causa otra cosa que la sangre común y mi pasión atenta del destino de la América nuestra, cúmpleme decir en el seno del claustro el agradecimiento que los leales saben dar en caso semejante y mi concepto de la obra de las universidades en nuestro pueblos. El territorio de Guatemala, con los de Yucatán, Oaxaca y el Cuzco, lleva la aureola de aquellos puntos geográficos sagrados a donde la raza se da cita para confortarse en la consideración de un pasado resplandeciente, para sopesar sus metales interiores, examinando los oros de espiritualidad y los bronces de resistencia que llevamos en nosotros, en cuanto a herederos de mayas y quechuas, y para saber hasta dónde podemos llegar, hasta dónde nos alcanzan los tuétanos y los alientos que nos fueron trasmitidos; cuáles son, en fin, las posibilidades de la casta.
Cualquier americano que aspire a hacerse una conciencia de tal, cualquier hombre o mujer del sur que se decida a tomar posesión de la raza en totalidad, aquí ha de venir, como yo he venido, a la Guatemala de Quirigua, a hacer en sus piedras santas la turbadora averiguación del alma maya, y a rematar en la bella ciudad colonial que es la vuestra, su colección de las ciudades españolas próceres de la América, comenzada en la Lima y el México monumentales.
Mis amigos, una leyenda me traigo yo entre otras con que cargo sin ninguna gana, y es la de enemiga de la universidad en cuanto a amiga de la instrucción popula: Nuestra mente enviciada en parcialidades antagónicas, poco gustosa de las unidades conciliadoras, cree ver en nosotros, los sarmentianos, en Vasconcelos o en mí, el odio de la cultura superior contrabalanceando un amor apasionado de la escuela primaria.
La ocasión es propicia para esclarecer un estado de conciencia que no se han dado el trabajo de observarme antes de definirme, y ustedes me perdonarán el que yo aproveche para ello la excelente oportunidad.
En nuestra raza los nombres rara vez se yuxtaponen a los hechos y son frecuentes los bautizos fraudulentoso, cuando menos, engañosos. Por eso los que calamos los nombres para punzar en los contenidos, solemos negar el cuerpo bautizado, y nuestra negación no corresponde a un deseo de aplastar la co. sa como criatura, sino de querer que ella se eleve rotundamente a la categoría del nombre a fin de que lo lleve con una meridiana legitimidad.
De este modo, yo creo en la Universidad como en una institución tan ancha y tan profunda, tan soberana de las tres dimensiones, que suelo no aceptar como tales a las universidades empequeñecidas que gobiernan no más de cuay de cubrir. nuestras facultades nos recordarían en su forma la presión que nos contorneo y nuestro trabajo echaría, como la naranja da el color de su tronco, al ser; la fragancia confesadora de su origen. Diferentes como los hijos, técnicos, industriales, investigadores, artistas y obreros rasos, al enfilarnos como a los hijos de Hécuba, nuestros rostros o nuestra apostura dirían en tal dejo de la voz o tal giro del pensamiento, el origen común, y la gran proclamada, la gran declarada, estaría feliz de pasar su mano del primero al último, en un ademán de inspección y de recuento, y, como Hécuba, ella nos sabría individualizados y genéricos al mismo tiempo y hechos el bloque fuerte que se llama una casta.
Quebrantada la dirección religiosa Gabriela Mistral del mundo, creado el sentido absoluta.
mente laico de la vida, para mal o bien, no lo sabemos aún, dos potencias se letro parcelas de la cultura nacional, cul vantaron a recoger el lote del gobierno tivando, por ejemplo, las ciencias sin las de los pueblos; el Estado y la Univerindustrias o éstas sin las artes.
sidad, y, como en una operación químiLa Universidad para mí, carga a cues ca con la sangre, quedaron diferenciatas el negocio espiritual entero de una dos y visibles flotando en el surco innoraza; ella constituye respecto de un país cuo de la masa, los glóbulos rojos y los algo parecido a lo que los egipcios lla glóbulos blancos de estas dos categorías man el doble del cuerpo humano, es dede hombres: los que manipulan lo macir, un cuerpo etéreo que contiene las terial y los que manipulan lo espiritual.
fracciones y los miembros completos del Más ostensible la operación de los rocuerpo material. La universidad para jos, cosa de ver y de tocar en la vida mi, sería el doble moral de un territorio colectiva; más sorda, más lenta y hasta y tendría una influencia directora desde algo mágica, la obra de los blancos, a sobre la agricultura y las minas hasta los que se ha solido declarar inútiles porsobre la escuela nocturna de adultos, in que, como el alma, confiesan menos su cluyendo en su arco de atribución escue trabajo secreto para pasar de nuestra las de bellas artes y de música.
forma actual de vida confusa y entrar Suceso alguno espiritual acontece en esta norma sencilla y racional.
ría en el territorio que no lo asistie Pasado un siglo de preparación, el ra ella con su gran presencia; obra li Estado asumiría un arácter absoluto de teraria maestra, invento industrial, sis administración, de empresa económica, y tema económico ni investigación históri la universidad gobernaría todo lo que ca alguna, aparecería en el país sin que no fuese asistencia material; ella aproella se diese cuenta y tomase posesión baría el sistema político más hábil; ella de esas excelencias, ya sea con carácter proporcionaría los medios industriales de autora, si el creador se nutrió de ella, eficientes; ella depuraría, siguiendo cono de ayudadora, si el inventor vive fue ceptos estéticos ceñidos, los modelos ar. ra de su seno y, a lo menos, de honratesanos que le llevarían en consulta los dora, si, desgraciadamente, ella fuera gremios; ella aconsejaría la distribución ajena a ese trabajo victorioso.
de los cultivos de caña, cafés y trigos; Una sensibilidad de sismógrafo, un ella recolectaría los cantos escolares más oio sin pestañeo, de buho mitológico, calentados de emoción racial; ella dictaharía de ella la pulsadora más delicada ría los catálogos conscientes para los tide la entraña nacional y la espectadora pos de la biblioteca especializada por más conmovida del acontecimiento inte edades y vocaciones; ella tendría, como lectual; una conciencia riquísima de cei quien dice en su mano, los diversos raba de cien brazos, capitana del horizon yos del alma, el racional, el imaginatite, la haría la respondedora de las más vo y el volitivo, y de ella partirían, o diferentes actividades, y cierta universali a ella volverían siempre, esas potencias dad de Iglesia que eso es de hecho la.
por ímpetu espontáneo de nutrición o obligaría hacia todas las clases por igua por parábola natural de agradecimiento.
les partes y hacia los obreros realizadoHoy mismo, sin embargo, Estado y res de las cosas. Por ella sería de veras. Universidad forman dos potencias capieso que sólo ha sido en la metáfora: tanas de nuestra vida. El primero apael taller donde cada hombre de manos rece con voluntad de unidad, casi con válidas tiene su ficha, su cédula y si el bulto del puño cerrado; la segunda asiento. Madre se llamaría entonces con la vemos desbaratada, pulverizada en lorazón a la universidad, porque, cual más, tes de escuela primaria, secundaria o arcual menos, todos habríamos vivido un tiempo sentados en su matriz de hacer (Pasa a la página 62. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica