194 REPERTORIO AMERICANO dominante y es también, un poco, su defecto mayor y casi único, porque, en veces, ahoga la claridad de un pensar que, en páginas como la consagrada a Bolívar ese guerrero que tuvo el instinto de Bonaparte, la sabiduría de César y la magnanimidad de Alejandro alcanza una culminación evocativa relievada por enorme síntesis crítica. Pena no es ensayista como Eca de Queiroz; es, más bien, a más de artista, un fuerte crítico en potencia, de manera que si hubiese cultivado ese su sentido crítico instintivo, habría llegado a ser maestro en el género de Saint Beuve.
Biblia Profara está saturada de episodios galantes. Son motivos valleinclanescos, algunos: camafeos sentimentales trabajados con amor. Muchas figuras de mujer, blancos fantasmas tocados por la vara agri dulce de Eros, pasan por sus libros, los pueblan y saturándolos de una suave melancolía, hacen, amable la frecuentación de sus páginas. Son libros en los cuales el artista revive su propia vida. es que Leonardo ha amado el amor más que las mujeres. Las que des.
filan por su obra, con ser muy reales, y haberse consustanciado con él por la posesión posesión espiritual y carnal tienen un sello único, que llamaríamos peniano. Los tipos varían y, a veces, los atributos, pues, ora es una hembra cerebral, concebida en el silencio de un culto nuevo y ora, una delicada mujer todo corazón, cuyos ojos cándidos no han perdido aúr el pudor virginal; pero, todas ellas tienen una suerte de intelectualismo que, bajo formas diversas, es el común dominador cualitativo. CS que, lo que al autor le interesa, es la mujer considerada genéricamente, el aspecto cerebral cuajado de feminidad, y que es, por otra parte, lo que lo diferencia del donjuanismo tradicional, que busca a la mujer, no por la calidad, sino por el estremecimiento lascivo que pueda proporcionarle.
Aparte de los libros ya publicados de su Biblia Profana, Leonardo Pena ha dado a luz una tetralogía dramática: Las Puertas, en la que estudia algunos de los más angustiosos problemas que afectan al hombre: el alcohol, el matrimonio, la cuestión sexual y el juego. Nada resuelve el poeta; pero el arte abre caminos.
Si el legislador prestase oído atento a la voz múltiple de la naturaleza y a la sagrada voz del arte, cuán de otra manera sabría ponerse en contacto. con la realidad, que es la mejor suerte de comulgar con lo verdadern.
En Las Puertas, Leonardo Pena ensaya, no el teatro propiamente, sino la prosa dialogada y hasta escenificada, de que tan devoto se muestra el Príncipe de las barbas de chivo, don Ramón del Valle Inclán. En su tríptico sobre Don Juan: Don Juan en el Amor, Don Juan en la Vida y Don Juan en la Muerte, que aún resta inédito, pero que yo he tenido la fortuna de leer, la cosa cambia. Son tres poemas dramáticos en los que el autor se revela psicólogo. consumado y dramaturgo de alto vuelo, bien que cabe afirmar que esas obras valen principalmente por su aspecto lírico. El diálogo es vivo, sutil, relampagueante y de una flexibilidad nes, de suerte que Leonardo Pena se nos admirable.
presenta como un avaro y un pródigo, a En Don Juan en el Amor, que es el más la vez, sin que se sepa, si vale más por profundo estudio que yo conozca de la su avaricia o su prodigalidad. agreganreacción que los hombres como don Juan, do, para concluir: Los espíritus como experimentan en presencia de las muje Leonardo Pena no progresan: evoluciores, hay una disquisición sobre la natu nan y se renuevan. Igual concepto le raleza del amor, que Porto Riche mismo merecía dicha obra al espiritual Max no habría desdeñado de firmar, y en Don Daireaux, quien decía, sin que se pueda Juan en la vida que, por el. contrario, ir más lejos en el elogio: Es un placer es el estudio de las reacciones que las Taro leer libros semejantes, que deben mujeres experimentan en presencia de un ser tratados corno una verdadera Biblia, hombre como don Juan, hay una interpre. es decir, que deben ser releidos constación originalísima de la famosa cena a tantemente, seguro de encontrar en ellos.
la que fué invitado el Comendador, Por la frase que corresponda al estado de al.
que el Don Juan de Leonardo Pena, más ma del presente.
real y humano que el de Zorrilla, torna refiriéndose a Leonardo Pena, deconstantemente a la riqueza de la leyen cía: Un temperamento perfecto de esda original y bebe en su fuente, con sed critor y un gran artista, una ancha inteclásica y moderna inquietud. En el terligencia que lo comprende todo y no descer drama Don Juan en la Muerte, en el deña nada. Por esa misma época, Max que se analiza la transformación que la Nordau habló de Pena como de uno de leyenda del burlador de Sevilla, ha su los escritores más poderosamente origifrido en el piadoso corazón de las muje nales que había leído.
res, se vé como sus víctimas le muestran, Hay en la vida de Leonardo Pena, un aunque demasiado tarde, el camino úniepisodio, que es interesante describir, co que permite llegar hasta el Amor.
porque él deriva, un poco, de su comAparte de todo eso y con proyectos plexión moral, tan recia y tan rica: nos para cien años de trabajo, como él dice, referimos al poema casi religioso que PrLeonardo Pena acopia los materiales pa201 Véliz escribió, pocos días antes de ra una Ciclo El Ciclo de la Vida commorir, en honor del autor de Biblia Propuesto de seis trilogías en dramas de un fana. Era Pezoa un hombre de fina culacto cada uno, ctc. etc.
tura y un admirable poeta, que supo concebir la belleza en formas inéditas. Ha Cuando Leonardo Pena publicó su biendo tenido la desgracia de nacer en primer libro, el Yo, que no era más que una época en que la aristocracia reinante el pórtico de su Biblia Profana, él fué reen Chile, no tenía menosprecio suficiencibido en medio de una explosión indigte con qué fulminar a la clase media, a nada por la crítica literaria de Chile. Se la cual Pezoa pertenecía, éste buscó cuhabló de él con desprecio, con ira, con: ra, para su herida espiritual, en una perburla y a su autor se le dió patente de petua bohemia. habiendo vivido a priidiotismo. Era un ensayo que encerra sa, dictó negligentemente su mensaje de ba demasiadas posibilidades, para que los belleza y luego fué a morirse en una sala mediocres no se asustaran. Los medio de hospital.
cres forman una complicada masonería Leonardo Pena, sintiendo la honda hey, bien que ausente de luces, saben darrida que llagaba el alma del poeta, fué a se cuenta cabal de quienes sobrepasan el verlo en su lecho de miseria y de dolor, nivel permitido, para embestir. contra comulgando con él en afinidad de espiellos, sin razonar, como las cabalgaduritu, en íntima y cordial simpatía. D: ras frente al peligro. en cuanto se pronto, un día, las manos transparentes vió que el insulto no daba ningún resul y con olor a santidad del enfermo, extado, la crítica tramó contra Leonardo trajeron unas cuantas carillas de papel, Pena, lo que Luis Orrego llamó la conshilvanadas en el insomnio y la voz qucpiración del silencio. Entre tanto, sus brada fué musitando, con cadencia de le. libros eran acogidos en el extranjero, con tanías: real entusiasmo y sencilla admiración.
San Ignacio, padre excelso, protector de la Así, no sólo Zorrilla de San Martín saluazucena, daba el Yo con la célebre y bellísima fué en el mundo, el visionario de la luz, Leocarta que se conoce, sino que el gran Runardo Pena; bén Darío recibía la entrada del nuevo las hormigas microscópicas de él dijeron todas paladin al mundo de las letras, con la que era magnífica frase: Si Leonardo Pena no una alondra inverosímil, una cosa majadera.
es el cerebro mejor organizado de Amé.
rica, es en todo caso, su espíritu más al en la sala espaciosa, poblada de ruito. De Las Puertas hizo el médico ardos informes, la voz seguía musitando: gentino Carlos Baires, un análisis finísiSan Ignacio es la esperanza de la fuerte raza mo, en el que manifestaba su asombro nueva, ante la exactitud psicológica de los perpues perdón, estigma y alma su tranquila sonajes peneanos y el noble crítico de frente lleva; arte, Gonzalo Zaldumbide, que ha enries hermano de los tristes que atraviesan la quecido la literatura americana con pá. existencia ginas llenas de luz y de armonía, decía y es hermano de los fuertes. San Ignacio es de esos dramas, que ellos eran dignos de la indulgencia (1. Zola, de Arnunzio, de Balzac y de Shakespeare. poco después, a pro Poco después de haber recibido ese pósito de La Actitud secreta de la Soledad, el mismo Zaldumbide decía: Hay en (1) Conviene a este propósito, recordar que el nomese libro, la materia de muchos volúmebre de famila de Leonardo Pena es Ignacio Pérez Kallens. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica