231 REPERTORIO AMERICANO Poem as criollos Del cuaderno AgueiSana. Puerto Rico. 1932 PRADERA CRIOLLA Reinaldo Silva Pradera cielo inverso tu horizonte es un ángel con las alas abiertay.
La lluvia es la tintura que te tiñe el cabello.
El río pintor se lleva ja visión de tus hierbag.
El río pintor. RO fabril y agrario que hace la más hermoge.
edición de tus pastos.
LA COPLA Emilio Delgado Sabana: ya te había olvidado, y hoy te halle, inesperadaen la hamaca de un amable recuerdo.
Ya no más era liumo tu matorral en mi pecho; tu camino rabiza olvidada en el suelo.
Pero hoy apareciste con tu muchacha descalza y tu mula sin pienso; tu bohio pajizo y tu jibaro haraposo y anémico; tu horizonte confuso de pasto y de cielo.
Sabana: Por ti debió pasar el indio a quien atajó libertad el Descubrimiento.
Por ti el conquistador het moso atareada la testa de sueños.
Pero ah!
ya no más eres eso.
Un puñadilo de pasto y otro puñadito de cielo.
Solo la copla te sube del suelo.
Criolla: Déjame oir ni copla en tu boca manantial de besos y sentir mi tiple que es calandria gonora en la morena enramada de tus brazos. a veces rios de amor por donde mis ansias navegan o que inundan mis predios de deseo, fertilizándolog.
En tus dientes he conocido el sabor del coco carne de gloria. seno de la palmera, sabroso como el tuyo, cuya gramática me ha enseñado deletrear los placeres.
Tambiéa se puede ser Dios y besar las estrellas subido por escaleras de caricias a la constelación de tus pupilas.
Jugaré a cara o cruz el corazón en el aseado batey.
de las palmas de tus manos, saboreando los bananitos de tus dedos o subiendo con ellos hasta tus dientes que pueden ser también guamá coposo.
Pero ya estoy de nuevo en tu boca. manantial de besogy he querido oír mi copla en tus labios bajo el bohio negro de tu cabellera, sintiendo el tiple de mi pasión entre la enramada trigueña de tus brazos.
Oir cosas de esas que tienen varitas mágicas, y de esas que cuentan de una vez que vino un Hombre para salvar el mundo y el mundo inventó para El árbol.
Oír de nuestros campos, en donde recostamos los muñecos de cariño que se nos mueren y quo después nos salen en el recuerdo, enteritos como la realidad y como tú, ahora.
Quiero oír de esas cosas antes que recuerde que tienes beno Pradera salpicada de reses miniatura de parapa estepa verdecidnPradera pantalla de las nubeg70 veces siete cuerdas de cariño ya he andado y aún no tengo tu justa dimensión en el pecho!
Si a la otra pradera la de arriba! brinda estrellas, lunas, soles, Primavera, a ti te rinde mariposas y flores. te decora un simple aire de égloga, Ja tarde, donde sube el incienso de una copla lejana, y ella viene, liviana como el aire, intima como los olores de casa La copla hamaca de duice recuerdo. te cubre la noche cielo inverso praderacon una lluvia obscura de: misterio, para sacarte al día, más limpia, más hermosa, más extensa, para que yo te cante este poema.
POEMA DE UN LADO DE LA COSECHA Paniagua Serracanto ACUEIBANA Enamorado Cuesta Aguejbana monte aborigertronco de ausuborio suelto era su corazón.
Bajo las noches claveteadas de estrellas, sus labios ponian besos de canción en log encajes de luna del taparrabos de Borinquen novia piel roja.
Y, allá, por la tala colorida de la aurora, sembradío de pájaros, Agueibana, corazón de río suelto se echaba al mar de puñetazos de espuma.
Mentira parecía que nacicra una tierra para sembrar con picotas de ensueño tamaña libertad!
Y, como toda dicha tiene el tiempo partido en la distancia, por ese mismo océano, haciéndose la ruta, vinieron unos hombres a quitarle la patria.
Monte aborigen sintió que le taladraban las carnes con cuentas de coiores.
Tronco de ausubo vió que le arrancaban astilla por espejitos tontos. bajo la noche taladrada de estrellas sus labios no ponían begos de canción.
en los encajes de luna de Borinquen novia piel roja.
Y, adentro, en las vírgenes selvas de su pecho le saltó el corazón jaguar dormido.
Ejércitos de flechas ferrocarriles de muertey artificio de balas, midieron, a cuartillos de sangre, las dos razas.
Ausculta, Puerto Rico, a tu jaguar dormido. filo de machete es que hay que hacer la patria. cuartillos de sangre hay que medir la raza.
Ellos cantan ahora. adentro, en nuestro pecho, aún en trance de vida, monte aborigen tronco de ausubo rebelde aún, Aguelbana.
Flota en el aire del campo un agostino olor a café uva.
Acróbatas de una aviación al natural, los pájaros, ejercitan en el andamiaje del panorama. algo que no se sabe si canción o si es quejido aúpa su voz, como el humo de una antorcha de tabonuco, sobre la agricola conflagración de fruta y hoja del cafetal.
Bestias disfrazadas de hombres, los jibaros, llevan seis almudes sobre sus espaldag como si fueran cien años. Ellos, a quienes derriba, tan pronto, la anemia. Cufé para la hacienda múcaro ampliado en mecánica.
y boca Café. manantial de LursosAhora, criolla, que después será a caballito, y no tendremos tiempo ni para el tiempo.
Va a obscurecer, y, la noche. jinete negro viene calzando estrellas y restregando foetes de relampagos.
El cafetal emigra con la noche.
Criolla: ya sólo me queda un cuerpo blando, dúctil. delicioso; ya sólo me queda tu voz hecha no sé qué tristeza; ya sólo me quedan tus pupilas. me acuerdo que tienes boca. manantiaj de besos y que soy el tiple romántico en la enramada trigueña de tus brazos.
oro para el Banco de Soller, mazamorra y uncinariasis en los pies, en la sangre, y en el alma del jibaro.
Y, a las p.
cuando el dia se cae por la loma del cre.
púsculo, a la orilla del embudo se ve: el hábil escamoteo del hacendado extranjero, la sonrisa vergonzante del capataz criollo, y la cara de dura y eficaz nielancolia del peón Tal esas caras que labraban en los vientres de coco, los indios.
Juan Antonio Corretjer San Juan. Agoslo a noviermbre de 1930. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica