REPERTORIO AMERICANO 133 Hacia una música de la raza Envio del autor. San José, Costa Rica, 1932 El título es un poco equívoco. Está usado más bien con un criterio estético.
Tampoco conviene confundirlo con lo puramente folk lorista. Nos referimos a la posibilidad de un gran arte musical indígena. En este esfuerzo anda el profesor don David Sequeira. El ha compuesto varios poemas músicales con el. fin de traducir la sensibilidad de la raza americana. Esa sensibilidad se manifiesta en las leyendas religiosas o heroicas, así como tiene también una alta expresión en la construcción de los templo; y de los palacios de los reyes. El Gran palacio de Mitla ies un canto del pueblo mexicano, así como el Partenón es un canto del pueblo ateniense. El profesor.
Sequeira na querido penetrar en esa sensibilidad o, mejor dicho, evocarla. Debemos dejar necesaria constancia de que él no puede aspirar a reconstruir una música primitiva de nuestra alta cultura indígena, porque no hay monumentos que la conserven. Pero, hubo una músien nuestra América antigua? Por elemental que ella haya sido, ha debido qué no pensar que a la par del arquitecto hubo el poeta y el músico? Sí los hubo, porque en toda cultura histórica han coexistido estos representantes de los. múltiples valores espirituales del hombre. En segundo término, porque en el fondo de nuestras culturas definitivas, hubo siempre un culto religioso superior en que el hombre hizo un supre.
mo esfuerzo por establecer vínculos profundos con la naturaleza y con las divinidades. Esos cultos comprendieron en su ritual, numerosas fiestas religiosas de sentido cósmico.
El calendario de los mayas quichés, puede decirse que dividía los meses por fiestas suntuarias. Los diez y ocho meses de que se componía el año, eran diez y ocho fiestas, algunas de ellas en honor de los dioses que presidían los destinos de las tribus, como la que celebraban los brujos en honor de los dioses de la medicina, Ixchel, Itzamna, Citbolontun, Ahuachamahez o la fiesta en honor del dios de la paz, Citchaccoh.
Otras celebraciones lo eran en homenaca David Sequeira Escultura de Sánchez FC Lamerto del Caribe Danza de la Muertes Darid Sequeing David Sequeiran Andante AS a fano.
sentre forte existir. En primer térrnino, porque una gran cultura es casi siempre universal en el sentido del hombre mismo.
Puede afirmarse que toda gran cultura impli.
ca el máximo desarrollo del espíritu del pueblo que la ha creado. La América aborigen conoció el secreto de las grandes culturas.
Los monumentos que nos quedan como testimonio de ello, de los Aztecas o de los Incas, revelan la existencia de un hombre superior a los Incas, revelan la existencia de un hombre superior a las obras mismas que hizo. Si allí se desarrollaron las artes constructivas y decorativas. por je a la naturaleza creadora y protectora, como la del quinto mes, que corres. pondía a los dioses de la abundancia, los cuatro Bacab y los cuatro Chac. Las ceremonias no podían menos de ser diferentes y el estado de ánimo que en cada una de ellas provocaban los sacerdotes, tenía que ajustarse al sentido de los ritos solemnes. Durante ellas se cantaban himnos para honrar a los dioses. Algunos de esos himnos pudieron ser reconstruídos y conservados, como el que se de.
cía a los Mimixcohuas, traducido por Seler en su Die reli.
giosen Gesangen: La Danza de la Muerte Inspiración de Sánchez. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica