360 REPERTORIO AMERICANO Imprecación al Padre De El Espectador. Bogotá. Palabras dichas en la Quinta de Bolívar, Bogotá, el 12 de noviembre pasado (En este callado recinto que en sangre, trazar sobre el teuna vez hạbitaron el Amor y rreno la línea delimitadora de el Dolor y la Gloria, vaga hoy la novísima encomienda, pero la sombra del Profeta, del tú no quisiste, porque habienMagnánimo, del Terrible. Efludo vivido y padecido y triunvios de su tórrido corazón vi.
fado para la libertad y el devifican estas flores; una oculrecho, tus anhelos llegaron ta fuente de su quebranto sihasta el preciso linde que la gue nutriendo estos pinos, setradición señaló a cada pueblo, mejantes a tenebrosas llamas, de su patrimonial territorio.
y sobre los trofeos que ha re.
Por eso cuando un día precogido la piedad memoriosa, se tendióse arteramente menoscaadvierten todavía las huellas bar el de Colombia, tu fiereza de león arrancó de un zarpaque dejara el imborrable, el apasionado beso de la esquiva zo la presa que quería aproFortuna.
piarse alguno de tus cinco ca¿Qué templo más augusto chorros.
para invocar a ese Numen, Intérprete fiel de tus empe rememorar su excelsitud y pro ños, tu dilecta Colombia, dupiciar su ayuda. rante mucho tiempo sacudida de convulsiones y martirios, Oh, Padre Bolívar! Oh, Liamo siempre tu obra y probó bertador! Oh, vidente! Oh.
dilatarla por los espacios de Maestro. América. Ella sirvió ardorosa: Hundido apenas Tú en el mente a tus proyectos, mienabismo de las desolaciones, tras tú alentaste. La liga anprecursor de aquel otro honfictiónica del Istmo, halló aquí do acerbo que te acogió ya propagandistas inflamados. La muerto en su regazo, el manSociedad de Naciones es hoy to de púrpura que a tu ruego como el eco engrandecido de tejieron las manos de la Gloaquella voz clamante con que ria para tu hija predilecta, la quisiste reunir los Estados de Gran Colombia, partido fué en América, ante el altar de la jirones a filo de espada, cuanJusticia. Tu imprecar clamorodo la hoja en ascuas de la tuso por la libertad de los esclaya se había apagado ya para vos, devolvióle la vida, con siempre en las amarguras del fórmulas precisas de una nomar.
bleza sin igual, a la gente irreDe este sitio partiste a condenta; la raza autóctona fué sumar la epopeya cuyo recuertraída, con amoroso gesto, al do perdurará paralelamente a naje de los hombres, a orillas de una portentosa inaudita convite de iguales, y a medida los siglos. Qué te impelió ha de los grandes ríos. Assur, cultura que concentre la mile que se hundía el pasado concia el Sur? Imperioso y ava Egipto, Irán, India, Catay. naria sabiduría de los pueblos fundiendo sus escombros con ro amor de libertad; inextin vastos crisoles de amalgamas desaparecidos y la salvaje es los que amontonaba el presenguible sed de gloria; fiebre raciales, campamentos efíme plendidez del vivir primordial; te, tus héroes de epopeya, moenloquecedora de crear; ímpe ros de pueblos que se perdie el anhelo sublime de fe y radelados por tus propias matu irresistible de tu sino sin ron en la noche; aluvión colo zón reconciliadas, y el firme nos, iban cediendo su sitio de par; gigantesca visión aquili sal de estratos superpuestos andar de la vida regido por el fieros ejecutores de la violenna del porvenir de América. cuya actual plenitud contiene, blando ritmo del corazón de la cia redentora, a una apacible Del Orinoco al Potosí, cada en insuperable densidad, la úl. piedad.
cohorte de sabios y estadiscombate fué escalón, dolorosa. tima experiencia posible del Dijiste tu visión a las hijas tas, a esas dos primeras gemente. esculpido por tu mano, agruparse humano. esta vi que creó tu fecundo abrazo neraciones republicanas que en sangriento laborar hercú. sión pretérita suscitó delante con la Gloria, en el mullido poblaron el cielo espiritual de leo, para labrarte una atalaya de tus ojos el magno y natu. lecho de laureles y oliva arro América con la tribu soberbia desde donde prevenir y aviso ral destino de una humanidad jados en haces sobre el oro de vastas concepciones que en rar los destinos del continen. nueva. Viste de Patagonia manchado de las pieles de los tu cabeza genial sólo habían te. Midió tu corcel guerrero, hasta el Caribe aquella red in. jaguares y la sedeña suavidad sido como los polluelos del a paso de victoria, toda aque mensa de los enormes ríos de de las felpas acariciadoras del cóndor emblemático.
lla área inmensa sólo para con. la América austral, en su si puma. Bolivia, Perú, Ecuador, Leales a tu consigna, nunca quistar el reducido ápice des nuoso laberinto de corrientes, Venezuela, Colombia, recibiejamás habremos de empequede donde pudiese defenderse pululantes de vida, densas con ron tu paternal y augusto en. ñecer la grandiosidad de tus la libertad de un mundo. Dia ias semillas de las floras pa cargo de allanarles el camino empeños. Cuando pugnamos nas, coronas, fiestas y cesáreos radisiacas, portadoras de islas a las migraciones del futuro con tesón por unos palmos de desfiles, fueron a tus oídos, de verdor que recuerdan los y de sentar sus reales en los tierra, no vinculamos a ellos, oh solitario de las grandes ci jardines flotantes de la Belos estuarios grandiosos, para que como elemento primordial, su mas heladas, el lueñe susurrar antigua, ya tributen al, épico en torno de cada tienda seña: explotación mezquina, sino en de las colmenas humanas, por Orinoco, deriven al milagroso lada con el pabellón que tú cuanto favorezca la obra trasmismo le izaste, se agrupasen cendente que tú nos inspiraste que tu espíritu atemporal y Plata o acrecienten la onda extático ardía ya ensimismado oceánica del padre Amazonas hombres de todas partes de la y que ansiamos nosotros seen una visión inexpresable. que lame dulcemente las plan tierra, atraídos por la sombra guir adelantando con energia. y.
voluntad perseveranDesde la suma cúspide mira tas de esta Patria. compren hospitalaria de cada alero. Pu vivaz. Pasa a la página 367)
bas hacia el pasado el peregri diste que allí. sería el asiento do muy bien tu espada, tinta Bolivar en 1830 Atribuido a Antonio Meucci Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica