REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXV San José, Costa Rica 1932. Sábado 20 de Agosto Núm. Año XIV, No. 599 SUMARIO.
Eugenio González José Vasconcelos Salomón de la Selva Paul Claudel.
Parábola do Animus y Anima.
Paul Claudel, misionero del lirismo católico.
La glosa de los animales feroces La crueldad iberoamericana.
Menéndez Pelayo Jacques Maudale Paul Claudel León Pacheco Pallais Joaquin Edwards Bello Ramiro de Maeztu Recuerdo de Montalvo.
Se celebró el 13 de abril.
De La vida de San Adofesio.
Condenemos la línea tortuos y aspiremos Imponer la línea seguida La maricas.
Semblanza de Blanca Luz Brun.
Juan del Camino Héctor Solano Blanco Jesús Soto Paul Clau del De Criterio. Buenos Aires Todo este mundo que me rodea. qué sabe de las cosas. Se apodera rápidamente de lo que le sirve y caza al vuelo cuanto le ayuda a vivir su pequeña comedia. Pero cada cosa tiene para ini una voz y me toca en lo más profundo del coſazón.
Estas son las palabras encontradas en los Pensamientos, de Confontaine, ciego como la Sinagoga de los ojos vendados que se ve todavía con su cetro roto en las puertas de las viejas Catedrales. Pero, casi como un mis terio íntimo y hondo conserva el tesoro indefectible de la Promesa.
El mundo no le ha sido dado al hombre sólo como un espectáculo, sino también como un instrumento.
Nosotros, que nos servimos de las cosas que nos rodean para nuestras necesidades, hemos perdido la costumbre de considerarlas en sí mismas, por sí mismas, en el solo pensamiento, que son, suyo. Este lenguaje secreto antes de dirigirse a muchos con el intérprete del poema, es, ante todo, oído por uno solo. De utro modo no sería verdadero, y en esto se diferencia la verdad poética de la verdad científica. Pero dejemos por ahora estas consideraciones que nos podrían llcvar demasiado lejos.
El poeta debe ser original, para ser algo. esta originalidad tiene dos aspectos: es menester que el mundo se le aparezca antes a él distinto de como ha aparecido antes que él y que la línea de que se sirve tenga un carácter especial, propio.
El primer requisito para ver bien un objeto es encontrarlo nuevo. Sucede con gran frecuencia que muchas personas tienen una imaginación tan pobre, que no se asombraban de nada.
Paul Claudel siente una profunda maravilla, ante el espectáculo del mundo. Todas las interpretaciones y las representaciones que nos han sido dadas desde hace más de seis mil años no le embarazan absolutamente, En verdad él ha podido gozar de la naturaleza.
Desde su primera partida para los Estados Unidos en 1893, la carrera de Paul Claudel no ha sido otra cosa que un gran viaje por el mụndo interrumpido por largas pausas en países diferentes de Francia, en el Extremo Oriente y en este hemisferio occidental que más cada día se revela como una tierra nueva, tal cual Cristóbal Co.
lón habría podido imaginársela. Pero deteniéndonos en estos detalles, que también tienen su importancia, nos expondríamos a no apreciar debidamente lo esencial.
En Paul Claudel todo demuestra que para él la visión del mundo ha tenido siempre esa florescencia de novedad, que no se ha alterado ni siquiera con el transcurso de los años.
En una página de Connaissance de Est no lo encontramos acaso niño: que existen.
Paul Claudel Parábola de Animus y Anima El artista les presta una atención más desinteresada, y cuando las mira con un corazón puro hace descubrimientos maravilosos. Entre los artistas el poeta ocupa una posición especial, más difícil y más humana a la vez.
No puede, como el músico, imi.
tar con sonidos el bullicioso himno de la naturaleza, ni tampoco, como el escultor y el pintor, copiar con masas o colores, el espectáculo que ella presenta.
Su instrumento son las palabras, estos signos rápidos y esquemáticos, gracias a los cuales hemos hecho al mundo capaz de servirnos.
El poeta, pues, si quiere que su obra sea verdadera y sentida, debe encontrar una relación estrechísima entre la palabra y la cosa.
Para una búsqueda así no existe método; únicamente el espíritu artístico del poeta puede descubrir la correspondencia del vocablo con el objeto.
Cuando se dice que el mundo habla al poeta, ello se refiere precisamente a su capacidad espiritual de ver un mundo De Allar. La Coruña, España Las cosas no van bien en el hogar de Ani.
mus y Anima, el ingenio y el alma. Lejos quedaron aquellos días la luna de miel duro poco en que Anira tenía derecho a hablar sin trabas ante el arrobo de su marido. Después de todo. no es Anima quien trajo la dote y sostiene la casa? Pero Animus no se dejó reducir largo tiempo a posición subalteraa, y mostró su verdadera condición, vana, pedantesca y despótica. Anima es una ignorante, una estúpida que nunca fué a la escuela, mientras que Animus sabe una porción de cosas, sorbe libros y libros, ha aprendido a ha(Pasa a la página siguiente. Vuelvo a verme sobre la más alta rama del árbol expuesto al viento, niño columpiado entre las manzanas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica