REPERTORIO AMERICANO 275 La guarida de los insectos Envio del autor donde hace su meHormigas y gorgojos son sinónimos de insectos dañinos; sin embargo, hay hormigas que jamás atacan las plantas de cultivo, que nunca se arman con ademanes de combate, ni tienen aguijón ponzoñoso para su propia defensa, y gorgojos que viven en los troncos podridos, o toman por habitación un fruto silvestre, desdeñado por el hombre, e instalan allí siis huevecillos para que al nacer las larvas encuentren alimento, abrigo y protección.
Hay muchas especies de hormigas que son absolutan. ente inofensivas: se alojan en las ramitas secas del Tuete y se alimentan con la médula azucarada que tienen estas plantas, la cual debe saberles a higos secos, uvas pasas o ciruelas en lata, por el gusto con que la saborean. Otras viven en las espinas secas, abandonadas, del Cornizuelo, tan satisfechas como si fueran castillos viejos, convertidos por el tiempo en casas solariegas, sin ansiedad que. aminore el placer de vivir, ni acorte la existencia.
Si encuentran un fruto de Guapinol, donde algunos gorgojos pasaron su metamorfosis, se instalan tranquilamente adentro, aprovechando los restos alimenticios que los otros insectos desdeñaron, durante su residencia en ellos.
Cuando el espacio es estrecho se acomodan las Cryptocerus, como anchoas, apretándose cual si fueran moléculas de un mismo cuerpo; pasan la noche ocultas en su guarida y en las primeras horas de la mañana salen las obreras en busca de alimento para ellas y sus larvas, y reciben los baños de sol con verdadero delcite: un agujero de cinco milímetros en el codo de una rama marca la puerta de entrada a la vivienda, ocupada antes por la médula de la planta.
Algunas especies levantan con gracia el abdomen y lo balancean al caminar; otras parece que se arrastran silenciosas sobre la corteza de los árboles, ocultándose a veces en las grietas o confundiéndose por su color gris con los líqucnes, así logran fácilmente despistar a sus perseguidores; cuando se las sorprende, se agazapan o se dejan caer al suelo para deslizarse luego entre la yerba y las hojas secas, Muchas de estas hormigas son por su forma encantadoras: parecen talladas en ágata, con la cabeza a manera de cuadrada peineta española y el tórax graciosamente recortado; el abdomen semeja un corazoncito de ámbar, de estilo irreprochable, lustroso, brillante por debajo; y por encima todo el cuerpo finamente punteado, cual si hubiese recibido un baño con polvos de diamante, o llevaran un traje iridicente de cuarzo granulado.
Su tamaño alcanza apenas un centimetro de largo y hay especies tan pequeñas que llevan el nombre de Cryp.
tocerus minutus. El color negro, moreno, rojizo o amarillo, tan corriente en todas las hormigas, presenta en el género a que nos referimos, con alguna frecuencia en ciertas especies, manchas o sombras combinadas de colores oscuros y claros, que les dan un atractivo precioma lanceolada de las hojas y el brillo general del follaje: allí, en aquellas llanuras que se inundan totalmente, hasta confundir sus aguas con las del río de las Palmas, ric curso más o menos paralelo, la fauna entomológica se ve obligada a guarecerse en los árlxles medio podridos que permanecen de pie. Para obtener coleópteros está el colector obligado a cortar árboles secos con el hacha, los cuales tienen con frecuencia hasta treinta metros de altura; pero la cosecha es tan copiosa que pueden recogerse más de trescientos ejemplares en un solo tronco, pues desde la base a la terminación de las ramas superiores están habitadas, entre la corteza y el cuerpo leñoso, hallándose los pasálidos de mayor tamaño en la parte más gruesa del tronco, los medianos en la parte del centro. y los menores en las ra. Pruto de Guapinol, mas terminales. Todo trabajo que se haga en los árboles caídos, que estuvieron tamorfosis el gorgojo conocido con cubiertos por la inundación resulta abel nombre científico solutamente infructuoso. La recolección de Rhinochenus de estos bichos, en una semana de trastigma, Linn.
bajo, puede producir un millar de ejemplares, siempre que se disponga de un hachero bueno y de frascos capaces de contener un centenar de especímenes por cada salida investigadora que se practique al campo, por la mañana o en la tarde, pues la temperatura pasa con frecuencia de cuarenta grados centígrados durante las horas altas del día.
Bajo la corteza de un tronco grueso de Ceiba recogimos el 17 de enero, en la bahía del Coco, 230 ejemplares de una misnia especie (Passalus interstitialis, Eschs. fuera de otros muchos coleópteros pertenecientes a diversos géneros. La especie a que nos referimos varía mucho cn tamaño: setenta y dos so. Cuando están en cautiverio recogen ejemplares median 27 milímetros de sus cadáveres y los llevan de un lugar largo; había muchos de 26 y. 28, y los a otro, de arriba a bajo, en todas di restantes de 23 a 29 milímetros, debiénrecciones, sin saber qué hacer con ellos; dose considerar estos números últimos es posible que en su estado libre los se como los extremos raros de la serie, pulten entre las yerbas del suelo, o ten aunque algunos autores citan ejemplos gan un cementerio especial en las gale de mayor tamaño, quizá procedentes de rías abandonadas de la planta en que otros países americanos.
habitan.
Por desgracia no todas las especies son Hemos visto en artículos anteriores, igualmente abundantes. Así, por ejemplo, que hay hormigas habitantes de las Ce del Popilius frantzi, Kuwert, pág. 297.
cropias, donde viven permanentemente que fué descrito como procedente de la dentro del tallo, alimentándose con los Palma, sólo hemos visto un ejemplar.
jugos de la planta sin causarle daño recogido el de mayo de 1931. Es un alguno; otras que hacen galerías sub pasálido tonito, de 32 milímetros de larterráneas hasta de cien metros de largo go, que tiene el clypeo ligeramente ary en ellas cultivan hongos que les sir queado y el cuerno horizontal, sin punta ven de alimento; avispas y comejenes libre; del cuetno baja un canalito, de que fabrican panales voluminosos para cuyos lados parte la cresta frontal transguarecerse y proteger sus crías. Del versalmente, para inclinarse luego en sus mismo modo hay coleópteros que se extremos contra los nudos terminales.
alimentan de estiércol en los prados y En el ángulo del escudete hay un surco perforan cuevas en el suelo, de medio pequeño. Metasterno liso, sin puntos en metro de profundidad, en las cuales de las esquinas. Tibias centrales peludas.
positan sus huevos en medio del alimencon una espina al canto. Cala del tó.
to que han de comer las larvas durante rax honda y sin puntos.
su primera edad. Así, en cada uno de En la lista de pasálidos de Costa Rilos casos, encontramos una nueva fuen ca se cita el Popilius lenzi, Kuw, pág.
to de investigación para ocupar todos 301, que se halla en la isla del Coco, los instantes de la vida, con provecho pero del cual no tenemos una muestra desde el punto de vista científico en la para referirnos a ella, sin recurrir a la biología de plantas y animales, aunque descripción original; su tamaño, según esto parezca un pasatiempo inútil para Kuwert, es de 26 milímetros de largo.
la gran mayoría de las gentes.
El Popilius recticornis (Burm. es Hay en las vegas del río Tempisque una especie mejicana, que mide apenas un árbol llamado de leche, que parece 18 a 19 milímetros de largo, y que se pertenecer al género Ficus, por la for describió así: Minimus, verticis tu Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica