REPERTORIO AMERICANO 333 gera inflamación en el carrillo derecho.
Nuestro don Juan Montalvo La esposa le dijo que no se notaba en (Viene de la página 321)
absoluto, pero Ben Tovit se sonrió con suave increduiidad: Sabía lo bondadosa la gula, al hermano lujurioso. Pero hay que ca, no permitió jamás que se le renombrase que era su mujer y lo que le gustaba deverle como se quita el sombrero y hace una académico. Yo existo fuera de la Academia, cirle cosas agradables.
respetuosa reverencia cuando pasa frente al decía él siempre con esa sencillez orgullosa carderal Guibert, o al arzobispo Arbeláez. de quien se siente poseedor de dones mentales Samuel, el curtidor, vecino de los Benquien detesta y tunde es al mitrado que le que no han menester de lumbre ajena para dar Tovit, llegó a verlos, y Ben Tovit lo concondena con injusticia y le pone el celemin su propio resplandor. Esos dones se llamaron dujo a ver el pequeño asnuelo, y encan sobre su lámpara.
en Montalvo honradez intelectual, firmeza de tado oyó los cálidos elogios que su amicarácter, valor civico, patriotismo, todo aqueExtrafios tonos se oyen a veces en la Mer.
go hacía del animal y de su persona.
llo que necesitaba su patria y la América encurial. Ya parece que se escucha una arenga Luego, a instancias de la curiosa Sarah, tera en los días de su aparición en el estadio ya ua salmo, ya un sermon. Don Juan posee los tres se dirigieron al Gólgota a ver a de la vida pública.
el don conniovedor y profundo de los buenos Un destino de lucha permanente, de perlos crucificados. En el camino Ben To oradores sagrados. Qué sermón aquel del manente Leligerancia, acosado por los atropevit le contó a Samuel en detalle lo del fingido padre Juna! En esos casos va el lenllos, las incomprensiones y las calumnias, tal dolorcillo que había sentido en la quiguaje rotundo, lleno de unción, como un son puede definirse la vida de Montalvo. Una vida de órgano.
jada izquierda la víspera, y cómo en la de combate contra el error, llámese éste relinoche se había despertado presa del do Ama al pobre, al indio, al negro. El fuerte gioso, político o literario. En realidad no polor más terrible. Para mejor trasmitir cazador, invencible sagitario llora y gime dría decirse dónde puso más fuego su espírilo que quería decir, hacía una cara de como débil; ora medita, busca al gran Dios tu, si en las luchas con los jesuítas, en las mártir, cerraba los ojos, meneaba la cay ante él se tira de rodillas.
Catilinarias contra García Moreno o en los beza y se quejaba hasta hacer que Sa. Rubén Darío sarcasmos geniales contra el Quijote falso de Avellaneda. Su obra toda, como su vida, está muel el curtidor, hombre maduro de bar (En el articulo La Mercurial de Montalvo.
iluminada por el mismo fervor ideológico y Costa Rica, IX. 91)
ba gris, cabeceara compasivamente y le por un permanente amor a la verdad. Entre dijese: los días primordiales de Ambato y el otoño. Qué doloroso debe de haber sido!
Vivo Juan Montalvo, las regiones del pen plácido de París, se tiende el itinerario de un Ben Tovit le cayó simpática la acsamiento nacional no simularan un lago sere hombre que vino al mundo a corr. batir todos titud generosa, comprensiva, de Samuel no o un pantano inmóvil, sino el océano de los fanatismos, como si un cruel destino invieterno movimiento, con vórtices y ciclones, sible lo hubiese condenado de antemano a oby le repitió el cuento del dolor acabado por donde van los marinos audaces, que no te tener en el ocaso de sus días, en premio único de pasar, y se extendió, en su elocuen men la muerte a sus empresas, una impresión mezquina y cia, a los tiempos idos e hizo el relato de Ya le veríamos imperterrito correr a la in desconsolada de sus semejantes.
su primer dolor de muelas de una muela terrogación de los problemas políticos, sociaEn la historia de los destinos americanos, podrida del lado izquierdo. Así, absorles y religiosos, que hoy infunden respeto, y son muy pocas las horas que han señalado la tos en vivaz conversación, llegaron al poner scbre el terror su antorcha, como se aparición de hombres como Juan Montalvo, fialumbran las sirtes del mar para el cuidado Gólgota. El sol que el destino había eslósofo, politico y literato grande entre los de los navegantes.
grandes por sus ejecutorias como escritor cascogido para que iluminase al mundo ese Ya estaría con la clava formidable en la tizo, por su acerado carácter de ciudadano, tremendo día, ya se había puesto más mano, golpeando el muro enemigo, sin cuidar por sus arrestos incontenibles de panfletista.
allá de las lornas distantes, y en el po se del polvo que se levanta en remolino espe Pero ante todo por su conformación de filoniente una mancha larga de rojo purpuso, ni de las ruinas que aplastan a la gente sofo. Porque si no quedasen de él Las Catirino ardía como un rastro largo de sansitiada.
linarias. El Espectador o los Capítulos gre. Las cruces se veían negra pero vaY ya triunfante, sobre escombros y verdes que se le olvidarca a Cervantes. bastarian gamente contra este fondo, y al pie de la oasis, el egregio tribuno daría la consigna del para el recuerdo imperecedero de su nombre día venidero; de nueva faena, de nuevo arre esos maravillosos Siete tratados como le cruz central se veían indistintamente fibato, de marcha incesante hacia arriba. bastaron los Ensayos a Montaigne o el Diaguras blancas, de rodillas.
El descanso le hace antesala a la muerte; rio, Intimo a ederico Amiel. La muchedumbre hacía rato que se el ocio se inclina al delito; las manos que huel En Juan Montalvo honra el Ecuador a uno había dispersado. Comenzaba a sentirse gaa se juntan con nudos de hierro.
de los grandes de América.
el frío del sereno nocturno, y después quel luchador no conoció la molicie, la pede echarles una mirada a los crucificanumbra, los vazos crepúsculos. El Espectador. Bogota. Abril de 1932)
dos, Ben Tovit tomó a Samuel del braSe embriagaba con el combate, dormía en zo y cuidadosamente lo volvió en la direclos brazos del peligro, tenía puesto en las treINDICE mendas orgias ciel pueblo irritado. ción de su casa. Ben Tovit se sentía esa Su pluma era un asalto y una barricada.
vez poseido de una elocuencia particular, Si aclamó la paz, quiso decir la libertad y y ardía en garas de acabar con la historia el derecho intocables.
de sus dolores de muelas. Así anduvie Condenado, perseguido, prófugo, proscrito, ron, y Ben Tosit hizo mueca de mártir y jamás fué vencido.
CON EL ÚLTIMO CORREO: mencó la cabeza y se quejó magistralmenDonde puso el pie fabricó un castillo de su pensamiento, y, señor de realeza, despedia sus Alfonso Daudet: Cartas desde mi molino 1. 25 te mientras que el campesino Samuel cahalcones, que eran sus libros, a hacer la car de Llanos y Torriglia: Maris Manuela beceaba y lanzoba exclamaciones, y de los nicería de tiranns sobre las cumbres andinas. Kirpatrick, Condesa del Montijo, la torrentes y acantilados hondos y estra Se ganó el odio de los perversos y la adgran Dama. 00 chos, y del seno de los lejanos valles armiración de los hombres libres.
Pensamientos de Goethe. Traducción de. La Verdad tuvo en el su báculo, la Justicia Imal. 50 dorosos, surgía, negra, la noche. la tuvo en el su colera; y muerto, es el jerogliOscar Wilde: Obras completas: La Balada noche parecía como si quisiera esconder de la Cárcel de Reading. Pasta. 50 fico en el Ecuador de los tiempos futuros.
para siempre de los ojos de toda la creaOscar Wilde: Obras completas: Intenciones.
La descendenria intelectual de Montalvo, o Pasta 00 ción el gran crimen de la tierra.
se tapa el rostro con las manos, o le da la Oscar Wilde: Obras completas: El Alma del Leonidas Andreiev cara al enemigo como el Maestro.
Hombre, seguida de otras prosas. Pasta. 00 Oscar Wilde: Obras completas: El Príncipe Juan de Dios Uribe Feliz y otros cuentos de La Casa de Bogotá, 1895.
las Granadas. Pasta INDICE 50 Elizabet Cleghorn Gaskell: Cranford. na novela. tomos Escribimos don Juan Montalvo, sencilla1. 50 mente, recordando las palabras del aplomado Torrubiano Ripoll: Al servicio del matrimonio. Teologia y eugenesia 00 crítico para quiez un hombre del recio vela Edgar Quinet: Mis vacaciones en España.
men intelectual y moral y sobre todo de la Pasta 50 LIBROS QUE LE INTERESAN: probidad de Mortu vo no debería llevar nun Mágico Prodigioso. Pasta. 00 Emil Ludwing: Bismarck. Pasti. 12. 50 ca otro título que éste, propio de los hidal Petronio: El Satiricón. Pasta. 00 Emil Ludwing: Napoleon. Pasta.
312. 50 gos y los caballcros de bien.
Diccionario Enciclopédico Abreviado.
Richard Wickert: Historia de la Pedagogia 00. así lo quiso el mismo don Juan que con Tomo Pasta 30. 00 Solicitclos al Adr, del Rep. Am. todo y ser el mejor estilista clásico de AmériSolicitelos al Admor. del Rep. Am Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica