20 REPERTORIO AMERICANO a con el avestruz salvaje y, con el venado; liace extensiva a las razas, a los pueblos, los árboles de nombres primitivos, que DR. HERDO CIA a las épocas, y el arte la confirma. El cantan en sus pájaros tonadas de la misfantasma de un toro no es el mismo en ma lengua, afinadas al ruido de los Enfermedades de los ojos, un torero y en un cabañero, en un homarrovos bordados de camalotes, al olor de los pastos, al vuelo de los pájaros: oídos, nariz y garganta.
bre inglés y en un español. El fantasma de una mujer era distinto en el egipcio de los sonoros teruteros que anidan en y en el griego, sin confundir esa transla tierra; de los horneros fabricantes HORAS DE OFICINA: formación colectiva con la transformade cúpulas; de las palomas torcaces:oue 10 a 12 de la mañana ción de la mujer amada, por ejemplo, viven en los cardales, y de las garzas y de a de la tarde en el cerebro del amante, que, si bien luminosas que alegran el juncal. Todo análogo, es obra del corazón de cada ello está en armonía con el hablar de Contiguo al Teatro Variedades uno. Pero la observación es aplicable, los hombres y el reir de las mujeres; sobre todo, al puro concepto de Patria con el canto de las madres que amaque yo quiero inculcar. El fantasma de mantan niños: con los nombres pinto modo peculiar de imaginar; llama al las cosas de la tierra nuestra es distinto rescos hahitados por la historia que nos hecho la perscnalidad de la imaginaen nosotros y en los demás; es el mises querida.
ción. Me parece muy bien Aunque la mo en los de la misma tierra. La imaSin que esto constituva todo el senti visión de un caballo, por ejemplo, es la gen o fantasma del ombú en mi miento de patriotismo, hemos de conve. misma en un negociante, en un sport espíritu no es idéntica, ni mucho menos, nir en que esa sociedad del hombre con man. en un pintor o en un ir diferente, a la del Pircunia Dioica en el del bola naturaleza forma parte integrante de el fantasma que cada cual se forma tánico español; pero sí muy parecida, ese amor a algo terreno que debe sohre del caballo, en su ausencia, es comple quizá idéntica, en el alma de todos mis vivirnos a nosotros y a nuestros hijos; tamente distinto. Esa observación, se compatriotas.
de algo perdurable en el tiempo, y que Juan Zorrilla de San Martin parere sagrado.
yn petnu nersuadido, por ejemplo, de oue mi frívolo alegato en favor de Joaquín González y los poema de Kabir las lomas, en su p! eito estétiro con la (Viene de la página 17)
montaña y la llanura, ha causado alegría a los hijos de las colinas, mis hermanos. En efecto. le contesto. Doble usted nerviosidad y la devoción que usted puede Se han creído personalmente aludiesa hoja en que lo ha leído y verá la suponer, el paquete sellado. La traducción dcs en la defensa; se han sentido colitrascripción de las pobre palabras con de los poemas algunas notas estaban que yo mismo precedí tan bellas páginas. copiadas a máquina; el prólogo, extenso nas. como yo Una vez, ura de tantas. percibí, con Mi compañero quiere conocer la his. pero todavía inconcluso, era manuscrito y toria de ese acontecimiento literario, y yo. revelaba, en sus numerosas tachaduras y particular intensidad, esa fuerza de cn comienzo a evocaria desde sus orígenes: adiciones marginales, que esas páginas hesión entre el hombre y las cosas. Ei Hace doce años, los ex alumnos del habían sido el único campo de combahecho ocurrió, en uno de mis viajes al Colegio Nacicnal de La Plata teníamos una te. Lo lei todo ávidamente; volví a través del mundo, cuando visité el jar asociación que reunía familiarmente leer. los pasajes que mayormente me im.
din zoológico de Madrid, muy rico y hombres que ya eran abuelos y a jóvenes presionaran; creo que hice una nueva lecordenado, por cierto.
recién ingresados en las aulas universita tura reposada, de todcs los materiales. no tienen ustedes ejemplares de rias. En 1918 se decidió fundar una revis. El prólogo me pareció que contenía la prola flora americana. preguntaba yo al. ta: llamóse Atenea. y yo fui su director.
sa más bella del autor. Luego se in con.
rentado dueño de aquella casa, don El doctor González había cesado, poco sideró como la página esencial del literato filosófico que fué González. En él lei Miorel Colmeiro, después que me hizo tiempo antes, en la presidencia de la Uni.
conocer sus tesoros.
versidad Nacional de La Plata, por él funentonces, como puede usted leerlo ahora, dada y regida durante tres Allí hay un ejemplar del Pircunia periodos que el autor entregaba su libro a la joDioica, me dijo el amable sabio.
ven revista Atenea. de La Plata, como consecutivos. Yo hubiera deseado inaugu. fuimos a ver el Pircunia Dioi.
rar la revista con una colaboración suya, un tributo de afecto y un homenaje a la que le solicité desde el primer momento.
juventud que anida las aulas de una uni.
ca.
Me cuesta confesar que casi pero él estaba entonces en su finca el versidad nacida de un hondo y prospectisentí una lágrima en los ojos, esa es la Chilecite y sólo obtuve su promesa tras.
vo amor de patria, de ciencia y de belle.
verdad, cuando advertí que el árbol que mitida telegráficamente (1. za, personalizado en las generaciones que me mostraba era un ombú, el árbol de han de hacerla más ideal y homogénea en Teníamos en prensa el tercer númemi tierra, que allí, con un nombre exó. ro de Atenea. que fué una publicarión lcs tiempos por venir. comprendi tico, fuera de su clima crecía enteco y que el doctor González no se había debimestral. cuando el doctor González, cidido a entregarme esa obra hasta conodoloroso. Ni siquiera sabían. cómo se me anunció personalmente la entrega de cer los primeros números de la revista.
llamaba!
su trabajo. Tengo algo importante para Di los originales a la imprenta, y a. Aquel árbol me pareció un hermano su revista me dijo. La traducción punto de terminarsc la correción final de enfermo, que me estaba esperando antes de los cien poemas de Kabir. hecha so.
las pruebas, envióme don Joaquín, con su de morirse de frío en su soledad. Sentí bre la versión inglesa de Rabindranath hijo Héctcr, a La Plata, un agregaao que el deseo de abrazar! o, de consolarlo. EI Tagore, con prólcgo y notas. Es un trabadebía interpolarse en el prólogo. Eran esos sabio botánico no sabía nada de eso: del jo que qriero mucho. Sólo me falta poner hermosos y densos párrafos que contien.
alrra del árbol; de sus relaciones en limpio los originales. Nunca le había con zan evocando el amor de Dante a Beatriz la mía.
oido referirse a esa labor y no le atribui y terminan con la invocación de la ley entonces toda la importancia que habría universal del amor: tres cuartillas manus.
Es menos frívolo de lo que parece de tener dentro de la obra del gran publi.
critas que conservé como reliquias con la este recuerdo. No quiero decir que esa cista. Días después hizome decir por teléautorización del que las escriibera.
fono que, no decidiéndose a enviarme su comunicación del hombre con la natuDedicamos un número doble de Atecolaboración. por correo ni por intermediaraleza sea la causa del alma nacional; nea a la publicación de aquel magnifico rio alguno, prefería que yo fuera al trabajo. Frecuentes pedidos del interior pero sí que es su inmediato efecto y su nado nacional a recibirla de sus propias símbolo. Un árbol es tanto o más que del pais y de algunas ciudades aniericamanos. Fuí cuanto antes pude, y al en.
bandera. No es porque amamos nas, determinaron una segunda edición una tregarme su tesoro me repitió la estimainmediata. Al doctor González lo obse.
esas cosas, árboles y banderas, por lo ción que tenía por aquel trabajo y su deseo quiamos con una tirada especial de cinque constituímos un alma colectiva; pero de que la edición fuese. aunque modesta, cuenta ejemplares numeradcs. En 1923, ese amor nos la revela; nos hace sen escrupulosa. un editor de Buenos Aires reprodujo intetirnos el alma.
Al regresar a mi casa abri, con la gramente nuestra publicación en un li.
Los filósofos distinguen con bastanbro impreso en Madrid, que es el que tiete precisión el carácter subjetivo de la ne usted en la mano. ésta es toda (1) He aqui el texto del telegrama: Gustosisimo figurar entre imagen interna, engendrada en el homcolabondores de su revista que oportunamente llega coronar obras la historia, según mis recuerdos.
bre por la sensación. Uno de ellos ob universitarias. Felicitolo por iniciativa y prometole Igin trabajo apenas pueda normalizar mis ocupaciones en ėse. Saludalo sul Rafael Alberto Arrieta serva como cada individuo tiene su siempre amigo. GONZÁLEZ Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica