180 REPERTORIO AMERICANO sedujo su corazón. De su mente salieron las estrellas de su doctrina admirable y de su corazón, la ternura magnífica que le unía a todos cuantos Te conocimos y estimamos. Luminia, a quien dedico estas líneas, recibió la fragante ternura del poeta en versos que piden un campo en Repertorio para que sirva de búcaro a esas flores de amor.
Siona Benedictus Para aquella cuyos ojos divinos se posaron en mí; a quien no soy digno de amar; a quien nombro calladamente en el santuario velado de mi espíritu.
Que su memoria bendita acoja mi recuerdo; que su corazoncito diamantino palpite alguna vez por mí.
Tu seras para mí lo inaccesible: lo que siempre se anhela y no se alcanza; una frase borrosa, indefinible el destino escribió. dice imposible. dice, acaso, esperanza?
Don Joaquin: Le envío eso junto con algunas de las cosillas que conservo de don Alberto. No contrario al señor Masferrer, pues en un parrafito que al pie de la letra copio, él dice. espere a que yo me vaya de la vida para que ojos profanos lean lo que alimentará su curiosidad de un instanten.
No faltará un rinconcito en Repertorio para don Alberto, verdad. Mil gracias de San José, Setiembre, 1932.
VIENDO EL RETRATO DE UNA CASITA LUMINIA (Oración matinal)
Corredor de una casita que jamás conoceré.
Quien pudiera, una hora sola, de un silente anochecer, mientras ella se extasiara en mirar aquella estrella, Olvidarse. y extasiarge contemplando no la estrella!
sino a Ella.
do, hasta enseñorearse por completo de nuestra mente y, entonces, la sugestión avasalladora ejercía su dominio hasta rayar en el colmo por figurar nosotros que mejor era así el hombre, porque su victoria era mayor cuanto que no había tregua entre aquel cacharro y el genio que lo habitaba, que para la estimación selecta no importa la sustancia sobre la cual el diamante valioso está montado, y éste más fulgurante aparece cuanto más pobre resulta la sustancia que lo sostiene. no era, como las hay tantas, una facundia plena de seducciones, una vasta ilustración con su exponente en títulos académicos, ni un pensador colocado en el trípode como un rey en su trono, sin consistencia moral, sin base efectiva en el corazón. Aquel pensador, aquel erudito, aquel escritor ameno y de tan honda filosofía, fué un hombre honrado, expresión muy comprensiva para quienes estimamos que no hay vida social superior sin honradez, y rechazamos al sabio si ha delinquido, al escritor si su pluma ha estado en malas causas, así ocupen procera posición, pues no caminamos por la gelatinosa senda de la política, donde quien más repta es quien más fácilmente llega. Masferrer, como Montalvo, se mantuvo siempre erecto, sin claudicaciones. La amenaza, la misma muerte, nunca pudieron atajar su labor apostólica, pues con amenazas de despótas su voz aupó siempre por encima de las turbas silenciosas y.
cobardes; y ya extiguida su vida si es que fuere posible abstraer el soplo vital de la energía creadora que sobrevive siempre su labor, sus ideas sus doctrinas, su espíritu, irradiarán como sol de primera magnitud. fué su palabra nazarena el pan ofrecido al humilde, a los desamparados, a los que sufren y piden justicia; no buscó nunca al poderoso para adularlo, ni al feliz para cantarle, que post ado rimó siempre con el dolor, con lo incomprendido, entrándose en los misterios mismos de la religión que no se encastilla en dogmas petulantes, sino que se hunde en lo invisible, allí donde florece el amor divino, para ofrecer consuelo, esperanzas, alma, a todos los que con el alma hecha pedazos, sin esperanczas y consuelos encontró en su camino, Por eso su luminosa labor tendrá como una fuente inagotable el caudal de su jesucristiana esperanza. no obstante su raquítica envoltura, repetimos, fué todo un hombre. Su mente sedujo como VERSOS SENCILLOS Para aquella que ha entrado y florece en mi espíritu como una estrella nace y florece en una noche oscura; Para aquella que jamás conoció la mentira, en cuya alma límpida el dolor se convierte en luz y la luz en amor; Para aquella que sabe amarlo todo para comprenderlo todo y comprenderlo todo para perdonarlo todo; Para aquella a quien el mundo ignora; perla escondida en un mar insondable, a quien yo descubrí por bendita merced de mi destino; Para aquella que tiene el corazón tan grande como la mente; que es dulce. como una corderilla, ingenua como un niño, profunda como el mar y clara como el alba; Para aquella de quien yo aspiro a ser un reflejo; fuente que saciará mi sed; aurora que alumbrará mi noche, fragancia que confortará mi flaqueza, agua pura que lavará mis culpas, esperanza que sostendrá mi vida; Para aquella que sabe ser libre como el huracán y dócil y suave como el. pétalo de una rosa. Para aquella que ríe y sonríe y ora y canta y llora, como las ondas del mar en una playa solitaria; Para aquella que lleva en el cerebro un lucero y en el corazón una rosa; su En el instante de mi partida y al darte, acaso, mi último adiós, vengo a decirte, Marta querida, el testamento de mi dolor.
Afectos intimos los tuve un dia; supe de amigos, supe de amor; pero mi alma siempre fué mia y ahora la tengo partida en dos.
Me llevo aquella más desgraciada, la más oscura, la más trivial; te dejo la otra, la inmaculada, la que ha vivido para el ideal.
La más sencilla, la más hermosa, la que no tuvo nunca un rencor, has de cuidarla como una rosa de suave aroma, de albo color, Ese tesoro que te ccnfio tal vez ya nunca lo cobraré pues son mis dichas aguas de un rio, que no se miran nunca volver.
Cuándo he de verte? Cuándo he de hallarte?
En esta vida quizá no más.
Me envió el destino para adorarte, y ahora que te amo, dice jamás!
Contigo queda la más querida Joya ignorada que vive en mi; de nadie nunca fué conocida.
tú la encontraste, y es para ti.
Has de guardarla como una perla, como agua pura de un manantial: no lleguen odios a ensombrecerla, que no hayan manchas en su cristal.
No empañe nunca su bello oriente la bruma fria de hondo rencor; viva serena, dulce, sonriente, y emane dicha, luz y amor.
Que no se enturbie, que no se manche con las torpezas del interés; que sea intensa, firme, y que ensanche.
sus horizontes cada vez más.
La vida es dura, la vida es mala de día en día crece el sufrir; ya bien comprendes que nada iguala a esta fatiga del existir.
Yo bien comprendo qué amarga empresa es el trabajo de perdonar. Cuántas espinas en la maleza!
Cuántas traiciones! Cuánto penar!
Pero en la brega de la conciencia, EXPECTORANTE ORIENTAL クロ Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica