822 REPERTORIO AMERICANO ta en St. Malo y cuenta sus impresiones en unas páginas en prosa.
Reconstrui. dice toda mi vida desde el día en que cayó en mis manos el primer libro del muerto cuya tumba honraba en este instante. Vi el ancho corredor de Casa Blanca en que lei ese libro y en que quince años después escribi en la pared el borrador de unos versos a Atala.
dice: cha Esta es la actitud de los hispanoamericanos cultos ante Chateaubriand en el período de 1860 1880. En ese período se publicaron los fragmentos del poema Gonzalo de Oyón del colombiano Arboleda, donde a heroina Pubenza remeda a Atala en apasionamiento; las novelas indianistas de carácter poemático Anaida, Iguaraya, Cumandá donde la huella de Chateaubriand es fácilmente discernible, y aparece la bella novela de Jorge Isaacs, María (1867. imitación, la más feliz, de la tensión lírica y amorosa de la novela francesa: donde los personajes capitales leen a Atala y viven sus emociones intensificadas por esa lectura.
Efraim lee a María y Emma las páginas de Atala. Al terminar, el sol se había ocultado. Isaacs describe el efecto de esta lectura en palabras que demuestran cómo la sensibilidad romántica hacía una perfecta adecuación entre el arte y la vida: personificó a Atala y más de una lá también titulada Atala. Muy inferior a grima de compasión hizo brotar de los la poesía de Heredia, escrita para canojos de las sensibles damas.
tarse, posee interés como reacción de Comienza la tragedia con la escena de otra alma de poeta joven ante los protala tormenta. Chactas y Atala dialogan gonistas inmortales. sin más antecedentes explicativos, reproduciendo los detalles de esta parte de Pues ha muerto mi Atala ¿qué importa la novela. Como en los romances viejos que los astros despidan fulgores castellanos, los personajes son bien coy se sequen las plantas y flores nocidos por el público, que casi puede o el mar quiera la tierra invadir. improvisar mentalmente el curso del diaFué la hija de Lope mi cielo logo.
cara amiga, dulcísima hermana, Fernández Madrid desglosa de la nobella flor que una sola mañana vela la parte más dramática. Chactas yio la aurora nacer y morir (1. El poeta ecuatoriano José Joaquín de ¿Y por qué en el silencio de la noche Olmedo (1780 1847) escribió una Cante acercaste benigna a mi retiro ción indiana, que sigue casi literalmente. decirme palabras de consuelo el episodio de la prueba de la antorhija de Simagán? Cuando a mi oido en Atala.
llegó tu dulce voz, tierna, calmante, te tuve por espíritu divino, Entre las sombras mudas la virgen de los últimos amores, en esta alzada loma me pareciste, te adoré sumiso.
yo busco mi paloma en alas del amor.
En seguida aparece el Padre Aubrey Yo voy a sorprenderla allá en su mismo nido cuyo nombre ha convertido el autor en Obrí. En algunos momentos Fernández solitario y querido Madrid cac en un prosaísmo lamentable antes que nazca el sol.
que hubiera irritado a Chateaubriand.
En la escena primera del segundo acto Chactas llama a Atala inhumana y muCual conchita de nácar jer interesada que desprecia su amor de perlas guarnecida su boca reducida pensando en el poder y las riquezas (1)
y ella se lamenta de verse conceptuada exhala grato olor.
como una mercenaria. Obrí, felizmenSus ojos de paloma te, ha perdido en la tragedia su manía que arrulla lastimera; de predicador pesimista.
su larga cabellera es un campo de arroz.
Esta tragedia comienza la etapa de Yo voy a sorprenderla entusiasmo creciente por la novela de Chateaubriand. Mucho más interés liteantes que nazca el sol.
Sus mágicas palabras rario tiene el poema Atala que José María de Heredia (1803 1839) incluyó en son bálsamo suave que las heridas sabe la primera edición de sus poesías (2. curar del corazón, La composición es bella, e indica que Sus pechos son cabritos para los jóvenes soñadores de Hispanoen un día de nacidos américa, la heroina de Chateubriand tenía ya la atracción de un personaje vide una madre paridos vo, hasta el punto de ser cantada por y del mismo color. Oh Mila! que yo vea los poetas. La virgen india describe su apasionado amor: pendiente de tu seno y de mil gracias lleno. Qué han menester los hijos de los bosques el fruto de mi amor (2. para vivir. En su follaje verde felice techo nos dará la encina. La Canción indiana está incluída en la Saldrá el brillante sol y a par sentados edición que Juan María Gutiérrez hizo al margen de torrente bullicioso de las poesías de Olmedo en 1848.
veremos con placer su luz divina.
No fueron estos poetas los únicos que cantaron bajo el signo de la novela de Y, recordando el voto detestable Chateaubriand. Muchas explosiones de termina: sentimiento quedaron inéditas perdidas quizás al margen del texto de Atala. le habré de olvidar? Vuela el colibri como en el caso de Vergara y de un boscue a otro y su pequeña esposa Vergara (1831 1872) escritas en una parte rauda tras él. Mi suerte impia pared (3) quince años después de la volar me niega tras la prenda mía!
primera lectura del poema.
Vergara y Vergara es representante Gabriel de la Concepción Valdés (Plá del momento en que la obra de Chateaucido) discípulo de Heredia, quiso dar briand en Hispanoamérica suscita la más expresión al dolor de Chactas en la encendida devoción. El escritor colom.
muerte de Atala y compuso una canción biano, visita la tumba del vizconde poe La cabeza pálida de Emma descansaba sobre mi hombro. Maria ocultaba el rostro con entrambas manos. Luego que leſ aquella desgarradora despedida de Chactas sobre el sepulcro de su amada, despedida que tantas veces ha arrancado un sollozo a mi pecho, Maria, dejando de oir mi voz, se descubrió la faz, y por c! la rodaban gruesas lágrimas.
Era tan bella, como la creación del poeta, y yo la amaba con el amor que el imaginó (1. Juan Bautista Alberdi (1810 1884) en ese mismo período, al señalar la ausencia de verdadera poesía americana se refiere a las novelas indias de Chateaubriand proclamando al autor el Homero de este siglo. Por último, el ensayista más notable de nuestro romanticismo, el ecuatoriano Juan Montalvo, siente el dolor absurdo de que Chateaubriand se le hubiera anticipado en Chactas y Atala (3) y en sus Siete Tratados (1873. explicando las razones por qué Bolívar no es admirado debidamente en Europa, da por una de ellas el hecho de que sus proezas no han sido descritas por escritores de pluma de águila y termina: Pero la Musa de Chateaubriand anda dando su vuelta por el mundo de los dioses (4. En época post romántica, José Enrique Rodó cita a Chateaubriand como uno de los estímulos capitales en el desarrollo del sentimiento de la naturaleza en la literatura hispanoamericana. Su ensayo Juan María Gutiérrez y su época (1) Obras de Fernández Madrid. Impresas y publicadas en su centenario por la gobernación del Departamento de Bolivar. Bogota, Imp. de Fernando Pontón, 1889. 2) Nueva York, Imp. Gray y Bunce, 1825, 147 150. 1) Poesias de Plácido, Paris, Bomet, 1904, 185 187. 2) Véase Vergara y Vergara, La lumba de Chateaubriand. La Patria. Pequeña Revista de Colombia. Bogota, 1878, 317. 3) Olmedo. Poesías, Paris, Garnier, 1896, 185 188. 1) Maria. Barcelona, 1912, 41 42.
Pensamientos. Buenos Aires, Roldán, 1920, 195. 3) Prólogo a los Capítulos que se le olvidaron a Cervantes. Darís, Garnier, 1921, 45. 1) Los siete Tratados, Paris, Garnier, 1923, II, 147. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica