REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXV San José, Costa Rica 1932 Sábado 24 de Diciembre Núm. 24 Año XIV. No. 616. SUMARIO Azorin Rogelio Sotela Arturo Capdevila Oratoria.
Del ideario político del Sr. Azaña Las fiestas de Navidad.
Meditación de fin de año Coloquios pastoriles de Navidad En la vida de Rómulo Rozo Spinoza. Goethe Anastasio Alfaro Juan del Camino Varios poetas Antonio Acevedo Escobedo Matthew Arnold La graciosa recitadora Dalia Iñiguez La apropiación social de la tierra, Qué hora es. Los titiriteros de Esquivias El sentido universal de la Sanidad.
Indice del Tomo XXV.
Gonzalo Lafora Gregorio Marañon Oratoria De Luz. Madrid SRNACIONAL Del señor Gerente de Es.
biasa Calpe, Madrid, y por indicación del autor, hemos recibido un ejemplar de la obra: Manuel Azaña: Una politica (1930 1932. Madrid. 1932.
En homenaje al gran estadista español, y a propósito del libro que contiene en discursos su ideario políti co, nos parece oportuno reproducir, con el dibujo alusivo de Bagaria, este artículo de Azorín y algunos fragmentos del propio señor Azaña. así damos una vez más, muestras del precio y siinpatias que nos inspira el señor Azaña.
Tenía interés en escuchar a este orador; no le había oído nunca. Me faltaría, al oírle por la radio, la visión del gesto; el gesto es esencial en los oradores; pero acaso en este Después del discurso de Santander Por Bagaria orador no fuera tan indispenEL ESPAÑOL. Pero Manuel. qué hace usted?
sable. Dan la señal; presto AZAÑA. Nada: un pueblo.
bien el oído. Comienza a hablar alguien. Coinn en tales actos políticos cs costumbre Del ideario político del Sr. Azaña.
que un orador presente al actuante principal, que Fragmentos de los tres primeros discursos coppilados en el tomo Una politica (1930 1932) ESPASA Calpe, Madrid quien está hablando es la persona que presente. No tiene La cooperación nos es indispensable, con todas las salvedades nada de particular lo que ha que se quiera para la personalidad, la disciplina y el programa de comenzado a vlecir; hay una los partidos. En política hay leyes rigurosas, como las de la fisica, ligcra incorrección gramatical que no pueden infringirse, o no se infringen impunemente.
y picológica er. el comi nze.
En vez de decir Era ya hora. en suma, la restauración de una España que a fuerza de de que yo viniese ante voshacer justicia y de hacerla por la fuerza cuando sea menester, se libre de la servidumbre en que yace.
otros. dice: Es ya hora.
Continúa halando; poco a po. porque la verdad debe decirse siempre, caiga el que caiga. co voy viendo que el orador que yo creía que presentaba ¿Paz en los espiritus? No la queremos. Al contrario, quereal otro orador es el mismo pre mos agitarlos y ccnturbarlos con el ansia de la justicia que se nos debe.
sentado; no ha habido presen tación. Aunque no le habla Las clasificaciones políticas no son producto del capricho ni de do más que una vez con cste la rutina. Surgen de los problemas planteados por la realidad, en orador y eso durante unos torno de los cuales los hombres definen sus opiniones.
minutos. reconozco su voz.
La política consiste en realizar. La política se parece al arte Si; la persona que se halla en ser creación. Una creación que se plasma en formas sacadas de hablando es la misma que es nuestra inspiración, de nuestra sensibilidad, y logradas por nuesperábamos todos los que en es. tra energa. La política es, pues, confiar. za en el esfuerzo, optimistos momentos nos hallamos No hay politica de hombres desengañados, de hombres tristes; pendientes del auricular o es. no hay política de hombres circunspectos que no quieren arriesgarcuchamos lo que va diciendo se a fracasar; no hay política de hombres fútiles; la política está el altavoz.
rebasado aquella etapa la incorrección reñida con el esaobismo. Nosotros hemos decadente del espíritu español que contaba por meses y aun por primera voy comprobando que es sintomática de la oratoria (Pasa a la página siguiente)
de tal orador. No habla este orador como los oradores elegantes, cultos, sabios. Supalabra no tiene ni ornamentos inútiles ni esas. volutas finas, sutiles, que parece en otras oratorias que van circundando la persona del oyente. Todo es llano, seco, directo en la oración que estamos escuchando. Al principio la palabra se muestra reacia, dura, indomable; le cuesta al orador el levantarse, el erguirse, el. comenzar a andar. Experimentamos ante esta palabra indecisa la sensación de que el orador no va a poder continuar con seguridad; pero el hecho de que un tal orador haya salido triunfante en otras muchas pruebas análogas a ésta, nos tranquiliza. Además, las primeras dubitaciones ya han desaparecido; la palabra es ahora más firme, más segura.
Lo va siendo más a medida que el orador avanza en su discurso. Ya la oración se va desenvolviendo con serenidad y firmeza. Podemos, a los diez, a los quince minutos de estar escuchando comenzar a formar un concepto claro, sólido, exacto del género de oratoria que se va desarrollando en este discurso. En pocas palabras resuminios nuestra impresión: ausencia de arte, falta total de artificio. El orador no mira la manera cómo ha de decir las cosas, sino y esto es esencial a las cosas mismas que dice. Como lo que dice ha de causar estado, el orador no cuida de galas y arrequives decorativos; no los necesita. Lo que en otros oradores obra el arte sutil y sabio, en éste, des.
carnado y seco, obra la fuerza, la convicción de quien lo dice. Como en otros oradores es el arte lo que nos cautiva, en éste sabemos que lo que hace que la oración sea una cosa dramática, trágica, es el hecho de que quien habla así ha de poner luego el acto de acuerdo con la palabra. La palabra, mo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica